Como resultado y aunque hasta hace muy poco nos parecía algo casi imposible de alcanzar, el amable lector tiene ante sí el número 30 de Astrolabio que piensa desde la humana razón práctica ese gran salto -quizás no sólo de la humanidad sinó también más allá de ella-, pues ya estamos en plena IA generativa y se está en camino para una pronta ‘inteligencia artificial general’, que pueda competir con la humana en cualquier ámbito sin excepciones ni límites.
Astrolabio y el grupo ‘Crisi de la Raó Pràctica’ tienen que pensar las cuestiones políticas subyacentes a la IA, como antes lo ha hecho con muchas otras ciencias de nuestro tiempo. Pues lo cibernético -que está en la base de la IA- es la ciencia determinante de nuestra era, ha introducido una diferencia radical en las tecnologías y potencialmente empalidece -en esplendor- a las utopías y -en riesgos apocalípticos- a las distopías. Sean del signo que sean, la IA tiene y tendrá enormes concuencias para las democracias, para la política y para la humanidad, las cuales no podemos soslayar y que -al contrario- es urgente pensar y prever, para tomar decisiones imprescindibles.
Estamos hablando del secuenciamiento de miles de millones de parámetros a través de algoritmos matemáticos que pueden identificar patrones a partir de Bigdata enormes y, por tanto, generar predicciones, que incluso es posible que los humanos tengamos dificultades para verificarlas. Los modelos de IA son constantemente mejorados, con mayor capacidad computacional y superior sofisticación algorítmica, y han demostrado una impresionante habilidad para ejecutar tareas cada vez más complejas en un tiempo inalcanzable para el ser humano. Además de desarrollar una notable capacidad de autoaprendizaje, por medio de técnicas como el machine learning, que augura la futura IA general una autonomía hoy inconcebible y de imposible control.
Por eso, las cuestiones ya son más bien: ¿Si la IA superará la inteligencia humana, sino cuándo, en qué condiciones y con qué consecuencias? ¿Por tanto podemos continuar durmiendo tranquilos sin prever cómo controlarla y sin tener garantizado que en el futuro la IA respete a lo humano y a la humanidad?
Independientemente de las respuestas, que nos negamos a definir con esas palabras equívocas de ‘optimistas o pesimistas’, no se puede negar que los rápidos y profundos avances en IA están afectando las prácticas políticas y democráticas de forma muy decisiva, lo cual es un nuevo reto para nuestro grupo de investigación ‘Crisi de la Raó Práctica’. Incluso, constatamos que se están radicalizando transformaciones en la condición humana que actualmente se están intentando pensar desde las neurociencias y los llamados giros afectivo, trans y posthumanista, aceleracionista, colapsista o no colapsista, etc. Eso no solo es posible sino que se ha producido de alguna manera en otros momentos de la evolución filogenética y cultural humana, como se ve en la sucesión de especies homínidas hasta el homo sapiens sapiens, pero también en la dificultad de escindir los distintos aspectos aludidos con términos tan poderosos como homo faber, homo economicus, zoon logon o zoon politikon.
Por la complejidad
de estas cuestiones todavía estamos lejos de una conclusión consensual y
hegemónica sobre cómo actuar y vivir en la era de la Inteligencia Artificial.
Por el momento, tampoco podemos prever el futuro de la humanidad y de la
política en la era de la IA. Aún así, la Filosofía tiene que seguir cumpliendo
su papel ‘macro’ para ofrecer respuestas posibles y atrevidas, aunque
seguramente no puedan escapar a los límites del contexto sociocultural y a tener
que ser reflexiones urgentes y que no admiten dilación.Karina Gibert
Pues, aunque quisiéramos esperar para tener una mejor perspectiva o más distancia crítica, el advenimiento de la IA generativa y pronto quizás de la IA general, no podemos renunciar a la principal tarea de nuestro presente, pues estamos ante acontecimientos que tienen que ser pensados con urgencia, ahora mismo, pues es cuando y donde se producen. ¡No podemos esperar a una mejor ocasión! Como Hegel afirma, glosando una sensatísima inventiva de Esopo: ‘Hier ist die Rose, hier tanze’. Es decir: tenemos que pensar o danzar en paralelo con el acontecimiento histórico-real. Pues esperar no es una opción racional, sino directamente un claudicación indigna.
