Una
auténtica democracia y sociedad “del conocimiento” necesita empoderar cognitivamente
a su población. También lo necesitan todos los países para mantener su
capacidad internacional en el actual capitalismo cognitivo, postindustrial y
turboglobalizado.
Ahora
bien, hay múltiples bloqueos al empoderamiento cognitivo de la población. Su naturaleza
es diversa pues algunos impedimentos son políticos y sociales; otros psicológicos,
culturales, de valores y antropológicos; y aún otros son organizativos, académicos,
disciplinares, institucionales…
Para
superarlos se tiene que actuar en todos ellos a la vez. Y ello nos obliga a
pensar de una nueva manera: holista y global, interdisciplinar y transversal, a
la vez especializada y multifocalmente…
Lo micro y lo macro deben potenciarse mútuamente: micro y macroeconomía, micro y macrohistoria, micro y macrofilosofía...
En
definitiva debemos pensar “post - disciplinarmente”. Esto es: superar la actual
hiperespecializada escisión académica de disciplinas, áreas, campos, ámbitos,
tareas…
Evitar fronteras, jerarquías y secretismos. Entrecruzar
colaborativamente departamentos, organismos, institutos, comités, centros… En
definitiva: pensar, investigar y educar “postdisciplinarmente”.