Nunca hasta hoy ha sido tan poderosa la “destrucción creativa” que es la característica principal del
capitalismo (según el economista y político socialdemócrata Joseph Schumpeter). Pues ciertamente el
capitalismo avanzado se ha convertido en un poderosísimo
dispositivo de transformación social imparable.
La destrucción de lo existente es condición inseparable de nueva construcción creativa que, a su vez, será destruida y sustituida por otra, en un proceso sin fin y cada vez más acelerado. Esa es la característica esencial de la modernidad, como ya planteó Jean Baudrillard.
La destrucción de lo existente es condición inseparable de nueva construcción creativa que, a su vez, será destruida y sustituida por otra, en un proceso sin fin y cada vez más acelerado. Esa es la característica esencial de la modernidad, como ya planteó Jean Baudrillard.
Modernidad y capitalismo coinciden -pues- en definir un proceso
recurrente, acelerado y autoimpulsado de destrucción creativa. Enlaza con el imaginario de lo "suprahumano" que Nietzsche entendió como un nuevo comienzo contínuo en un Übermensch totalmente libre de escrúpulos con el pasado y con el futuro.
Ahora bien ¿es vivible humanamente un tiempo acelerado, disruptivo y sin continuidad? ¿Permite generar los necesarios proyectos de vida -tanto individuales como colectivos- que precisa la humanidad?
El teórico neoliberal Friedrich von Hayek fió toda garantía de libertad a una “compulsión impersonal” que -por su intrínseca naturaleza- no puede ser controlada por ningún humano. Es decir no hay ni puede haber nadie en el “Puente de mando”, pues propiamente éste no existe, al tratarse de un proceso disperso de infinitas microdecisiones. Afirmó que es la característica común a la evolución darwiniana, al mercado capitalista y a la modernidad disruptiva.
Ahora bien la famosa “mano oculta” de Adam Smith se pensaba tan solo en el ámbito del mercado, pero Hayek, Ludwig von Mises, el “Objetivismo” de Ayn Rand y Milton Friedman la mitificaron y extendieron a la práctica totalidad de la sociedad e incluso de la vida humana. Así basaron el eterno y "natural" modo de existir humano en perseguir los propios sueños dentro del marco liberador, igualador, "apolítico" y "objetivo" de ese mecanismo disruptivo e impersonal.
Ahora bien ¿es vivible humanamente un tiempo acelerado, disruptivo y sin continuidad? ¿Permite generar los necesarios proyectos de vida -tanto individuales como colectivos- que precisa la humanidad?
El teórico neoliberal Friedrich von Hayek fió toda garantía de libertad a una “compulsión impersonal” que -por su intrínseca naturaleza- no puede ser controlada por ningún humano. Es decir no hay ni puede haber nadie en el “Puente de mando”, pues propiamente éste no existe, al tratarse de un proceso disperso de infinitas microdecisiones. Afirmó que es la característica común a la evolución darwiniana, al mercado capitalista y a la modernidad disruptiva.
Ahora bien la famosa “mano oculta” de Adam Smith se pensaba tan solo en el ámbito del mercado, pero Hayek, Ludwig von Mises, el “Objetivismo” de Ayn Rand y Milton Friedman la mitificaron y extendieron a la práctica totalidad de la sociedad e incluso de la vida humana. Así basaron el eterno y "natural" modo de existir humano en perseguir los propios sueños dentro del marco liberador, igualador, "apolítico" y "objetivo" de ese mecanismo disruptivo e impersonal.
Desde otra perspectiva ideológica, Michel
Foucault también concluye que el poder se estructura más bien como “microfísica” que no de acuerdo con el imaginario tradicional "macrofísico" con un mando central único. Similarmente tanto el Aceleracionismo
de izquierdas como el de derechas tienden a asumir como hecho indiscutible que es imposible controlar nuestro tiempo,
pues éste nos lleva en volandas y como si estuviéramos encaramados en el lomo de
un tigre enfurecido.
Son mecanismos acéfalos que marcan profundamente
nuestro tiempo, más allá de la valoración ideológica que les demos. Se nos
presentan como el destino insoslayable del “hombre de nuestro tiempo”, es decir de los “turbohumanos”,
con independencia de si son de derechas o de izquierdas.
