May 14, 2020

CRÍTICA DEL MUNDO TURBOHUMANO



Nunca hasta hoy ha sido tan poderosa la “destrucción creativa” que es la característica principal del capitalismo (según el economista y político socialdemócrata Joseph Schumpeter). Pues ciertamente el capitalismo avanzado se ha convertido en un poderosísimo dispositivo de transformación social imparable.

La destrucción de lo existente es condición inseparable de nueva construcción creativa que, a su vez, será destruida y sustituida por otra, en un proceso sin fin y cada vez más acelerado. Esa es la característica esencial de la modernidad, como ya planteó Jean Baudrillard.



Modernidad y capitalismo coinciden -pues- en definir un proceso recurrente, acelerado y autoimpulsado de destrucción creativa. Enlaza con el imaginario de lo "suprahumano" que Nietzsche entendió como un nuevo comienzo contínuo en un Übermensch totalmente libre de escrúpulos con el pasado y con el futuro.

Ahora bien ¿es vivible humanamente un tiempo acelerado, disruptivo y sin continuidad? ¿Permite generar los necesarios proyectos de vida -tanto individuales como colectivos- que precisa la humanidad?

El teórico neoliberal Friedrich von Hayek fió toda garantía de libertad a una “compulsión impersonal” que -por su intrínseca naturaleza- no puede ser controlada por ningún humano. Es decir no hay ni puede haber nadie en el “Puente de mando”, pues propiamente éste no existe, al tratarse de un proceso disperso de infinitas microdecisiones. Afirmó que es la característica común a la evolución darwiniana, al mercado capitalista y a la modernidad disruptiva.

Ahora bien la famosa “mano oculta” de Adam Smith se pensaba tan solo en el ámbito del mercado, pero Hayek, Ludwig von Mises, el “Objetivismo” de Ayn Rand y Milton Friedman la mitificaron y extendieron a la práctica totalidad de la sociedad e incluso de la vida humana. Así basaron el eterno y "natural" modo de existir humano en perseguir los propios sueños dentro del marco liberador, igualador, "apolítico" y "objetivo" de ese mecanismo disruptivo e impersonal.


Desde otra perspectiva ideológica, Michel Foucault también concluye que el poder se estructura más bien como “microfísica” que no de acuerdo con el imaginario tradicional "macrofísico" con un mando central único. Similarmente tanto el Aceleracionismo de izquierdas como el de derechas tienden a asumir como hecho indiscutible que es imposible controlar nuestro tiempo, pues éste nos lleva en volandas y como si estuviéramos encaramados en el lomo de un tigre enfurecido.


Son mecanismos acéfalos que marcan profundamente nuestro tiempo, más allá de la valoración ideológica que les demos. Se nos presentan como el destino insoslayable del “hombre de nuestro tiempo”, es decir de los “turbohumanos”, con independencia de si son de derechas o de izquierdas. 

Pues incluso penetra en el interior de la mentalidad del “hombre de nuestro tiempo” subjetivizándolo  de una forma muy determinada y convirtiéndolo indefectiblemente en lo que nosotros llamamos “turbohumanos”. Se asume el hiperindividualismo y la desterritorialización (Deleuze y Guattari) -hoy en clave digital- prescindiendo del papel constitutivo, enraizante y empatizante de los cuerpos que desean y padecen conjuntamente.


Pues el hombre de nuestro tiempo se caracteriza por estar sometido a temporalidades aceleradas que dislocan sus proyectos personales y formas de vida. Por tanto, los turbohumanos experimentan que las temporalidades antropológicamente vinculadas a la humanidad se disuelven y se convierten en crecientemente invivibles. Podemos decir pues que el hombre de nuestro tiempo experimenta su autodestrucción temporaria. Trágicamente los turbohumanos son –a la vez- los hombres de nuestro tiempo y los destructores del tiempo y de su tiempo

Fascinados por la instantaneidad de Internet, los turbohumanos aplauden como un éxito descoyuntar la tríada pasado-presente-futuro y se focalizan en un "now" immediato, narcisista, ensimismado y solipsista. Paradójicamente, unen la consigna Punk "No hay futuro" a la de Margaret Thatcher "No hay alternativa", para abdicar de todo proyecto de porvenir y -a la vez- de toda raíz mínimamente estable. Así, sin solución de continuidad temporal, se bloquea la expectativa humana de emancipación y de creación colectiva.

