La macrofilósofa
judía Eva Illouz ha popularizado la denominación “capitalismo emotivo” con su
libro del 2007 Intimidades congeladas y otros donde analiza fenómenos cercanos.
Con estudios muy transversales, Illouz ha mostrado la inseparable imbricación en
el capitalismo occidental entre lo económico y lo emotivo, los números y las
pasiones, el trabajo y el placer, la represión y el deseo… Hay que reconocer
que en todo ello estamos todavía en los inicios y que hay muchos secretos y
sorpresas en ese capitalismo que creemos conocer tan bien.
A un nivel mucho más divulgativo y comercial también ha causado expectación la socióloga Catherine Hakim con su libro Capital erótico (2011). Además ha polemizado con el feminismo, acusándolo de bloquear o no facilitar que las mujeres puedan aprovechar libremente su propio “capital erótico” en un mundo como el actual que, considera, les es más favorable que en épocas anteriores.
Creo que es alguna
discípula o partidaria de Hakim la que recientemente ha iniciado un celebrado
cruce de mensajes en un portal financiero norteamericano (republicado por Mibrujula.com).
Me ha sorprendido que existan cosas parecidas pues se trata de una especie de sección
de consultas y consejos donde, junto a secas solicitudes de informaciones financieras,
hay también cartas que parecen un homenaje al franquista consultorio de doña
Francis.
Pero sin duda es muy interesante que en la actual crisis post2008, donde todos nos hemos convertido un poco en economistas y críticos del sistema financiero, se admitiera (si no se generó por el propio staff del portal) una consulta que en otro tiempo se habría considerado “sentimental” y se habría relegado a las secciones tradicionalmente menospreciadas como “femeninas” de diarios y revistas. Sin duda es un nuevo capítulo a tener en cuenta de ese “capitalismo emotivo” o ese “capital erótico” que también tenemos que comprender.
Como veremos, usar aquí el término “sentimental” es muy engañoso pues, ni la carta inicial de una mujer ni la respuesta posterior del “millonario”, tienen nada de sentimental. Pero ya se sabe que en los asuntos del “corazón” se suele imponer un crudo pragmatismo, cuando se mezclan con los de la cartera y con enlaces matrimoniales y patrimoniales (noten como cambia el sentido, simplemente cambiando la raíz femenina o masculina del término).
La primera sorpresa es que alguien haga una carta de consultorio sentimental en un portal financiero, aunque como veremos se parta de la paradoja de la ausencia total de sentimentalidad en las actitudes y discursos, e implícitamente se muestre la clara disposición a instrumentalizar los sentimientos.
En su consulta inicial, la mujer -con lenguaje muy directo y admirable concisión- se presenta como “hermosa (yo diría que muy hermosa) de 25 años, bien formada y tengo clase” e –inmediatamente- manifiesta su objetivo: quiere casarse con un millonario, un auténtico y sobrado millonario.
Al parecer ha tenido experiencias con millonarios pero menos: “hombres que ganan de 200 a 250 mil”. Ejemplifica lo que busca con una conocida jerarquía de barrios guay de Nueva York pues ella aspira a vivir en el Central Park West o como mínimo en Tribeca. Por eso decide: “Quiero casarme con alguien que gane como mínimo medio millón de dólares al año” y pide que la aconsejen, dirigiéndose a las esposas de millonarios de ese nivel ¡se supone que también son lectoras del portal financiero!
Pero, como era de suponer, la respuesta no llega de una de estas esposas sino del propio millonario. Seguramente la solicitante se equivocó gravemente de medio y forma. Como además menospreció totalmente el impacto de los sentimientos, es contestada en el mismo brutal registro discursivo. Pero gracias a tales errores, nosotros podemos analizar su propuesta, la del millonario y –como veremos- remontarnos en la historia para mostrar como todo cambia mucho, para permanecer en el fondo muy similar.
Alguien que afirma ganar efectivamente más de 500 mil dólares por año responde a la consulta citada con la misma calculada y fría racionalidad de la solicitante. Soy consciente que este aspecto es lo que da cierta gracia a un asunto bastante miserable por otra parte. Pues resulta que el millonario ha llegado a serlo haciendo números (no sé si trabajando) y concluye contundentemente que “Lo que Ud. ofrece, visto desde la perspectiva de un hombre como el que Ud. busca, es simplemente un pésimo negocio.”