Pues incluso penetra en el interior de la mentalidad del “hombre de nuestro tiempo” subjetivizándolo de una forma muy determinada y convirtiéndolo indefectiblemente en lo que nosotros llamamos “turbohumanos”. Se asume el hiperindividualismo y la desterritorialización (Deleuze y Guattari) -hoy en clave digital- prescindiendo del papel constitutivo, enraizante y empatizante de los cuerpos que desean y padecen conjuntamente.
Pues incluso penetra en el interior de la mentalidad del “hombre de nuestro tiempo” subjetivizándolo de una forma muy determinada y convirtiéndolo indefectiblemente en lo que nosotros llamamos “turbohumanos”. Se asume el hiperindividualismo y la desterritorialización (Deleuze y Guattari) -hoy en clave digital- prescindiendo del papel constitutivo, enraizante y empatizante de los cuerpos que desean y padecen conjuntamente.
Pues el hombre de nuestro tiempo se caracteriza por estar sometido a temporalidades aceleradas que dislocan sus proyectos
personales y formas de vida. Por tanto, los turbohumanos
experimentan que las temporalidades antropológicamente vinculadas a la humanidad se
disuelven y se convierten en crecientemente invivibles. Podemos decir pues que el
hombre de nuestro tiempo experimenta su autodestrucción
temporaria. Trágicamente los
turbohumanos son –a la vez- los hombres de nuestro tiempo y los destructores del tiempo y de su tiempo.
Fascinados por la instantaneidad de Internet, los turbohumanos aplauden como un éxito descoyuntar la tríada pasado-presente-futuro y se focalizan en un "now" immediato, narcisista, ensimismado y solipsista. Paradójicamente, unen la consigna Punk "No hay futuro" a la de Margaret Thatcher "No hay alternativa", para abdicar de todo proyecto de porvenir y -a la vez- de toda raíz mínimamente estable. Así, sin solución de continuidad temporal, se bloquea la expectativa humana de emancipación y de creación colectiva.
* * *
Fascinados por la instantaneidad de Internet, los turbohumanos aplauden como un éxito descoyuntar la tríada pasado-presente-futuro y se focalizan en un "now" immediato, narcisista, ensimismado y solipsista. Paradójicamente, unen la consigna Punk "No hay futuro" a la de Margaret Thatcher "No hay alternativa", para abdicar de todo proyecto de porvenir y -a la vez- de toda raíz mínimamente estable. Así, sin solución de continuidad temporal, se bloquea la expectativa humana de emancipación y de creación colectiva.
* * *
Todo ello genera una relación patológica de los turbohumanos con los
distintos saberes, disciplinas, ciencias y tecnologías. Pues éstos también entran
en una acelerada destrucción creativa sin fin y marcada por una compulsión
impersonal que nadie controla. En nuestro artículo analizamos algunos
ejemplos de esas transformaciones epistemológicas y tecnológicas. Muestra como
éstas revierten en nosotros mismos y nos
provocan metamorfosis que a veces parecen tan inquietantes como la
planteada por Franz Kafka.
Para ser breves, destacamos unas imágenes que ejemplifican muy bien la magnitud de los cambios y sus afectaciones. Por una parte hay un salto cualitativo comparable al que hay entre el laberinto clásico y el desierto. El primero se basa en cerrar el paso, impedir la libre circulación y en desorientar impidiendo tener una visión de conjunto del laberinto y su horizonte.
El desierto también es laberíntico y plantea grandes dificultades para poder salir. Pero muy al contrario de laberinto clásico, no hay paredes infranqueables, el paso está siempre expédito, deja completamente abierto el horizonte, desorienta porque las opciones son infinitas y exige a los sujetos que tomen decisiones de vida o muerte sin disponer de mucha información relevante. Hacia donde ir, es la gran cuestión.
La mismas paredes del laberinto clásico podían ser guías, obstáculos destruibles y enemigos fácilmente determinables, todo lo contrario sucede con las arenas infinitas del desierto. Se dejan transitar e incluso pisar, pero van agotando y deprimiendo a cada paso. Las dificultades vitales de las sociedades postfordista avanzadas ya no son similares al laberinto clásico (pensemos en la película Pink Floyd The Wall de Alan Parker) sino al desierto del simulacro de Baudrillard.
