Seguramente la proliferación
actual de mentalidades apocalípticas es la respuesta preocupada por el incremento de
poder y de responsabilidad de la humanidad, que es enorme.
Pensemos que hasta
hace muy poco la humanidad tenía básicamente el mismo objetivo que cualquier
otra especie: continuar sobreviviendo a un destino que le venía dictado desde
la naturaleza, con unas circunstancias que no podía controlar pues eran casi
totalmente independientes de ella misma.
Como el resto de especies, la
humanidad tenía que adaptarse a un mundo que tan solo podía cambiar tan
lentamente que incluso no llegaba a tomar consciencia de ello. Durante millones
de años, los humanos tuvieron que incorporar en su evolución como especie la
convicción de que eran básicamente dependientes de un destino exterior o
divino. Para sobrellevar mejor ese enorme peso existencial se desarrollaron los
mitos y las religiones.
En cambio en la actualidad y a
pesar del enorme incremento de poder y responsabilidad de la humanidad hasta
originar el antroposceno, ésta ha pasado de centrar su angustia en adaptarse
rápidamente a un mundo ajeno y peligroso, a sufrir por el destino que ella
misma se está forjando ¡y que ve tanto o más amenazante!
Puede sorprender que
los turbohumanos se hayan olvidado de la siempre difícil adaptación al entorno
que describe la evolución darwiniana, para preocuparse más por la evolución
prometeica a que la humanidad se somete a sí misma. Por ello y a pesar de su
enorme poder, los turbohumanos actuales se sienten profundamente angustiados e
impotentes. En gran medida porque han construido un mundo cada vez más
secularizado, desencantado -diría Max Weber- y donde pierde sentido el apoyo
que tradicionalmente ofrecían la religión, la metafísica o la idea ingenua de
un Progreso que solo podía tener aspectos buenos.
La humanidad actual tiene la
sensación que no controla sus propias creaciones, que no gobierna su
autopoiesis como especie y que crea sociedades, economías, culturas y
tecnologías en las cuales termina alienada y desconcertada. En lo más hondo de
su fuero interno, siente que sus propias creaciones cognitivas y maquínicas
tienen consecuencias nihilistas.
Es una convicción que va más allá de Pygmalion de Bernard Shaw, del Frankenstein de Mary Shelley o de la
“vergüenza prometeica” de Gunther Anders (2011). Pues no sólo sucede que las
respectivas creaciones se independizan de sus creadores y los superan, también
la obra de la humanidad acaba desplazándola del trono antropocéntrico que le
garantizaban los mitos, religiones e ideologías.
Los turbohumanos perciben que el
tecnocentrismo sustituye hoy al antropocentrismo. Notan que la manera
tradicional y narrativa de pensarlo todo –que era antropomorfa- está siendo
eliminada por formas cognitivas tecnomorfas. La ciencia y las matemáticas
exigen un profundo cambio de mentalidad epistemológica y una transformación
cognitiva que mucha gente no puede llevar a cabo.
¡Pensemos cuanto más difícil
y agobiante puede ser intentar entender las rupturistas intelecciones que
pueden surgir de una inteligencia artificial amenazadora, extraña, “extranjera”
e incluso inhumana.
Por eso la humanidad se ha
acostumbrado a temer que, así como ella antes olvidó a Dios (la consigna mal
entendida “de la Muerte de Dios” en Nietzsche), ahora le toca a ella sufrir el
olvido y –quien sabe si también el desprecio- por parte de sus obras
“artificiales” emancipadas. Se impone la sospecha de que, un Dios maquínico y
armado de una cognición inmensamente superior, desplazará a la humanidad. Por
eso tantos relatos de generalizado éxito apuntan a que incluso puede
esclavizarla como se cuenta en Mattrix.
En esa serie de películas, por
cierto, Neo –el protagonista- juega un papel a la vez mesiánico (que devuelve
la humanidad a la tierra prometida) y prometeico (que vuelve a entregar a los
hombres el fuego y el control técnico). Pero incluso entonces, los turbohumanos
perciben que está pasando el tiempo en que Prometeo o el pensar prometeico
reforzaban a la humanidad, al humanismo y a la confianza humana en sus fuerzas.
A partir del artículo “La ‘ignorancia prometeica” frente a la revolución de la inteligencia artificial” de Gonçal Mayos (pp. 687-704) en Direito Digital e Inteligência Artificial: Diálogos Entre Brasil e Europa, A. Barreto Menezes Cordeiro ... [et al.]; coordenado por Felipe Braga Netto ... [et al.]. - Indaiatuba, SP: Editora Foco (https://editorafoco.com.br), 2021, 1.126p. ISBN: 978-65-5515-253-1, CDD (Direito digital) 340.0285. CDU (Direito digital) 34:004.
Ver los posts: PODER Y RESPONSABILIDAD EN EL ANTROPOSCENO, - ACELERACIONISMO, TURBOHUMANOS Y PROMETEISMO, - DEL ANTROPO AL TECNOCENTRISMO, - CONDICIÓN HUMANA DIVINA Y ARTIFICIAL, - SALTO CUÁNTICO A UNA INTELIGENCIA POSTHUMANA, - IGNORANCIA PROMETEICA E INTELIGENCIA RUPTURISTA, - IMAGINAR LA 'IGNORANCIA PROMETEICA', - PATOLOGÍA DE LA ATENCIÓN BAJO IGNORANCIA PROMETEICA
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