La explicación es digna de los cursos o libros de negocios (sospecho que la anécdota se inicia precisamente allí) y es también muy directa y concisa: “lo que Ud. propone es un simple negocio: Ud. pone la belleza física y yo pongo el dinero.” E inmediatamente se refiere a una profunda ley de vida que rápidamente me recordó al poeta renacentista francés Pierre Ronsard, pues dice el millonario: “Con seguridad, su belleza va a decaer, y un día va a terminar”.
Pierre Ronsard |
Ahora bien el millonario en cuestión no se pone tan trágico ni poético y -en cambio- alude a una ley desagradablemente confirmada durante la crisis que vivimos: mientras tanto “lo más probable es que mi dinero continúe creciendo.” Es decir la belleza y la juventud se desvanecen rápidamente, pero el dinero y el capital tienden a perpetuarse e incluso a acrecentarse.
El millonario acierta cuando dice con cínico pragmatismo: “en términos económicos, Ud. es un activo que sufre depreciación y yo soy un activo que rinde dividendos. Ud. no sólo sufre depreciación, sino que, como ésta es progresiva, ¡aumenta siempre!” ¡La belleza y la juventud no pueden sinó degradarse como afirma -mucho más en general- la segunda ley de la termodinámica.
Significativamente el millonario no menciona el final último de ese proceso en que la muerte vuelve a igualar a todo el mundo: la joven bella, el poeta y el millonario; pues al parecer éste último pretende gozar de la longevidad y persistencia de su dinero y del capital.
Olvidando también la caducidad del "valor de uso" del dinero y riquezas, el millonario va desgranando contundentemente los principios económicos aplicados a la belleza-juventud frente a un capital que parece no tener edad ni temer a la muerte: “Ud. está hoy en “alza”, en la época ideal de ser vendida, no de ser comprada.” Por eso y como cualquier activo de este tipo, el frío y racional mercado “valora” la belleza en el mejor momento de su juventud como “en ‘trading position (posición para comercializar), y no en ‘buy and hold’ (compre y retenga)”.
Eso último equivaldría al matrimonio que, o bien es para toda la vida, o bien suele incluir un suculento divorcio. Por eso el mencionado millonario ve mal negocio “a mediano o largo plazo” en esa posibilidad y prefiere proponer una transacción a más corto plazo, pues “alquilarla puede ser en términos comerciales un negocio razonable que podemos meditar y discutir usted y yo.”
Para ello el presunto millonario propone, con cínica pero absolutamente racional coherencia, establecer una “certificación de cuán ‘bien formada, con clase y maravillosamente linda’ es” la chica consultante, incluyendo -¡cómo no!- “una prueba, o sea un ‘test drive…’” Pero insiste que, evidentemente, no se trataría de un acuerdo matrimonial sino para una operación más temporal y fácilmente rescindible. Algo parecido a eso que muchos lamentablemente tienen que firmar para trabajar en escuelas y universidades: un “contrato de obra y servicio”.
Como hemos evitado hasta ahora todo sentimiento, evitaremos precisar, denominar, calificar o adjetivar el tipo de “obra y servicio” que el presunto millonario está dispuesto a firmar con la presunta belleza. Pero, por si no quedara todo claro, el “millonario” insiste en concluir: “como comprarla es un mal negocio, por su devaluación creciente, le propongo alquilarla por el tiempo en que el material esté en buen uso.” Y firma “Un millonario que por eso es millonario”.
Creo que a todas luces no tiene demasiada importancia si la anécdota o las presuntas cartas son auténticas, o si más bien son creación ad hoc de algún periodista asistente a cursos de MBA. Ello no cambia demasiado la reflexión y crítica que nos provoca, pues el imaginario social y cultural es tan real y descriptivo (si se estudia y analiza bien) de la realidad social, como muchos otros hechos aparentemente más apegados a la realidad. Aunque sea falsa la anécdota, en esos discursos encontramos mucho de lo que podemos reflexionar y diseccionar como “capitalismo emotivo” o “capital erótico”.
No hace falta pues que exista concretamente la belleza fríamente casamentera de la consulta ni tampoco el cínico y calculador “millonario”, pues todos conocemos personas reales que se aproximan peligrosamente a ellos. Por ello esas actitudes y valores no nos son extraños, al contrario a mí me parecen especialmente pertinentes al estado mental, actitudes y valores que surgen de la crisis post-2008. Pues también el “capitalismo emotivo” va cambiando con las circunstancias.