Por otra parte, en nuestro tiempo, el reto creativo es radical y muy bien ejemplificado por la "narración extraordinaria" de Edgar Allan Poe La carta robada y la única película dirigida por Charles Laughton La noche del cazador. Hoy la información es prácticamente completa y la transparencia absoluta (como vimos en La sociedad de la ignorancia) pero -precisamente por ello- las innovaciones relevantes y exigidas plantean retos disruptivos radicales. Es un reto mayúsculo pues ciertamente comporta encontrar la aguja innovadora en un inmenso pajar de información redundante, amortizada, obsoleta o incluso hábilmente despistante (fake news).
Las respuestas exitosas de ayer ya no sirven y no aportan "valor añadido". Ya no se trata de aprender disciplinadamente cómo y a dónde mirar. Las brillantes soluciones de nuestros maestros han sido totalmente asumidas y, por tanto, la sociedad cambiante pide otras hasta ahora impensables. Por eso los maestros no deben dar soluciones del pasado sino fomentar la creatividad para encontrar las del futuro.
¿Cómo? He aquí el problema. Sólo sabemos que seran disruptivamente inconmensurables con las antiguas y... -como se dice en contextos empresariales- que "el ganador se lo lleva todo". Por eso los turbohumanos se han convertido en muy exigidos (y amenazados por el burn out) cazadores neoliberales de retos cognitivos disruptivos que puedan convertir en "oportunidades de negocio".
El desierto también es laberíntico y plantea grandes dificultades para poder salir. Pero muy al contrario de laberinto clásico, no hay paredes infranqueables, el paso está siempre expédito, deja completamente abierto el horizonte, desorienta porque las opciones son infinitas y exige a los sujetos que tomen decisiones de vida o muerte sin disponer de mucha información relevante. Hacia donde ir, es la gran cuestión.
Por otra parte, en nuestro tiempo, el reto creativo es radical y muy bien ejemplificado por la "narración extraordinaria" de Edgar Allan Poe La carta robada y la única película dirigida por Charles Laughton La noche del cazador. Hoy la información es prácticamente completa y la transparencia absoluta (como vimos en La sociedad de la ignorancia) pero -precisamente por ello- las innovaciones relevantes y exigidas plantean retos disruptivos radicales. Es un reto mayúsculo pues ciertamente comporta encontrar la aguja innovadora en un inmenso pajar de información redundante, amortizada, obsoleta o incluso hábilmente despistante (fake news).
¿Cómo? He aquí el problema. Sólo sabemos que seran disruptivamente inconmensurables con las antiguas y... -como se dice en contextos empresariales- que "el ganador se lo lleva todo". Por eso los turbohumanos se han convertido en muy exigidos (y amenazados por el burn out) cazadores neoliberales de retos cognitivos disruptivos que puedan convertir en "oportunidades de negocio".
El mundo turbohumano contemporáneo está marcado profundamente por sociedades del
riesgo (U. Beck), líquidas (Z. Bauman) y turboglobalizadas (G. Mayos). Pues evolucionan a gran
velocidad y reciben los impactos de todo el globo ya sean positivos (p.e. “economías de escala” que aumentan la
productividad con el tamaño, la creatividad
potenciada por la conexión constante, las rápidas transferencias tecnológicas, etc.) pero también negativos (p.e.
pandemias como el AIDS o el Covid-19, deslocalizaciones
productivas, desestructuración política del Estado-nación, subordinación de la
política –todavía territorializada nacionalmente- bajo una economía ya turboglobalizada,
etc.).
Tecnológicamente las sociedades turbohumanas son postfordistas, pues han superado la rigidez de la industrialización
clásica con sus férreas cadenas de
montaje, el total control taylorista
de los trabajadores, la alienación
provocada por labores rutinarias y basadas en la fuerza física (denunciada
muy pronto por Karl Marx)... Ahora
en cambio, los sectores más potentes y que generan mayor valor añadido son los cognitivos, centrados en la innovación, que se basan en la
colaboración comunicativa y que desarrollan las tecnologías digitales.
El “capitalismo de plataformas” (Nick Srnicek) está consiguiendo poner a producir muchas propiedades
anteriormente dedicadas en exclusiva al consumo y la diversión:
apartamentos y segundas residencias (Airbnb),
coches particulares (Uber), el propio tiempo libre
(empresas de trabajo temporal y telemático), etc. Los importantes desarrollos
en inteligencia artificial y robótica llevan al final del trabajo masivo (Jeremy Rifkin). Pues no sólo van
reduciéndose las labores manuales y repetitivas, sino también muchas otras como
por ejemplo las basadas en la logística,
la gestión de Bigdata o la coordinación de múltiples y diversos
agentes.