Eso es lo que hay
tras el número 30 de Astrolabio: La convicción que si ¡Aquí y ahora está la IA,
aquí y ahora hay que pensarla! Por ello, hemos confeccionado este número a
partir de la pregunta por la ‘Reconfiguración de lo político y lo humano en la
era de la inteligencia artificial’. Define un completo dosier interdisciplinar
y macrofilosófico que encara el cambiante presente del advenimiento de la IA desde
distintos ámbitos complementarios. Consideramos que entre los articulos incluidos
hay ‘masterspieces’ que resistirán el paso del tiempo y mantendrán su interés a
pesar de la velocísima evolución de la IA en la actualidad.Durval Ângelo Andrade
Iniciamos el Dosier con el brillante y actualizado análisis del desarrollo de la IA realizado por Karina Gibert, catedrática de ingeniería del conocimiento y Marchine Learning, y directora del Intelligent Data Science and Artificial Intelligence Research Center de la Universitat Politècnica de Catalunya. Muestra los avances tecnológicos clave que amplifican exponencialmente la capacidad de la IA para ‘analizar el dato, comprender su estructura, su significado, su impacto, su efecto en el mundo real y describir los sistemas complejos a partir del valor añadido que estos datos pueden aportar’. Ello, conjuntamente con la capacidad de los nuevos programas algorítmicos para generar respuestas verbales concretas y variables en función de las demandas humanas, representa un salto decisivo hacia esa IA General que, a la vez, es muy anhelada y temida, por su enorme impacto social y posibles riesgos democráticos que también apunta Karina Gibert.
El siguiente artículo está escrito conjuntamente por los profesores brasileros Durval Ângelo Andrade (en la actualidad Presidente del Tribunal de Cuentas del Estado de Minas Gerais), Pedro Gustavo Gomes Andrade (actualmente docente en la universidad UFRR) y Rodrigo Marzano Antunes Miranda (en la actualidad Director de la Escuela de Formación del Tribunal de Cuentas de Minas Gerais). Destaca brillantemente problemas y experiencias vividas profesionalmente por sus autores y que ponen de manifiesto la peligrosa deshumanización que se está produciendo en los procesos judiciales por el uso creciente de la IA. A partir de aquí, reflexionan sobre la tergiversadora «artificialidad» que no solo se está introduciendo en la justicia sino, incluso y en general, en las relaciones institucionales y humanas.
Continuamos con
textos más breves pero también centrados en la IA, como el de Deivide Oliveira
que trata de la crisis moderna causada por la IA especialmente en la economía,
en el medio ambiente y en la salud, pero se aleja de la visión más
trágicoapocalíptica futurista causada por esa nueva tecnología. Por su parte,
Ángela García analiza los desafíos éticos resultantes del choque actual entre
las distintas versiones fieles al humanismo, ya más transhumanas o incluso que
se abren a un futuro posthumanista. Valora un «transhumanismo ético» si bien
analiza sus dificultades en medio del cambio radical en el sistema
socioeconómico.Antoni Brey
Le sigue el artículo de Jonathan Piedra que analiza filosóficamente la ausencia de marcos regulatorios y éticos internacionales capaces de regular la Inteligencia Artificial con eficacia. Aboga por usar perspectivas descoloniales que permitan a la IA fomentar un desarrollo socioeconómico realmente inclusivo. En seguida tenemos la contribución de David Barrio, que aplica el concepto filosófico de farmacología (entendido como superación de la ambigüedad entre veneno y remedio) para analizar las Inteligencias Artificiales Generativas, como formas colectivas de creación y de superación la mercantilización dominante.