Alguien dirá que esas actitudes son tan viejas como el capitalismo e incluso como la humanidad misma. Pero creo que durante períodos de “fiesta” económica (como la “Belle Époque”, los famosos “30 gloriosos” o las “burbujas financieras e hipotecarias”), el cínico economicismo de la consulta y su respuesta quedaba escondido por el entusiasmo y la efervescencia del momento. Por ello, “transacciones” económicamente erróneas o “malos negocios” similares al propuesto por la presunta belleza eran más fácilmente aceptados, mientras que paralelamente las bellezas casamenteras no reflexionaban tan crudamente sus objetivos.
En todo caso insisto en algunos elementos que nos hieren o sorprenden a pesar que todos estamos curados de espanto: en primer lugar el frío, calculado, ultrapragmático y ultrarracional cinismo en la concepción de sentimientos humanos como el amor y de relaciones como el matrimonio.
En segundo lugar vale la pena destacar el rechazo o –mejor dicho- el completo obviar de cualquier perspectiva emotiva, sentimental o pasional (más allá de querer dinero y vivir bien). El deseo está presupuesto a todo el discurso, pues se parte de que la belleza, la juventud, la clase… es deseable como también lo es el dinero.
Ahora bien, es un deseo objetivado, racional, universalizable… planteado en términos de mercado, de "valor de cambio" más que "valor de uso", de lo que los mercados valoran o desean… Y no de lo que alguien concreto y personal puede desear por ejemplo de una mujer o de un hombre, de una relación, de la vida… ¡Que es algo mucho menos predecible, calculable y universalizable! Bueno, al menos así lo creo.
También sorprende y debemos destacar la seguridad existencialmente extraña (al menos para un filósofo que ha leído Ronsard o los existencialistas) del millonario que, en plena crisis mundial, confía tanto en su dinero y su continuado aumento… Incluso lo considera mucho más sólido, seguro, fiable, no devaluable… que virtudes de indudable valor en una sociedad del espectáculo y del hedonismo como es la actual.
Creo recordar que analistas franceses se sorprendieron cuando cuantificaron que los beneficios aportados durante las décadas de los 1950 y 1960 por Brigitte Bardot y vieron que eran superiores a los de las fábricas Renault. Y evidentemente las virtudes de la Bardot eran por entonces la belleza, el saber actuar y eso que se llama “clase” o “glamour”.
Desde entonces se han multiplicado infinitamente los beneficios o ¿por qué no decirlo? la “productividad” (¿pues de eso se trata, no?) generados por fenómenos como los Elvis Presley, los Beatles o los Rollings, Claudia Schiffer, las más conocidas modelos y actrices, Madonna, Messi, etc.
En el capitalismo postindustrial y la sociedad del conocimiento pero también del espectáculo, tales artistas o “empresas” (pues funcionan como auténticas empresas) “producen” más beneficios y dinero que grandes, sucias y contaminantes plantas industriales… y con miles de trabajadores.
Pero finalmente, quiero destacar un aspecto más humano y existencial que parecen olvidar tanto la presunta belleza como el presunto millonario. Se trata no sólo de la conciencia de la muerte que todo lo iguala y de la que no podemos escapar, sino también la conciencia de una vida, unos valores, unos sentimientos y unas experiencias más allá de lo cuantificable y medido por los mercados.
Por eso recordaré dos ideas que elaboró maravillosamente Pierre Ronsard y que aparentemente se contradicen. Pues la una remite a la única pervivencia o incluso 'transcendencia' al menos en nuestra sociedad y en la Tierra: aquella memoria buena o bella, filosófica o poética, amable o odiable que uno haya dejado de sí mismo y de sus obras:
“dirás maravillada, mientras cantas mis versos: / «Ronsard me celebraba, cuando yo era hermosa», / Ya no tendrás sirvienta que tales nuevas oiga / y que medio dormida ya por la labor / se despierte al oír el sonido de mi nombre, / bendiciendo el tuyo con inmortal alabanza.”