Económicamente el mundo turbohumano es dominado
por flujos financieros internacionales bajo una creciente hegemonía de una élite global y una gobernanza heredera del “Consenso de Washington”. El neoliberalismo,
más allá de ser la ideología dominante y una economía de mercado, se ha
convertido en una omnipresente forma de
vida (Laval & Dardot, Fraser & Jaeggi) que hace que toda
la sociedad y vida cotidiana sean de mercado.
Como hemos apuntado, ello incluso reconfigura profundamente las
subjetivaciones y los ideales de la mayoría de la gente, pues todo el mundo
tiende a actuar como un “empresario de
sí”, una “marca individual” y obsesionado
por maximizar su “capital personal”.
Se ha impuesto un hiperindividualismo
que tiende a eliminar los marcos colectivos y comunitarios
tradicionales, amenazando incluso la familia tradicional (cada vez más
reducida, monoparental o incluso de singles). El énfasis actual por lo
común y las economías compartidas indica que la gente es plenamente
consciente del alto coste de lo que está perdiendo.
Por todo ello las teorías de management,
de psicología positiva, de coaching y de autoayuda desplazan las
ideologías tradicionales de masas. Ello, junto con la creciente
psicologización, terapización, dopaje y drogoadicción de la gente, reafirma la idea culpabilizante de que toda dificultad, problema o responsabilidad
recae siempre sobre el individuo, en lugar de mirar al sistema o a la
estructuración social, como se tendía a hacer antes. Por otra parte las sociedades de control están evolucionando hacia verdaderas e inquietantes "Sociedades del Confinamiento", como se está comprobando con la pandemia Covid-19.
Correlativamente al fin de las
ideologías clásicas, los partidos tradicionales están siendo desplazados por nuevos movimientos
populistas tanto de derechas como de izquierdas. Pues éstos se benefician
más de las “políticas del desconcierto”
(Mayos) surgidas de la serie de crisis hipotecaria, financiera
y de deudas soberanas vinculadas a la “era de la austeridad”
y a Estados débiles ante la presión crediticia internacional. Todo ello desprotege a la
ciudadanía, angustiándola profundamente y haciendo que recurra a autoritarios líderes mesiánicos (como
estamos viendo ahora mismo).
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Ese es el marco macrofilosófico crítico que subyacea al artículo “Tiempos disruptivos: Destrucción creativa acelerada y patologías del saber” de Gonçal Mayos. El artículo muestra que nuestro tiempo (es decir nuestra
época) se caracteriza por desarrollar
tiempos o temporalidades de gran poder disruptivo, que rompen radicalmente
con las dinámicas anteriores.
Forma parte de un complejo proyecto macrofilosófico iniciado por Mayos hace unos años. En su conjunto, ese macroproyecto analiza las características, las novedades, los cambios y las paradojas de las sociedades avanzadas. Es un proyecto a largo plazo que incluye obras como:
Forma parte de un complejo proyecto macrofilosófico iniciado por Mayos hace unos años. En su conjunto, ese macroproyecto analiza las características, las novedades, los cambios y las paradojas de las sociedades avanzadas. Es un proyecto a largo plazo que incluye obras como:
- La sociedad de la
ignorancia del 2011 (que unos inteligentes doctorandos están traduciendo al
portugués). "Introduccion. Dificultades para el 'empoderamiento' de la 'sociedad del conocimiento'"
- Macrofilosofía de
la globalización y del pensamiento único. Un macroanálisis para
'empoderamiento' del 2012 (con edición italiana ampliada del 2016). MACROFILOSOFIA DELLA GLOBALIZZAZIONE E DEL PENSIERO UNICO. - TURBO GLOBALIZZAZIONE E PENSIERO UNICO
- Homo
obsoletus. Precariedad y desempoderamiento en la turboglobalización del
2016 (traducida al portugués el 2019). EL GUARDABOSQUES PREMODERNO - EL MODERNO «JARDINERO» Y SUS HOMÓLOGOS - CAZADORES DE OPORTUNIDADES: COGNITARIADO, PRECARIADO, EMPRENDEDORES - VERDAD, HIELO FRÁGIL Y PENDIENTE RESBALADIZA - ¿CIVILIZACIÓN MÁS ALLÁ DEL LABERINTO DEL DESIERTO?