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Todo ello genera una relación patológica de los turbohumanos con los distintos saberes, disciplinas, ciencias y tecnologías. Pues éstos también entran en una acelerada destrucción creativa sin fin y marcada por una compulsión impersonal que nadie controla. En nuestro artículo analizamos algunos ejemplos de esas transformaciones epistemológicas y tecnológicas. Muestra como éstas revierten en nosotros mismos y nos provocan metamorfosis que a veces parecen tan inquietantes como la planteada por Franz Kafka

Para ser breves, destacamos unas imágenes que ejemplifican muy bien la magnitud de los cambios y sus afectaciones. Por una parte hay un salto cualitativo comparable al que hay entre el laberinto clásico y el desierto. El primero se basa en cerrar el paso, impedir la libre circulación y en desorientar impidiendo tener una visión de conjunto del laberinto y su horizonte. 

El desierto también es laberíntico y plantea grandes dificultades para poder salir. Pero muy al contrario de laberinto clásico, no hay paredes infranqueables, el paso está siempre expédito, deja completamente abierto el horizonte, desorienta porque las opciones son infinitas y exige a los sujetos que tomen decisiones de vida o muerte sin disponer de mucha información relevante. Hacia donde ir, es la gran cuestión.

La mismas paredes del laberinto clásico podían ser guías, obstáculos destruibles y enemigos fácilmente determinables, todo lo contrario sucede con las arenas infinitas del desierto. Se dejan transitar e incluso pisar, pero van agotando y deprimiendo a cada paso. Las dificultades vitales de las sociedades postfordista avanzadas ya no son similares al laberinto clásico (pensemos en la película Pink Floyd The Wall de Alan Parker) sino al desierto del simulacro de Baudrillard

Por otra parte, en nuestro tiempo, el reto creativo es radical y muy bien ejemplificado por la "narración extraordinaria" de Edgar Allan Poe La carta robada y la única película dirigida por Charles Laughton La noche del cazador. Hoy la información es prácticamente completa y la transparencia absoluta (como vimos en La sociedad de la ignorancia) pero -precisamente por ello- las innovaciones relevantes y exigidas plantean retos disruptivos radicales. Es un reto mayúsculo pues ciertamente comporta encontrar la aguja innovadora en un inmenso pajar de información redundante, amortizada, obsoleta o incluso hábilmente despistante (fake news).

Las respuestas exitosas de ayer ya no sirven y no aportan "valor añadido". Ya no se trata de aprender disciplinadamente cómo y a dónde mirar. Las brillantes soluciones de nuestros maestros han sido totalmente asumidas y, por tanto, la sociedad cambiante pide otras hasta ahora impensables. Por eso los maestros no deben dar soluciones del pasado sino fomentar la creatividad para encontrar las del futuro.

¿Cómo? He aquí el problema. Sólo sabemos que seran disruptivamente inconmensurables con las antiguas y... -como se dice en contextos empresariales- que "el ganador se lo lleva todo". Por eso los turbohumanos se han convertido en muy exigidos (y amenazados por el burn out) cazadores neoliberales de retos cognitivos disruptivos que puedan convertir en "oportunidades de negocio".