Pero mientras tanto, también hay que cantar el tiempo presente que huye y aprovechar el tiempo y la vida de los que cada uno dispone muy limitadamente: “Lamentando mi amor y tu desdén altivo / Vive, créeme, no aguardes a mañana: / Coge desde hoy las rosas de la vida.”
Ahora bien, ¿Cómo vivir? ¿Siguiendo cuales valores? Pues como denunciaba Oscar Wilde "Vivimos en una sociedad que sabe muy bien el precio de todo, pero desconoce el valor de nada". ¿Hay que guiar la propia vida simplemente calculando y pagando precios independientemente del Valor?
O ¿hay que maximizar la intensidad del valor escogido y pagar desesperanzadamente el correspondiente precio social y quizás biológico? Como canta Charles Baudelaire en Spleen de Paris:
"Hay que estar siempre ebrio. Eso es todo: la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del tiempo quebrando la espalda y doblándonos hacia la tierra, hay que emborracharse sin tregua. ¿Pero con qué? Con vino, poesía, o virtud, como gustéis. Pero emborráchense. Y si alguna vez, en las escalinatas de un palacio, sobre la hierba verde de un parque, en la taciturna soledad del cuarto, despiertan ya disminuida o desaparecida la borrachera, pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a lo que gime y rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregunten qué hora es y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, responderán: "¡Es hora de emborracharse! ¡Para no ser mártires esclavos del tiempo, emborráchense; emborracharse sin cesar! Con vino, poesía o virtud, como gustéis."
Pero una vez más, el problema no es tanto el precio sino el Valor. Y quizás como sugiere Gilles Deleuze hay que seguir la estela de Nietzsche y hacer de la vida y la filosofía "un arte, el arte de
interpretar y de valorar.”
31 comments:
Hola Gonçal,
La anécdota –poco importa si es real o inventada- es realmente ilustrativa de estos tiempos de “turbocapitalismo”. Ciertamente, se podría objetar que la concepción más fría, racional e interesada del amor y la sexualidad, de eros, no es nueva y que la literatura y el arte –esos espejos del alma de la persona, pero también de una época y un contexto social dado, tan o más agudos que los sesudos estudios históricos, sociológicos y antropológicos- hace siglos que nos lo muestran. Baste, en este sentido, con recordar la conducta y las motivaciones de buena parte de los personajes de la Celestina, o la de Valmont y Mme. De Merteuil en Les Liaisons dangereuses.
Sin embargo, la existencia de este tipo de conducta y de mentalidad quedaba circunscrito y limitado por un sinfín de normas sociales que regulaban lo que se consideraba lícito y lo que no. La costumbre, las creencias religiosas, los convencionalismos sociales, la moral imperante y el miedo al “qué dirán” acotaban muy seriamente el despliegue del cálculo más instrumental y ciego o, cuando menos forzaban a disimularlo. A fin de cuentas, la Celestina, por mucho dinero que pudiera albergar, era poco menos que una proscrita en términos sociales, mientras que el buen crédito y la buena fama de Valmont y la marquesa se basaba, justamente, en su habilidad por parecer virtuosos, altruistas y decentes.
Por otra parte, a medida que el cálculo racional, el “desencanto del mundo” y la pérdida de todo ideal o valor trascendente en aras del dinero se iban imponiendo de la mano del avance del capitalismo y de la burocracia moderna, el amor y la sexualidad se iban, al menos parcialmente, “desinstitucionalizando”, desligándose de las ataduras sociales y de los matrimonios por conveniencia para pasar a basarse en el amor y la pasión, convirtiendo así al hogar en el último refugio, en el santuario que nos protege de un mundo exterior desprovisto de alma. Podemos sospechar, y con razón, que el “amor romántico” ha sido más un ideal –no exento de cargas ideológicas- que una realidad generalizada, pero, aun aceptando este crucial matiz, mantenía su vigencia como modelo de actuar y como concepción ideal de lo que debe ser la vida en pareja y en familia.