Incluye también los
análisis más propiamente políticos:
- Hi ha una nova
política? del 2014,
- “Conflictos de
legitimación en la turboglobalización” del 2018, TURBOGLOBALIZACIÓN HOY, CONFLICTIVOS FENÓMENOS-INTER, SOMETIDOS A DESTRUCCIÓN CREATIVA Y COMPULSIÓN IMPERSONAL, JIYADISMO EUROPEO Y VIOLENCIA, TRUMP, SANDERS, BREXIT, ESCOCIA, UE…, BRASIL: DEL 2013 A BOLSONARO-HADDAD, LENTO Y VELOZ EN GLOBALIZACIÓN, ¿CABALGAR EL TIGRE O DESCABALGARLO?
- De la muerte a
la revancha de Dios del 2019 METÁFORAS DE LA MUERTE Y LA VENGANZA DE DIOS - RELIGIONES, CIVILIZACIONES E IDEOLOGÍAS - SECULARIZACIÓN Y RACIONALIZACIÓN DE LA RELIGIÓN - PRIVATICIDAD E INTERIORIZACIÓN DE DIOS - ¿METARELATOS E IDEOLOGÍAS SUSTITUYEN DIOS? - ¿VENGANZA DE DIOS DESPUÉS 1970? - ¿HECHOS DE VENGANZA? - ¿LA REVANCHA "MATA” LA MUERTE DE DIOS?
- “‘Políticas del desconcierto’ y redefinición
democrática. Una síntesis macrofilosófica” del 2020. SENTIDOS DE 'POLÍTICAS DEL DESCONCIERTO', - LUCHAS Y ANTAGONIZACIÓN EN LAS 'POLÍTICAS DEL DESCONCIERTO',
- CAUSAS DE LAS 'POLÍTICAS DEL DESCONCIERTO' Y POPULISMOS DE
IZQUIERDA Y DERECHA, - POPULISMOS DE 'IZQUIERDAS' Y 'DERECHAS': INTERRELACIÓN,
- Video: Populismo, revolución y democracias radical o
iliberal
Además, está previsto que el proyecto
macrofilosófico global tenga continuidad pronto con dos libros ya bastante
avanzados:
- Turbohumanos
¿Cómo la globalización y el neoliberalismo nos están cambiando? y
- Populismos y
políticas del desconcierto.
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Como pensar a temporalidade no mundo contemporâneo? Quais consequências um cenário de turboglobalização, hipertecnológico e ultra-acelerado acarreta nas relações de poder? E o que sobrará para nossa convivência e para a dimensão existencial da vida?
No video de neste PolemosCast, os professores Gonçal Mayos e Borja Muntadas, diretamente de Barcelona, e o professor Alexandre Walmott, da Universidade Federal de Uberlândia, debatem juntamente ao Grupo de Pesquisa Polemos sobre o livro "La jaula del tiempo: aspectos sociopolíticos y jurídicos de la aceleración contemporánea".
Como
pensar a temporalidade no mundo contemporâneo? Quais consequências um
cenário de turboglobalização, hipertecnológico e ultra-acelerado
acarreta nas relações de poder? E o que sobrará para nossa convivência e
para a dimensão existencial da vida? Neste PolemosCast, os professores
Gonçal Mayos e Borja Muntadas, diretamente de Barcelona, e o professor
Alexandre Walmott, da Universidade Federal de Uberlândia, debatem
juntamente ao Grupo de Pesquisa Polemos sobre o livro La jaula del
tiempo: aspectos sociopolíticos y jurídicos de la aceleración
contemporánea.
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El libro está estructurado como:
1 Prólogo. A TÍTULO DE INTRODUÇÃO: COMPREENSÕES DA
TEMPORALIDADE NA ULTRA ACELERAÇÃO DO MUNDO CONTEMPORÂNEO de Saulo de
Oliveira Pinto Coelho
2 LA PRISIÓN DE CRONOS. ASPECTOS SOCIOPOLÍTICOS DEL
MALESTAR CONTEMPORÁNEO de Borja Muntadas Figueras.
3 TIEMPOS DISRUPTIVOS: DESTRUCCIÓN CREATIVA ACELERADA
Y PATOLOGÍAS DEL SABER de Gonçal Mayos Solsona.
4 DIREITO INTERTEMPORAL. ANTES, HOJE E DEPOIS. O
DIREITO E O TEMPO REGULADO de Alexandre Walmott Borges.
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