El mundo turbohumano contemporáneo está marcado profundamente por sociedades del riesgo (U. Beck), líquidas (Z. Bauman) y turboglobalizadas (G. Mayos). Pues evolucionan a gran velocidad y reciben los impactos de todo el globo ya sean positivos (p.e. “economías de escala” que aumentan la productividad con el tamaño, la creatividad potenciada por la conexión constante, las rápidas transferencias tecnológicas, etc.) pero también negativos (p.e. pandemias como el AIDS o el Covid-19, deslocalizaciones productivas, desestructuración política del Estado-nación, subordinación de la política –todavía territorializada nacionalmente- bajo una economía ya turboglobalizada, etc.). 


Tecnológicamente las sociedades turbohumanas son postfordistas, pues han superado la rigidez de la industrialización clásica con sus férreas cadenas de montaje, el total control taylorista de los trabajadores, la alienación provocada por labores rutinarias y basadas en la fuerza física (denunciada muy pronto por Karl Marx)... Ahora en cambio, los sectores más potentes y que generan mayor valor añadido son los cognitivos, centrados en la innovación, que se basan en la colaboración comunicativa y que desarrollan las tecnologías digitales


El “capitalismo de plataformas” (Nick Srnicek) está consiguiendo poner a producir muchas propiedades anteriormente dedicadas en exclusiva al consumo y la diversión: apartamentos y segundas residencias (Airbnb), coches particulares (Uber), el propio tiempo libre (empresas de trabajo temporal y telemático), etc. Los importantes desarrollos en inteligencia artificial y robótica llevan al final del trabajo masivo (Jeremy Rifkin). Pues no sólo van reduciéndose las labores manuales y repetitivas, sino también muchas otras como por ejemplo las basadas en la logística, la gestión de Bigdata o la coordinación de múltiples y diversos agentes.


Económicamente el mundo turbohumano es dominado por flujos financieros internacionales bajo una creciente hegemonía de una élite global y una gobernanza heredera del “Consenso de Washington”. El neoliberalismo, más allá de ser la ideología dominante y una economía de mercado, se ha convertido en una omnipresente forma de vida (Laval & Dardot, Fraser & Jaeggi) que hace que toda la sociedad y vida cotidiana sean de mercado.


Como hemos apuntado, ello incluso reconfigura profundamente las subjetivaciones y los ideales de la mayoría de la gente, pues todo el mundo tiende a actuar como un “empresario de sí”, una “marca individual” y obsesionado por maximizar su “capital personal”. Se ha impuesto un hiperindividualismo que tiende a eliminar los marcos colectivos y comunitarios tradicionales, amenazando incluso la familia tradicional (cada vez más reducida, monoparental o incluso de singles). El énfasis actual por lo común y las economías compartidas indica que la gente es plenamente consciente del alto coste de lo que está perdiendo. 


Por todo ello las teorías de management, de psicología positiva, de coaching y de autoayuda desplazan las ideologías tradicionales de masas. Ello, junto con la creciente psicologización, terapización, dopaje y drogoadicción de la gente, reafirma la idea culpabilizante de que toda dificultad, problema o responsabilidad recae siempre sobre el individuo, en lugar de mirar al sistema o a la estructuración social, como se tendía a hacer antes. Por otra parte las sociedades de control están evolucionando hacia verdaderas e inquietantes "Sociedades del Confinamiento", como se está comprobando con la pandemia Covid-19.


Correlativamente al fin de las ideologías clásicas, los partidos tradicionales están siendo desplazados por nuevos movimientos populistas tanto de derechas como de izquierdas. Pues éstos se benefician más de las “políticas del desconcierto” (Mayos) surgidas de la serie de crisis hipotecaria, financiera y de deudas soberanas vinculadas a la “era de la austeridad” y a Estados débiles ante la presión crediticia internacional. Todo ello desprotege a la ciudadanía, angustiándola profundamente y haciendo que recurra a autoritarios líderes mesiánicos (como estamos viendo ahora mismo).

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Ese es el marco macrofilosófico crítico que subyacea al artículo “Tiempos disruptivos: Destrucción creativa acelerada y patologías del saber” de Gonçal Mayos. El artículo muestra que nuestro tiempo (es decir nuestra época) se caracteriza por desarrollar tiempos o temporalidades de gran poder disruptivo, que rompen radicalmente con las dinámicas anteriores.

