Todos hemos devenido emigrantes históricos y existenciales
No es extraño que nos sorprendan las tendencias sociales disruptivas que hemos expuesto. Incluso nos cuesta comprender sus dialécticas perque nos demuestran que todos hemos migrado de sociedades-laberinto con fronteras-muro a sociedades y fronteras-dunas.
Esa rápida migración entre estructuras y sistemas sociales muy diversos nos ha convertido -como veremos- en turbohumanos, cambiando nuestra existencia, politización y subjetivación. Y aunque no nos demos cuenta de ello e -incluso- efectivamente no nos hayamos movido geográficamente, esos cambios profundos nos ha convertido a todos en emigrantes, en la medida que nos movemos histórica y existencialmente.
En los últimos años, los que fuímos formados en sociedades laberinto hemos ido penetrando en una sociedad muy diferente que -como suele pasar- no nos recibe precisamente con los brazos abiertos e incluso nos hace pagar ‘costos’ imprevistos por haber entrado en sus ‘territorios’ sin ser llamados. Pues como al nacer fuimos arrojados a un mundo que no habíamos solicitado, ahora también somos ‘arrojados’ a un nuevo tipo de sociedad que, ciertamente hemos creado entre todos, pero que es independiente de nuestras voluntades y deseos.
¡No solo no estamos adaptados a ella, sino que incluso tenemos que transformarnos a su ritmo! Tenemos que cambiar nuestras mentalidades y aprendizajes tanto en lo laboral, como en la socialización y la política, en la cultura y los valores, e incluso en las subjetivaciones más íntimas. Como los emigrantes geográficos, también tenemos que adaptarnos a un entorno histórico-existencial distinto, que no nos espera con los brazos abiertos sinó con exigencias, urgencias, tensiones e incluso algunas violencias.
Los turbohumanos, como cualquier otro emigrante, tenemos que aprender a vivir en nuestra ‘sociedad de acogida’ con un margen de negociación limitado y mucha prisa. Si las sociedades laberinto -que coincidían con la modernidad sólida teorizada por Zygmund Bauman (2005, 2003 y 2007) y evolucionaban más lentamente- planteaban ya grandes problemas de adaptación cultural, geográfica e histórica; las sociedades duna nos convierten a todos en exiliados aunque no nos hayamos movido, pues es la ‘modernidad líquida’ la que ha remozado profunda y aceleradamente (Rosa, 2013) 'nuestro hogar' hasta alienarnos de él, sin reconocerlo como tal y sin que podamos sentirnos 'en casa'.
En la turboglobalización típica de las sociedades duna,
digitalizadas, postfordistas y en acelerado cambio constante todos somos
turbohumanos nómadas que descubren -sorprendidos- que su ‘mundo’, ya no es
‘su’ mundo. Que su sociedad es otra, radicalmente otra, y con muchas exigencias
diferentes. Que su formación y aculturización ha quedado en gran parte caducada, pues la metamorfosis experimentada ha
sido rápida e intensa. Exiliados de un mundo que creíamos sólido, eterno y al que nos sentíamos adaptados, ahora sentimos la obsolescencia radical y alienante del extrajero en tierra ajena que -además- no solo se evidencia diferente, sinó volátil y en aterrador devenir heracliteano.
¡Confesémoslo: el viaje forzado a través del tiempo nos atemoriza más que a través del espacio! Porqué, por difícil que sea volver a la lejana casa de partida; sabemos que es un lugar geográfico que no desaparecerá (aunque puede estar ocupada por otros) y, por tanto, sentimos que continuamos teniendo el lugar de partida, un cierto hogar y la casa paterna de la infancia. Aunque estemos lejos y quizás no podamos retornar jamás, sentimos que está allí, que 'existe', nos espera y todavía podemos confiar en volver a ella.
¡Comparados con Odiseo, cuan diferentes son los turbohumanos (Mayos, 2023), migrantes en la relatividad el tiempo! Ulises vuelve a su Ítaca treinta años después, cuando está ocupada por los que, creyéndolo muerto, pretenden la mano de su esposa y el gobierno de su reino. Pero tiene mucha suerte y muchísimos lazos le esperan sin haberse roto: Penélope lo espera, ganando tiempo tejiendo y destejiendo su tapiz; Telémaco ha crecido confiando que el padre vendrá y -juntos- echarán esos usurpadores. ¡Incluso Argos -su viejo perro- está medio ciego pero no olvida el olor del amo viajero y le otorga su último aliento y saludo!
En cambio, los turbohumanos son inevitablemente migrantes y radicalmente exiliados de su casa temporal. Quizás salieron de ella cuando era una sociedad laberinto y vuelven -relativamente poco despues- cuando ya es una sociedad duna, donde el viento transforma el territorio (por tanto lo ‘desterritorializa’ en términos de Deleuze y Guattari, 1988).
Como veremos, entonces emerge una frontera tan compleja, vasta i flexible que no solo captura el migrante, lo desorienta y a la vez lo hace visible, lo bloquea o agota con cada paso que consigue dar, sinó que además ‘destruye creativamente’ todo lo que le circuncida. A la vez, lo situa ante un mundo otro, impide que penetre en él y, sobre todo, que lo pueda considerar 'su casa'.
Ver los posts a partir del artículo ‘Fronteras ¿cómo muros? o ¿cómo dunas y arenas movedizas?’ de Gonçal Mayos (pp. 63-83) en Política internacional en flujos humanos y frontera flexible, Carlos Oliva y José Luis Aguilar (coords). Morro, J., Soro, K., Martín, M., Mayos, G., Arizmendi, P., Oliva, C., Becerra, G., Ortega, E., & Aguilar, J. L., 2025, México: Zenodo (https://litoralesliterarios.org/index.php/litoral/index, pp. 8-165). https://doi.org/10.5281/zenodo.14895859 ISBN: 978-607-26-7961-0. https://isbnmexico.indautor.cerlalc.org/catalogo.php?mode=resultados_rapidos&palabra=Pol%EDtica+internacional+en+flujos+humanos+y+frontera+flexible
Ver los posts: - FRONTERAS ¿MUROS O ARENAS MOVEDIZAS?, - PASO DEL LABERINTO A LA DUNA, - COERCIÓN EN SOCIEDAD LABERINTO O EXCEPCIÓN EN SOCIEDAD DUNA, - TURBOHUMANOS SON MIGRANTES HISTÓRICOS Y EXISTENCIALES. - KALLIFATIDES, ESCRITOR MIGRANTE Y RESILIENCIA, - NI-NI, HIKIMORI, FREETER, NEET, OTAKU..., - RESILIENCIA O CLAUDICACIÓN EMOTIVA
No comments:
Post a Comment