Analicemos ahora el mecanismo por el cual el “hombre
de nuestro tiempo” se pierde en una temporalidad invivible y que le condena a
la obsolescencia y el burnout (Mayos, 2016b).
Por una parte el tiempo neoliberal culmina la ya vieja consigna “time is money” bajo la hegemonía de la razón instrumental (Horkheimer, 2002) que invisibiliza e incluso bloquea todo objetivo vital. El pensamiento único actual está completamente obsesionado por la producción y es meramente cuantitativo, como simple reiteración indefinida de momentos idénticos (es decir el tiempo como cronos).
Estamos pues en un tiempo antivital que no permite
ninguna verdadera especificidad que dé sentido a la vida, ni deja espacio a
ningún tipo de transcendencia. La monótona cronología del “time is money” rompe
con el presente (Jetztzeit) que exige
y permite la decisión (Jullien, 2001). Niega el presente revitalizado por manifestar
algún acontecimiento con sentido, que destaca por sí mismo y que actúa como
“mojón” que marca alguna ruptura o salto cualitativo.
Por una parte el tiempo neoliberal culmina la ya vieja consigna “time is money” bajo la hegemonía de la razón instrumental (Horkheimer, 2002) que invisibiliza e incluso bloquea todo objetivo vital. El pensamiento único actual está completamente obsesionado por la producción y es meramente cuantitativo, como simple reiteración indefinida de momentos idénticos (es decir el tiempo como cronos).
Por eso la temporalización meramente cronométrica
del neoliberalismo tampoco es el momento adecuado, oportuno y realmente mejor
que suele designarse con el término kairós.
Este –en algún sentido- camina y aporta algo al tiempo que pondrá fin al tiempo
(escatón), el momento final, de la
última acción y del juicio definitivo. Otra cosa es que la angustia ante la
aceleración de la destrucción creativa que nos obliga a “cazar” reiteradamente
oportunidades de negocio (Mayos, 2016b: 85ss) y exitosas innovaciones
disruptivas, haga sospechar al hombre de nuestro tiempo un desenlace
apocalíptico.
Por eso la catástrofe es una imagen de pesadilla que persigue ambivalentemente al hombre de nuestrotiempo pues -aún siendo negativa- al menos promete poner fin a una aceleración
imparable, angustiosa e insoportable. No puede ser de otra manera, pues nuestro
hombre vive -con el desconcierto consiguiente- desposeído de la claridad
cronológica que necesita.
La lúcida comprensión de nuestro tiempo debería actuar (Elias, 2010: 93) como un marco de referencia y erigir “hitos reconocibles” que actúen como referencias individuales y colectivas. Pero eso se ha vuelto imposible precisamente en la época en que la humanidad ha consolidado medidas del tiempo absolutamente precisas.
La lúcida comprensión de nuestro tiempo debería actuar (Elias, 2010: 93) como un marco de referencia y erigir “hitos reconocibles” que actúen como referencias individuales y colectivas. Pero eso se ha vuelto imposible precisamente en la época en que la humanidad ha consolidado medidas del tiempo absolutamente precisas.
Los relojes basados en las oscilaciones atómicas del
cesio permiten medir incluso leves reducciones en la velocidad de la Tierra
provocadas por mareas y su acumulación a lo largo de las décadas. Además, todos
experimentamos hoy que, junto con otras tecnologías como los GPS, definen un
mismo y universal continuo espacio-temporal en todo el mundo. Pero con gran
paradoja, precisamente esos grandes logros están coincidiendo con la creciente
incapacidad del hombre para asumir vitalmente ese tiempo, que se ha vuelto
riguroso y objetivo pero también inhóspito, inhumano y desalentador.
Es un tiempo que permite el negocio como ninguno,
pensado para que no se escape nada en absoluto del complejo fluir del dinero,
pero choca con la necesidad de sentido y de situación para el vivir. Genera una
hiperaceleración social que amenaza al hombre de nuestro tiempo con la
obsolescencia, el burnout o una
creciente angustia.
Artículo de G. Mayos “Time is money, el hombre de nuestro tiempo” en A lanterna de diógenes: reflexões sobre o homem da pólis contemporânea, Dennys Garcia Xavier (Coord.); Moacir Henrique Júnior (Org.), Laboratório Americano de Estudos Constitucionais Comparado –LAECC. (Uberlândia, MG, Brasil), 2018, pp. 403-425. ISBN: 978-85-918728-5-5.
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