He escrito “existía” porque, a raíz del ejemplo que expones, de los argumentos que ofreces y de los análisis de Eva Illouz y otros sobre el amor y la pareja en los tiempos de Internet y del capitalismo desbocado, parece que, por primera vez en la historia, asistimos a un doble y paralelo proceso: por un lado, las emociones, impulsos y deseos adquieren, más que nunca, un alto valor de mercado, son una fuente virtualmente inagotable de beneficios, de marketing, y, además, sirven como un “capital” en el sentido que Bourdieu dio al término, es decir, como una herramienta para posicionar al individuo en la escala social, para mejorar la imagen y la posición social de éste. Por otro lado, hoy el interés más crudo, el cálculo más explícito y la racionalidad más descaradamente instrumental se adentran, ya sin miedo ni complejos, en nuestra subjetividad, en nuestra intimidad. Hoy ya resulta lícito exponer abiertamente la intención de calcular el coste y el beneficio económico en los dominios de eros.
Parece, pues, que hoy más que nunca dinero e impulsos convergen, se convierten en un activo intercambiable que, a diferencia de lo que ocurría en otras épocas, entran de lleno en la intimidad y –lo que es tanto o más significativo- puede ser expuesto sin tapujos ni remordimientos.
Saludos,
Lluís
En los vínculos románticos, ahora hay atracción sexual, de tal modo que en el otro, "uno tiene que sentir que es una bomba, que le gusta el sexo, que le gusta dar y recibir placer". De este modo, la sensualidad es clave en la elección de pareja. Pero habrá un escollo, y es que en esa búsqueda de la "química" no hay parámetros objetivos.
Ver más en:
http://mystikeepopteiaperagirche.blogspot.com.es/
Hola Lluís y Sílvia, vuestros dos profundos comentarios me obligan a prometer otro post para poder contestarlos adecuadamente. Saludos.
Haig de dir que m’ha costat arribar a llegir tot l’escrit sense veure-hi reflectida cap més consideració que la pura i mera especulació crematística...
Jo sóc dels que penso que en el moment de l’enamorament influeix molt la bellesa física... però si aquesta bellesa fos la d’un cadàver potser no es produiria l’enamorament...
Crec que no es pot simplificar la bellesa corporal dins la possibilitat de momificar-la...
Tampoc crec que la bellesa física actualment sigui només “patrimoni” exclusivament femení.
Em sap greu que el senyor “milionari” no tingui en compte que amb els anys els seus gustos poden i solen canviar... ja que les possibilitats funcionals de tota persona humana canvien i la convivència amb la seva companya o company condiciona la forma de veure-la envellir... Adaptant tot sovint percepcions “escultòriques de marbre” a “visions escultòriques-emocionals” (sinó que li preguntin a Auguste Rodin... que per donar “vida a les seves escultures requeria un coneixement més ampli de les/els seu/seves models que el purament corporal...)
També em sap greu la poca estima que crec percebre sobre del desig sexual espontani (sense cap mena de condicionament econòmic ni de reivindicació certificada de joventut eterna)... Sé ben bé que no és un valor mesurable objectivament... però compadeixo a les persones que com el “milionari” no han tingut la possibilitat d’experimentar-lo mai...)
Crec Gonçal, que tal com “aparques” la continuació del debat en el teu “punt-i-seguit” val més que ho faci jo també perquè penso que el tema pot ser molt extens i cal anar per parts...
El post reflecteix un món o unes actituds on el capitalisme desplaça i substitueix l'amor, Toni.
Afortunadament encara hi ha enamorats. Però les referències són a unes altres actituds digue'm-ne neoliberals.
És trist, però reflecteix una tendència creixent.
potser és qüestió de percentatges Gonçal... però no jo crec que quan varem donar per acabada l'època dels matrimonis de conveniència passessin a ser tots de persones enamorades... no de bon tros...
crec que amb aquest tema també i torna a influir molt la facilitat d'adquirir i processar "informació"...
Una de les influències que crec que va engrescar a molta gent és el cinema... amb tota la porfídia de sublimar l'enamorament... i d'acabar les pel·lícules quan la parella protagonista es casava...
l'enamorament "idiota" o extremadament càndid que retrata el René Magritte ( https://www.google.com/search?tbs=sbi:AMhZZitv06PYaCMCVGp8Lnk8-R-5f5Zu2dKC9wDpCyh7IrabTiXMGq6Bc4rd5Y6HvnCteBYIdF7uBG2rrtZ259_1b9DMZT4zpYJ_1CRXD6MsKrVEY0b6X-QS6NovDMPPUNYGqFPur8j1d23vRmyuhAYXx5R4kZjAMMMaiKLCCi5lbs6gpcVSJzVmHEUMDivSA0i-GtYOzI-vvR5BgCFBaGF9qkMgZNaVNOMvEWVJZtHrfxPwGuPUVN3e276PNmhDUBnKMhtsh_1BJx0IZsSrJpWraImIehA1AWG_1944UNRv_1wl06zYu2QfbMtLbKEjBrvsqS3ZZtkqhKbSxng0FHUgztT4S0ebR3sMDQw ) en el que els pretesos enamorats no sabien gairebé res l'un de l'altre i es deixaven portar per la part física del cos i com a molt per la psocomorfologia intuida... Crec que si que està en decadència... perquè això del "cor" cada vegada es fa més pal·les que ha de passar per filtre del cervell...
