Muros fronterizos y existenciales
Se nos dice que todas las sociedades tienen muros y fronteras. Que no les puede faltar algún tipo de muro fronterizo, de límite, de ‘non plus ultra’, de ‘entrada vigilada’, de ‘dirección prohibida’, tanto para salir y ser diferente como para entrar e incluirse. En unos casos son muros físicos, materiales, altísimos, fortísimos, con policías y vigilantes armados dispuestos a todo. En otros casos pueden ser límites más imaginarios, simbólicos, culturales e inscritos profunda e inconscientemente en las mentalidades, en las subjetivaciones y en los hábitos sociales de la gente.
Evidentemente en la mayoría de los casos son fronteras
híbridas -como se dice hoy- que suman todo ello y basan su poder coercionador
en violencias físicas, pero también mentales, interiorizadas y convertidas en
hábitos colectivos prejuiciosos. Seguramente cuando las fronteras son mixtas
devienen máximamente poderosas, filtrantes, persistentes, coaccionadoras y
difíciles de eliminar o superar.
Evidentemente los cada vez más altos muros que separan y
blindan la frontera entre Estados Unidos y México, entre Marruecos y España en
Ceuta y Melilla, entre israelís y palestinos, etc., no son solamente físicos y militares
sino también mentales, ideológicos, civilizacionales y de la consistencia de
los prejuicios. Si solo fueran una sola cosa, sin duda serían mucho más fáciles
de destruir y habrían sido mucho más difíciles de construir y -sobre todo- de
que fueran aceptados los grandes despilfarros económicos y enormes costos
humanos que comportan.
La vida cotidiana de todo el mundo está llena de paredes
que bloquean el paso, de puertas abiertas de par en par mientras que otras
están sólidamente cerradas, de caminos de dirección única junto a callejones
sin salida y de líneas rojas que es imposible cruzar, aunque a veces sean
prácticamente invisibles. El movimiento e incluso el pensar o el imaginar están
siempre muy condicionados, pues inapreciables desniveles nos impulsan a optar
por ciertas direcciones, incluso inconscientemente, mientras que puede llegar a
resultarnos imposible caminar en la dirección contraria.
El espacio no es nunca neutro, especialmente el espacio
politizado, normativizado e ideologizado (Mayos, 2022). Barreras y límites
vedados son una realidad social omnipresente, a veces abstracta y básicamente
simbólica, y otras veces rotundamente física y con profundas consecuencias
existenciales para la gente. Aquí analizaremos algunos de los sentidos más
metafóricos, simbólicos, importantes y decisivos de las fronteras sociales.
En muchos sentidos, hemos pasado de una sociedad y una
era donde los 1) límites sociales estaban marcados por muros altos, sólidos e
infranqueables como en los laberintos (Mayos 2018b). En ellas, muchas normas
sociales, hábitos, costumbres, actitudes, comportamientos e incluso
subjetivaciones funcionan como pasadizos entre dos paredes que obligan a los
transeuntes a seguirlos y tan solo les dejan decidir en algunas bifurcaciones y
dentro de dos o tres caminos alternativos. E incluso muchas opciones terminan
siendo callejones sin salida que obligan a volverse sobre los propios pasos.
Insistimos: en las sociedades estructuradas como los
laberintos, la más trivial libertad de elección es rara y suele limitarse a
escoger entre unos pocos caminos alternativos. Son elecciones del tipo: o bien
casarse con alguien que encaja dentro de los parámetros sociales fijados, o
bien escoger alguna otra alternativa preestablecida: como por ejemplo el
celibato, entrando en una orden religiosa o dedicarse a cuidar a los padres.
Cualquier otra elección, suele comportar situarse peligrosamente al margen de los
hábitos y costumbres sociales.
A pesar que no podemos ser ingénuos ni exagerar la
presunta ‘mejora’, en la modernidad avanzada se ha tendido a suavizar ese
estricto orden donde paredes y fronteras marcan territorios muy distintos. En
las últimas décadas, se ha generalizado la tendencia contraria: modificar y
complejizar las formas de límitar, separar y estructurar las sociedades; hasta
el punto que las fronteras, ya no son tanto muros, como espacios áridos,
desertizados y de difícil tránsito como si fueran dunas o arenas movedizas (Mayos,
2023). Entonces y en comparación con el modelo de laberinto, donde las opciones
son bifurcaciones muy concretas, paredes bloqueadoras y puertas que solo se
abren para algunas personas muy concretas; esas nuevas fronteras más flexibles
y aparentemente menos rotundas pueden despertar esperanzas de mayor libertad.
Incluso podemos imaginar que harán olvidar los bloqueos y
que llegarán a funcionar como puertas siempre abiertas y para todos. Es la
imagen popular de revoluciones tipo ‘Octubre’, donde la gente imagina que rotos
y caídos lo muros ninguna otra frontera o límite los sustituiría. Como en el
famoso slogan del Mayo1968, se sueña que bajo los adoquines de las calles de
París surgirían las idílicas playas (Mayos, 2013b). Y ¡entonces todo sería
posible!
Aquí puede ser útil profundizar en nuestra metáfora de
fronteras como dunas y arenas movedizas. Pues, ciertamente, las dunas pueden
ser cruzadas, pero nuestros pasos se hunden pesadamente en ellas sin que apenas
ofrezcan verdadero apoyo. También resulta fácil perderse en un cambiante mar de
arena, es difícil encontrar allí los distantes oasis y en cualquier parte
pueden haber unas invisibles arenas movedizas que nos traguen.
El modelo metafórico del laberinto nos permite pensar la
coerción y represión que significaban la fronteras-muro tradicionales, pero el
modelo metafórico de las fronteras-dunas o arenas movedizas, que parece
proliferar hoy, tambié tienen sus inconvenientes, peligros y poder coercitivo.
Por eso vale la pena avisar que -si lo analizamos con detalle- el paso de la sociedad-laberinto a la sociedad-mar-de-dunas también
debe ser analizado profundamente, de forma crítica y sin ingenuidades.
Ver los posts a partir del artículo ‘Fronteras ¿cómo muros? o ¿cómo dunas y arenas movedizas?’ de Gonçal Mayos (pp. 63-83) en Política internacional en flujos humanos y frontera flexible, Carlos Oliva y José Luis Aguilar (coords). Morro, J., Soro, K., Martín, M., Mayos, G., Arizmendi, P., Oliva, C., Becerra, G., Ortega, E., & Aguilar, J. L., 2025, México: Zenodo (https://litoralesliterarios.org/index.php/litoral/index, pp. 8-165). https://doi.org/10.5281/zenodo.14895859 ISBN: 978-607-26-7961-0. https://isbnmexico.indautor.cerlalc.org/catalogo.php?mode=resultados_rapidos&palabra=Pol%EDtica+internacional+en+flujos+humanos+y+frontera+flexible
Ver los posts: - FRONTERAS ¿MUROS O ARENAS MOVEDIZAS?, - PASO DEL LABERINTO A LA DUNA, - COERCIÓN EN SOCIEDAD LABERINTO O EXCEPCIÓN EN SOCIEDAD DUNA, - TURBOHUMANOS SON MIGRANTES HISTÓRICOS Y EXISTENCIALES. - KALLIFATIDES, ESCRITOR MIGRANTE Y RESILIENCIA, - NI-NI, HIKIMORI, FREETER, NEET, OTAKU..., - RESILIENCIA O CLAUDICACIÓN EMOTIVA
No comments:
Post a Comment