En el artículo
posterior, Juan Gabriel Alfaro conecta el concepto foucaultiano de biopolítica
con las nuevas formas de control de las subjetividades posibilitadas por la IA,
para determinar el gran dilema de si la IA está a servicio de la subjetividad o
-al contrario- la configura sometièndola a su lógica. Finalmente, Tatiana
Herrera estudia las narraciones algorítmicas, no como relatos
circunstancialmente asistidos por la tecnología, sino cuya lógica -tanto de
producción como de recepción- está marcada intrínsecamente por procedimientos
automático maquínicos. Desde esta perspectiva, analiza la literatura
latinoamericana que, tanto critica los sistemas de vigilancia, como ofrece
alternativas éticas de resistencia cultural y política.Karine Salgado
A partir de aquí incluímos artículos que analizan ‘la era de la IA’ pero más en general, macrofilosóficamente y siempre vinculando lo político, lo humano y lo social. Este es claramente el enfoque adoptado por el catedrático Norbert Bilbeny en un artículo donde problematiza la afectación de lo humano en la era de la IA. Más allá de un reto tecnológico que no puede soslayarse y evitando todo ‘miedo al algoritmo’, critica peligrosos impulsos y tendencias transhumanistas que -pretendiendo mejorar lo humano- simplifican, banalizan y muestran una peligrosa ‘fatiga de sí mismo’, un ‘desprenderse’ o incluso cuestionar la condición humana tal y como la venimos entendiendo hasta ahora.
Le sigue un
artículo, a la vez más sintético y más amplio, que consigue profundizar
elegantemente en como la humanidad se ha constituido a sí misma a través de su
muy específica relación con la técnica, la realidad y la ‘complejidad’ que de
todo ello emana. Su autor Antoni Brey, que es ingeniero de telecomunicaciones y
creador y director de distintas empresas de tecnología punta, nos ofrece su
clarificador análisis ensayistico sobre esa nueva era de la IA que estamos
iniciando. Tenemos aquí un maravilloso ejemplo de como un ingeniero piensa la
peculiar naturaleza humana y reflexiona sobre problemas tan complejos con
sinceridad, humildad y -sobre todo- claridad de ideas.Albert Noguera Fernández
También consigue una síntesis brillante de las grandes cuestiones macrofilosóficas entorno a la evolución cognitiva de la humanidad el artículo de Karine Salgado, profesora titular de la Universidade Federal de Minas Gerais. De forma brillante hace dialogar filósofos clásicos de Kant o Hölderlin a Heidegger o Spengler con referencias actuales del ‘papel’ que ejerce o debería ejercer la universidad con la tarea ‘cósmica’ que los filósofos deben acometer mediante la ‘pluma’ y el ‘uso público de la razón’, y que hoy deberá ser continuado en una era donde la IA ‘es el presente futuro con todos los desafíos’ pero cómo sinceramente se pregunta (y nos indica una posible respuesta correcta) Karine Salgado ‘¿cuándo la Universidad no vivió de desafíos?’, ¡cuando la filosofía y la humanidad no vivieron de desafíos!
Profundiza en
los cambios en la naturaleza de la política que se están produciendo en las
últimas décadas el artículo de Albert Noguera Fernández, catedrático en derecho
de la Universitat de València. Aunque en algunos aspectos se muestra crítico
con teorías populistas de Ernesto Laclau, coincide en destacar transformaciones
de la política actuales que desconciertan y obligan a estudiar y comprender su
sentido, pues considera que se tienen que revertir sus efectos desanimantes
para los movimientos que quieren renovar ambiciosamente la ‘vieja política’,
para así empoderar a las clases tradicionalmente marginadas de la política
‘institucionalizada’ y ‘hegemónica’.José Manuel Bermudo Ávila
También destacando cuestiones políticas de alto calado, se suceden en adelante tres textos muy especiales de tres catedráticos senior que, gracias a sus fructíferas carreras, han edificado verdaderas Escuelas de Pensamiento en sus la filosofía política, la ética y la filosofía del derecho, y desde su amplia experiencia ofrecen una visión privilegiada de las transformaciones en la era de la Inteligencia Artificial.