però això no vol dir que la gent no s'enamori... potser de manera més "immoral" podríem dir... (fora de l'acadèmia), i que tal vegada no triïn el viure junts... o si m'apures alguns optin per escollir el "poli-amor" com una forma de viure de forma engrescadora compartint la vida amb una o unes persones que els atreguin, els captivin, els sedueixin... (i un llarg etcètera...) ja que al final (com diuen els de la cucacola) és la "xispa de la vida"...
jo no deixo de veure parelles pel carrer, i a cases de mobles i de parament de llar... qua a més a més de vibrar amb seu afecte malden per posar al món la seva descendència "amb amor"...
Totalment d'acord amb els teus dos darrers posts, Toni.
Crec que la humanitat tendeix a estar escindida entre dos impulsos contraris. Usant termes de Freud que lamentablement han esdevingut tòpics són: el principi de plaer i el principi de realitat.
La gent està profundament escindida entre deixar-se dur pel desig, la líbido, l'impuls eròtic-sexual i inclús el que -en altres posts- hem anomenat "llibertat"; en front a guiar-se pel realisme, la conformitat amb l'entorn, la comoditat vital i el que hem anomenat "seguretat".
Aquestes dues tendències contràries solen conviure i només puntualment l'una anorrea l'altra. La major part de les vegades hem d'escollir entre elles provocant-nos un gran patiment. Formen part d'alguns dels més complexos dilemes de la vida!
potser he estat excessivament cruel amb el primer paràgraf... Gonçal... però en la meva època la gent anava a ballar en sales de festes o discoteques... i invitava a compartir ball a la noia que que més gràcia li feia... (només per l'aspecte físic...)
en molts casos es tornaven a trobar varies vegades més fins que generalment el noi li demanava a la noia "per sortir"...
les converses que solien tenir generalment no eren de les més profundes... i moltes vegades els nois es trobaven als bars quan sortien de "festejar" i llavors parlaven "d'altres coses"...
amb això vull dir que les coses més primordials (capaces de provocar un daltabaix en la parella) i on hi podia haver més dissidència es miraven d'evitar... (les dones són dones i no ho entendrien...)
insisteixo que moltes eren "parelles d'acadèmia"... Primer la mili, dos anys de festejar i cap a l'altar... (amb un desconeixement molt important de les aspiracions, ambicions, capricis, desitjos, somnis i tota mena d'estats efectius que estructuraven les personalitats de cadascun...
pel que dius sobre " el principi de plaer i el principi de realitat." gosaria dir que si et veus obligat a triar ja has fracassat... crec que t'ha vençut el principi de "realitat" abans que que fossis conscient de que podies escollir...
En moltes societats i durant mil.lenis, el matrimoni era bàsicament una aliança entre famílies. ES tractava de crear una nova unitat familiar amb fills, propietats, sovint negocis que s'hi associaven...
Està molt estudiat el naixement de l'amor romàntic que històricament no era gens habitual, encara que sempre hi havia històries que s'hi apropen.
Avui, sobretot a Occident, l'amor romàntic ha esdevingut un tòpic i sembla inqüestionable, però hi continuen pràctiques i tendències molt en la línia de ser bàsicament una aliança i compromís familiar.
Avui inclús s'analitzen molt críticament algunes conseqüències i falsedats generades al voltant del mite de "l'amor romàntic".
Corin Tellado no és el model únic ni universal de parella, família o amor!!!!!
Suposo que algú altre -Toni- deu pensar o dir el mateix respecte al "principi de plaer": llavors "ja t'ha vençut abans que que fossis conscient de que podies escollir..."
la realitat no té perquè ser ser excloent del principi de plaer... crec que és una habilitat innata dels bons amants saber-se bressolar sobre una barca que el seu balanceig forma part de la satisfacció més gran de viure...
