PODER Y RESPONSABILIDAD EN EL ANTROPOSCENO

 

La humanidad ha entrando en una nueva era: el llamado antroposceno. De hecho ha creado esa nueva era con su acción tecnológica, industrial y social. Por ello ella misma se ha puesto en una encrucijada decisiva en su evolución que afecta también a todas las especies en la Tierra. Hoy el impacto medioambiental de la humanidad es tal que cambia decisivamente las condiciones de vida y de supervivencia de todas las especies. ¡Incluida ella misma!

Así los humanos están provocando un rápido cambio climático, transformando radicalmente todos los entornos ecológicos y llevando muchas especies al borde de la extinción. Han culminado aceleradamente la primera revolución industrial de la máquina de vapor y la energía fósil del carbón. Entonces iniciaron el fordismo basado en el petróleo, la electricidad y los motores eléctricos y de combustión interna; que a partir de los años 1970 fue sobrepasado por la revolución cibernética, digital y de Internet.

A lo largo de todas esas grandes transformaciones tecnológicas e industriales se ha producido un muy disruptivo cambio del mundo laboral. Primero se eliminaron los trabajos más duros, basados en la fuerza física y que perjudicaban más la salud. Luego se mecanizaron la práctica totalidad de los trabajos manuales rutinarios, teniendo que adaptarse las nuevas generaciones a ocupaciones más intelectuales, más creativas y que necesitan una importante formación. 

Pero en la actualidad muchas de esas ocupaciones de mediana y alta formación también están siendo informatizadas y sustituidas por sistemas expertos. Así por ejemplo, los creados para buscar, seleccionar, reunir e incluso sintetizar la jurisprudencia sobre un campo concreto, están sustituyendo equipo humanos muy profesionalizados.

Ello llevó a Jeremy Rifkin (1996) a predecir el “fin del trabajo” asalariado masivo ya en 1995. Desde entonces esa tesis se ha ido confirmando incluso en sus aspectos más negativos. Al respecto están perfectamente documentados los informes de Philip Brown, Hugh Lauder y David Ashton (2011) y de Carl Benedikt Frey & Michael A. Osborne para la University of Oxford (2013). Además, todos los trabajos posteriores constatan el impacto de nuevas tecnologías vinculadas con la inteligencia artificial cuya previsión futura va claramente al alza.

Se trata de una nueva revolución basada en la inteligencia artificial, el machine y deep learning, las ciencias de la complejidad o la minería de Big data que encuentran correlaciones e incluso causalidades difíciles de comprender. Todo ello, junto con la ingeniería genética y muchos avances neurobiológicos o la llamada Internet de las cosas, está permitiendo superar los límites de la evolución humana. Por eso hoy, el cerebro de carbono tiene dificultades para comprender y explicar los ámbitos cognitivos que se están abriendo con una inteligencia artificial basada en el silicio.

Todo ese enorme poder acumulado por la humanidad, la obliga a asumir una responsabilidad equivalente. El destino de la Tierra y de la vida en ella –sea humana o no- parece depender de que desarrolle ese sentido de responsabilidad. Pero precisamente cuando la humanidad toma consciencia de que tiene en sus manos el futuro de la totalidad de las especies y que ello incluye también su propio destino, surge una trágica paradoja: siente que no puede controlar ese proceso acelerado de sucesivas revoluciones cognitivas e industriales.

Ahora bien y como los ludistas de inicios del siglo XIX, la humanidad no puede detener ni incluso desviar a largo plazo esa modernización maquínica que ella misma ha puesto en marcha. Pues, como apuntó agudamente Karl Jaspers (1966) respecto a la bomba atómica, la humanidad no va a desaprender el poder del átomo y, por tanto, su futuro incluye convivir con ese saber que puede destruirla completamente.

De forma similar, los avances que hemos apuntado (por ejemplo en inteligencia artificial) han venido para quedarse y se incrementan exponencialmente. Como he expuesto en contextos más bien económicos (Mayos, 2018), la humanidad parece avanzar aferrada a lomos de un tigre que corre a toda velocidad pero sin que ella sepa hacia donde. Por eso, a veces siente temor por un viaje que no controla y quiere descabalgar ese tigre, pero difícilmente puede hacerlo pues sabe que –incluso aunque no quede herida por el salto- entonces el tigre la devorará.

Eso es lo que sienten muchos turbohumanos cansados de su agobiante carrera para estar al día de los avances científicos, informáticos y culturales (Mayos, 2011). Pero temen que entonces el progreso los devore dejándolos obsoletos en un muy breve lapso de tiempo. Parece pues que la humanidad no puede permitirse descabalgar el tigre de la acelerada revolución cognitiva y –además solo manteniéndose en ella- tiene alguna esperanza de asumir el control.

A partir del artículo “La ‘ignorancia prometeica” frente a la revolución de la inteligencia artificial” de Gonçal Mayos (pp. 687-704) en Direito Digital e Inteligência Artificial: Diálogos Entre Brasil e Europa, A. Barreto Menezes Cordeiro ... [et al.]; coordenado por Felipe Braga Netto ... [et al.]. - Indaiatuba, SP: Editora Foco (https://editorafoco.com.br), 2021, 1.126p. ISBN: 978-65-5515-253-1, CDD (Direito digital) 340.0285. CDU (Direito digital) 34:004.

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