BILDUNG, UTOPÍA SOCIAL Y CEMENTO DE LA POLIS
Las
habilidades instrumentales son indiscutiblemente necesarias y, por tanto, nadie
debe menospreciarlas, pero no son las únicas tareas esenciales para la cultura,
la filosofía y la universidad. Recordemos que todas ellas partieron de los
ideales religiosos y participaron de
los sueños ideológico-nacionales. La
escuela, la universidad
y la cultura
general estuvieron en la vanguardia de las realizaciones del Estado
moderno, al menos hasta que hoy parecen claudicar ante las necesidades del
mercado neoliberal.
Recordemos, por
ejemplo, como la
escuela, la universidad,
la historia y la
formación nacionales fueron claves en momentos difíciles, por ejemplo: cuando
Fichte redacta los Discursos a la nación alemana en el grave momento de
la ocupación militar napoleónica y cuando los alemanes se sentían acomplejados,
con baja autoestima y excluidos de las oleadas revolucionarias. Por eso Fichte
proclama que los alemanes ya llevaron a cabo anteriormente ‘su’ revolución en
el espíritu y en la formación-Bildung bajo la forma de las reformas religiosas
‘protestantes’.
No
era ésta tan solo una cuestión de propaganda y de autoestima, pues la
formación, la escuela y la universidad son claves para mantener esa philia
nacional que actua —según Aristóteles—como
‘cemento dela polis’. Y que es imprescindible para evitar una caída en la
discordia, que hoy parece el horizonte social más amenazante y catastrófico.
Pues las
instituciones nacionales desde
los tres grandes
poderes —ejecutivo, legislativo y judicial —hasta el último servidor del
Estado son pábulo de discordia. Muchas veces, incluso devienen impotentes sin
una philiacompartida que haga posible el universo comunitario, hipersocial y
nomoéticamente comprometido en que han de vivir los humanos. Porque, entonces,
eseuniverso comunitario común se disuelve en un poliverso. Ciertamente el
termino ‘poliverso’ es muy seductor y funciona como una especie de utopía
libertaria pero —muchas veces y
con facilidad —puede convertirse
en una realidad
excesivamente fragmentaria, dominada por discursos de odio,
hiperindividualizada y en discordia.
Sin
ninguna cultura general que garantice la confianza y el compromiso ciudadanos,
ni ninguna cosmovisión
asumida democráticamente por
toda la población,
el hiperindividualismo
neoliberal y populista
actual puede disolver
la sociedad en una
diversidad de redes sociales cada una convencida de sus ‘hechos alternativos’,
prejuicios, fake news o principios ideológicos momentaneamente útiles y
defendidos a muerte pero que, en cualquier momento, pueden ser sustituidos por
otros (como apuntaba sarcasticamente el gran Groucho Marx).
Pocos
antídotos ante esas enfermedades colectivas tienen las instituciones sin el
cemento hipersocial que ofrece la formación, el compromiso, la confianza y el
espíritu compartido. No olvidemos que la cultura general y la universidad
fueron instrumentos estatales para inculcar en el pueblo un espíritu
democrático nacional que superara las formas excesivamente dogmáticas que
tradicionalmente se ejercieron a través de las mitologías y las religiones.
Aunque es cierto que continuan elementosmitológicos y religiosos bajo muchos
mecanismos estatales, incluyendo a veces cierto dogmatismo.
Recordemos
que Hegel sitúa la filosofía en la culminación del espíritu absoluto superando
la religión (que ve anclada todavía de representacionismo),
pero reconociendo humildemente que la filosofía tiene que ser también una
especie de religión laica al servicio del Estado, de la humanidad y de la razón
universal. La absolutez de la filosofía —dice Hegel —se basa en culminar su
época y sintetizar el marco institucional compartido (es decir: el espíritu
objetivo, la Sittlichkeity el Estado).
Y
precisamente, por eso, cuando se abre una nueva dialéctica histórica, la
filosofía tiene como tarea pensarla y, así, generar una nueva reconciliación
que subordine las muchas diferencias que entonces se habrán generado
antropológicamente, en las mentalidades, en las subjetivaciones, en el ajetreo
de la sociedad civil e incluso en las concepciones morales. Recordemos que el
sarcástico liberal Bernard Mandeville destacó que allí las públicas virtudes
surgen milagrosamente de los vicios privados.
ARISTÓTELES.
Ética Nicomáquea, Ética Eudemia. Madrid: Gredos, 1985, 1155a22ss.
MAYOS, Gonçal.
Hegel. Dialéctica entre conflicto y razón. Barcelona: Red ediciones,
2014.
MAYOS, Gonçal.
La fábula de las abejas, deconstruyendo Mandeville. In: RODRÍGUEZ, M.J.;
HIDALGO, E.; WAGNER, C. G. (eds). Roles
Sexuales: la mujer en la historia
y la cultura. Madrid: Ediciones
clásicas, 1994.
A partir del artículo de MAYOS SOLSONA, G. sobre ‘A filosofia e a universidade como utopia: Passado e presente diante da ’Inteligência artificial’. Revista de Ciências do Estado, Belo Horizonte, v. 8, n. 1, p. 1–16, 2023. DOI: 10.35699/2525-8036.2023.46696. Disponível em: https://periodicos.ufmg.br/index.php/revice/article/view/e46696 Acesso em: 1 jul. 2023.
No comments:
Post a Comment