
Toda acción y toda lucha son circunstanciales y particulares, a pesar de tener -sin duda- causas comunes y generales. Las lleva a cabo gente concreta, aunque –si son dignas y tienen valor humano- luego beneficien a muchos e, idealmente, a todos. Las acciones en favor del desarrollo humano no suelen hacerse en abstracto y por eso tienen un inevitable sesgo concreto, circunstancial, histórico, social, local… En definitiva, los cambios y luchas reales sólo se consiguen en marcos reales y concretos, que luego hay que ampliar para que alcancen a toda la humanidad.
Ello, más que bueno o malo, es sobre todo una condición real e inevitable. Por eso se equivocan gravemente los que olvidan a las circunstancias reales y a la gente concreta para imaginar tan solo luchas abstractas. Se equivocan los que solo aspiran a presuntas acciones de gente fantaseada y alejada de la que realmente existe y sufre. Es un error, aunque se haga con la mejor de las intenciones y, por eso, la sabiduría popular acuñó el refrán: “El camino hacia el infierno está lleno de buenas intenciones”.
También por eso es muy disputada la paternidad de una de las consignas claves en la turboglobalización: “Piensa globalmente, actúa localmente” (Think Global, Act Local). Como veremos, el término “empoderamiento” (del inglés “empowerment”) se aplica a infinidad de contextos distintos, tanto por parte de los más radicales activistas ecologistas o altermundistas, como también de los más instalados ejecutivos de multinacionales. El motivo es que -en el complejo y profundamente interrelacionado mundo actual- se constata la necesidad de pensar global y holistamente, como condición para poder actuar eficazmente de forma concreta.
Por otra parte, para llevar a cabo acciones efectivas es necesario movilizar las voluntades personales y conocer los mecanismos concretos que permiten obtener los objetivos deseados. Ello comporta también que, para lograr avances en el desarrollo humano, es necesario conocer tanto la condición humana en su globalidad, como su concretización en la gente afectada localmente y que hay que movilizar en cada acción.