És clar! Viure té això: saber decidir i aconseguir coses aparentment impossibles. Nietzsche parlava de "ballar amb cadenes".
M'agraden molt els versos de Guimarães Rosa a “Grande Sertão: Veredas”: "O correr da vida embrulha tudo. / A vida é assim: esquenta e esfria, / aperta e daí afrouxa, / sossega e depois desinquieta. / O que ela quer da gente é coragem”.
Si... si... hi estic d’acord amb els versos de João Guimarães Rosa... però per a mi semblen una resignació davant de tots els inconvenients que ens presenta la vida... i quan dic que no admeto la possibilitat de poder triar, és perquè ho estic sospesant des d’un punt de vista totalment hedonista... com crec que és indispensable en l’actitud automàtica de qualsevol amant enamorat... els quals són capaços (sense voler) de convertir els inconvenients en oportunitats de gaudi... com sembla que feien els cristians que els romans tiraven als lleons...
L’enamorament, el desig, l’enardiment, la passió, l’atracció, l’entendriment, l’entusiasme... etc., etc. no crec que siguin afers que es puguin escollir. Ni el fet de que es donin , ni el moment, ni el grau, ni res de res... “Es pot volar sense perdre el món de vista i sense (òbviament) tocar de peus a terra...” (crec que això em distancia del pensament de Sigmund Freud...
Les sensacions emotives... jo no les dissocio de la “realitat”... per a mi són tant reals com qualsevol pedra o objecte compost solament de matèria inerta. Una altra cosa pot ser la capacitat de mesurar uns i altres... una pedra en podem saber el volum, el pes, el color, els minerals que la composen... mentre que l’enamorament, el dolor, el gaudi i emocions en general... crec que encara no hem trobat “les balances” adequades per saber-ne el pes...
Però això no em fa dubtar de la seva existència, ni de les seves conseqüències...
També haig de dir que m'identifico plenament amb l'expressió de Nietzsche...
Crec que t'entenc, Toni. Sempre m'ha meravellat que pots desitjar desitjar alguna altra cosa diferent del que efectivament desitges (p.e. m'agradaria ser capaç d'estudiar per a notari), però que és impossible no desitjar el que desitges (què evidentment no és voler ser notari!!!!!). M'he explicat bé amb el joc de paraules???
D'altra banda, el desig, l'enamorament, l'apassionament i l'entusiasme ens projecten els humans molt més enllà de la nostra miserable limitació fàctica.
Podem aplicar la famosa conclusió de Hölderlin: «L'home és un deu quan somia i un captaire quan pensa», dient que «L'home és un deu quan desitja o estima follament, i un captaire quan en calcula les probabilitats d'aconseguir efectivament l'objecte de desig».
Em sembla que no parlem del mateix Gonçal... jo nego la possibilitat que sembla proposar Hölderlin... en un paràgraf anterior jo deia criticant a Freud...:
pel que dius sobre " el principi de plaer i el principi de realitat." gosaria dir que si et veus obligat a triar ja has fracassat... crec que t'ha vençut el principi de "realitat" abans que que fossis conscient de que podies escollir...
per a mi... l'enamorament és tan difícil d'evitar com qualsevol alteració mental/emocional... no dona peu a triar, ni a sospesar si et vols enamorar o no... i si és que ho fas tampoc et deixa triar el dia que ho pots deixar d'estar... tots els raonaments poden ser estèrils si van contra la voluntat de l'enamorat...
Crec que el dilema és viure l'enamorament (i el desig entusiàstic, etc.) com a esclavitud o bé com a llibertat plena.
Tendeixo una mica follament a viure'ls (com crec que feien Hölderlin o Nietzsche) com a la suprema sensació de llibertat i de plenitud assolible pels humans.
No sé si tu -Toni- els vius com a esclavitud ja que dius que "l'enamorament és tan difícil d'evitar com qualsevol alteració mental/emocional... no dona peu a triar".