Forma parte de un complejo proyecto macrofilosófico iniciado por Mayos hace unos años. En su conjunto, ese macroproyecto analiza las características, las novedades, los cambios y las paradojas de las sociedades avanzadas. Es un proyecto a largo plazo que incluye obras como: 


- La sociedad de la ignorancia del 2011 (que unos inteligentes doctorandos están traduciendo al portugués). "Introduccion. Dificultades para el 'empoderamiento' de la 'sociedad del conocimiento'"
 

- Macrofilosofía de la globalización y del pensamiento único. Un macroanálisis para 'empoderamiento' del 2012 (con edición italiana ampliada del 2016). MACROFILOSOFIA DELLA GLOBALIZZAZIONE E DEL PENSIERO UNICO. - TURBO GLOBALIZZAZIONE E PENSIERO UNICO




Incluye también los análisis más propiamente políticos:


- Hi ha una nova política? del 2014, 








Además, está previsto que el proyecto macrofilosófico global tenga continuidad pronto con dos libros ya bastante avanzados:


- Turbohumanos ¿Cómo la globalización y el neoliberalismo nos están cambiando?


- Populismos y políticas del desconcierto.


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Tiempos disruptivos: Destrucción creativa acelerada y patologías del saber” de G. Mayos está publicado en el libro bilingüe castellano-portugués La jaula del tiempo: aspectos sociopolíticos y jurídicos de la aceleración contemporánea de Borja Muntadas Figueras, Gonçal Mayos Solsona y Alexandre Walmott Borges (Uberlândia (Brasil): LAECC, 2020, 240 p. ISBN: 978-65-99099-20-5). 

Como pensar a temporalidade no mundo contemporâneo? Quais consequências um cenário de turboglobalização, hipertecnológico e ultra-acelerado acarreta nas relações de poder? E o que sobrará para nossa convivência e para a dimensão existencial da vida? 

No video de neste PolemosCast, os professores Gonçal Mayos e Borja Muntadas, diretamente de Barcelona, e o professor Alexandre Walmott, da Universidade Federal de Uberlândia, debatem juntamente ao Grupo de Pesquisa Polemos sobre o livro "La jaula del tiempo: aspectos sociopolíticos y jurídicos de la aceleración contemporánea".

#PolemosCast 19: La Jaula del Tiempo

Como pensar a temporalidade no mundo contemporâneo? Quais consequências um cenário de turboglobalização, hipertecnológico e ultra-acelerado acarreta nas relações de poder? E o que sobrará para nossa convivência e para a dimensão existencial da vida? Neste PolemosCast, os professores Gonçal Mayos e Borja Muntadas, diretamente de Barcelona, e o professor Alexandre Walmott, da Universidade Federal de Uberlândia, debatem juntamente ao Grupo de Pesquisa Polemos sobre o livro La jaula del tiempo: aspectos sociopolíticos y jurídicos de la aceleración contemporánea.

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El libro está estructurado como: 



1 Prólogo. A TÍTULO DE INTRODUÇÃO: COMPREENSÕES DA TEMPORALIDADE NA ULTRA ACELERAÇÃO DO MUNDO CONTEMPORÂNEO de Saulo de Oliveira Pinto Coelho



2 LA PRISIÓN DE CRONOS. ASPECTOS SOCIOPOLÍTICOS DEL MALESTAR CONTEMPORÁNEO de Borja Muntadas Figueras.



3 TIEMPOS DISRUPTIVOS: DESTRUCCIÓN CREATIVA ACELERADA Y PATOLOGÍAS DEL SABER de Gonçal Mayos Solsona.



4 DIREITO INTERTEMPORAL. ANTES, HOJE E DEPOIS. O DIREITO E O TEMPO REGULADO de Alexandre Walmott Borges.


 

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