El primer texto
es del fundador del Seminari de Filosofia Política, íntimamente vinculado con Astrolabio
y el grupo consolidado de investigación ‘Crisi de la Raó Pràctica’ que dirigió:
el Profesor José Manuel Bermudo. En tanto que conocido filósofo socialista,
provoca a sus muchos seguidores con el título «Y si Milei tuviera (algo de)
razón», con ello quiere enseñar que el presidente argentino de extrema derecha
puede ser instrumento -en contra de su voluntad- de movilización de la
izquierda para que recupere de nuevo la hegemonía en la batalla por el control
consciente y transformador de los significantes, evitando que -como sucede hoy-
el capitalismo pueda usarlos impunemente para reproducirse e intensificar su
opresión.Norbert Bilbeny
Desde su muy elaborada concepción ético-ilustrada, el catedrático y también IP durante una fructífera etapa de Crisi de la Raó Pràctica, Norbert Bilbeny profundiza en la intricada y casi inseparable -en la medida que se vigilan mútuamente- relación entre ética, derecho y política. Destaca la soledad casi trágica de la conciencia moral en la toma de decisiones, tanto si es para obedecer (cuando opta por ‘participar’) como si es para desobedecer (cuando se niega a ‘participar’); pero también valora la paradoja de que es precisamente esa solitaria posibilidad lo que permite la autonomía consciente ante la ley y el realismo político. Bilbeny desentraña detalladamente los aspectos clave en esta cuestión a partir de su personal y rigurosa lectura de algunas de las obras contemporáneas más influyentes.
El catedrático brasilero de la UFMG, Joaquim
Carlos Salgado nos regala la versión en castellano de su brillante análisis y
comparación entre «El Estado Ético y el Estado Poiético». En su texto ya
clásico, que nace antes de la eclosión de la IA generativa i plantea cuestiones
que esta no ha hecho sino radicalizar, denuncia el desplazamiento de la
soberanía del pueblo hacia un aparato burotecnocrático que captura el Estado
contemporáneo y lo convierte en un Estado Poiético, bajo el cual lo político
queda subyugado a lo meramente económico. Salgado demuestra tragedia
contemporánea de la pérdida creciente de la dimensión ética del Estado de
Derecho, como libertad objetivada, lo cual provoca que, tanto el poder del
Estado como la autoridad del derecho, pierdan radicalmente su legítimidad y
alto e imprescindible valor democrático.Joaquim Carlos Salgado
Finalmente concluímos este número 30 tan especial y ambicioso de Astrolabio con contribuciones de tema más diverso pero que también tienen un gran interés. Es el caso, por ejemplo, de la contribución de Adriano Smolarek y João Irineu Miranda, quienes a partir de una mirada iusfilosófica revisan aspectos etimológicos y terminológicos que sirven de fundamento para el concepto de autodeterminación. A su turno, Ulises García se vale de la filosofía existencialista para proponer que la materia es resultado del colapso de la energía primordial, originaria de toda la vida, por lo cual solo analizando profundamente ‘lo inestable’ es posible acceder a una mejor compresión del origen del universo. Al final, Ignacio Aguirre delimita el concepto de ejercicios espirituales del filósofo Pierre Hadot, para comprender la amenazadora noción de un «saber sin trayecto» y su reveladora relación con el desarrollo tecnológico contemporáneo.
Celebremos el número 30 de Astrolabio de la mejor manera filosófica posible: leyendo, analizando, reflexionando y criticando los artículos e ideas que contiene.
Prof. Dr. Gonçal Mayos,
Universitat de Barcelona.
João Pedro Braga de Carvalho,
Universitat de Barcelona.
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