Què és més important: poder triar o viure plenament????
també m'agradaria constatar la meva dèria de no fer "calaixets" perquè a vegades el meu discurs es pren de manera con si jo fos un defensor acèrrim de l'espiritualitat i un detractor igual d'acèrrim de la part física, que molta gent he vist que l'associen amb la "realitat"... i no...
jo penso que la sensació que et pot reportar una carícia pot ser "celestial" (per dir-ho d'una manera bucòlica) però malauradament les carícies que funcionen no es poden fer per internet, ni de pensament... Ho dic perquè encara trobo molta gent que envileixen pa part "real-material-corporal" tot pensant-se que així contribueixen a enaltir (la peça clau de la cardiologia) "el cor"...
(el pecat de la carn...)
la "dependència" de la persona estimada jo no la considero mai com una esclavitud... ans al contrari... més aviat penso que és un antagonisme estar enamorat i no tenir cap dependència envers la persona que estimes...
ja fa un quan temps que sembla que s'ha posat de moda parlar malament de la dependència... els psicòlegs més "progres" que conec jo, tots van amb el mateix argument... (però també haig de dir que no els hi he sabut veure que haguessin passat mai per cap enamorament... (això també diu moltes coses...)
estic d'acord que les dependències exagerades com les de Mariano José de Larra y Sánchez de Castro són malaltisses... però d'això a argumentar que tota dependència és dolenta crec hi ha un món de matisos pel mig... (com en totes les coses de tipus empíric, diria que no es poden observar des de la lògica binària... )
inclús sortint del món de la parella... observo dependència de pares cap a fills, de avis cap a nets i... i... i...
(que és necessitat i que és dependència...)???
(Que és estimació i que és apatia...) ???
(que és la passió i que són els contractes...) ???
Té molt a veure amb algunes de les més importants paradoxes humanes:
D'una banda, rebutgem les dependències tòxiques i excessives, inclús quan tenen a veure amb "l'amor", com el pelele ridícul en què es converteix el "professor de filosofia" a Der blaue Engel amb Marlene Dietrich!!!!!!
De l'altra banda però, hem sacralitzat i adorem "l'enamorament romàntic" que també és una dependència. Ara bé la veiem sana i és veritat que sovint potencia l'enamorat i li dóna forces extraordinàries.
Som difícils d'acontentar i equilibrar els humans!!!!
No hi estic gens d'acord... Jo no parlo de que ningú es converteixi en "pelele" (això només es pot escaure en una relació de tirania...), però a la vida existeixen coses maques... (no més maques per aquells que no poden tenir el mesurador de "lletges" "menys lletges" "nornals" "maques" i "molt maques")
malgrat que no ho sembli, a primera vista, sol ser una percepció "freda" "mig morta" " matematitzada" potser no per la lògica binària però si per la lògica borrosa o "fazzy"...
al meu entendre "l'enamorament romàntic" no es pot mirar des de l'objectivitat que crec que amb l'afegitó de "romàntic" pretén fer una mena befa d'aquest tipus d'enamorament per part dels "realistes" precisament perquè no es mou dintre dels paràmetres del seny... sinó de la rauxa...
(cal que et digui que considero reals tan el seny com la rauxa i que l’un no eclipsa l’altra...)
tot i que les comparances són odioses penso que tampoc es pot parlar del "mal de queixal" des del punt de vista totalment pragmàtic dels "realistes"... no té sentit el dolor i el desesper que provoca aquesta inoportunitat quan vist des de la "lògica" es podria encendre una "llumeta" a la part dreta del front i avisar de cal anar el odontòleg... ni que algú agafi una depressió de cavall perquè no sap autogestionar les adversitats...
Allí està la paradoxa!!!!!!
Algunes de les coses "més maques"(p.e. l'enamorament) no són controlables i "ens dominen" sense que en puguem fer massa!!!!!!
És bestial!!! Una paradoxa brutal!!!!! L'espècie de la llibertat exaltant coses "maques" com l'enamorament que no són lliures!!!!!!!!!
Clar els dos pols de la paradoxa són reals. Això és innegable i això fa encara més paradoxal la condició humana. És un dilema de gran profunditat.
Els que calculen reflecteixen una certa realitat, per alguna cosa segueixen l'anomenat "principi de realitat".
L'enamorament és tan real com que la gent s'ha suïcidat realment. També el desig, les pulsions i el "principi de plaer" són reals. Què farien els humans sense desig, passions o plaer??!!!
La gent viu i mor en aquesta paradoxa. És un dels grans dilemes vitals que tothom ha d'encarar i on ha d'escollir.
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