Gonçal Mayos PUBLICATIONS

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ht tp://orcid.org/0000-0001-9017-6816 : BOOKS , BOOK CHAPTERS , JOURNAL PUBLICATIONS, PRESS, Editor, Other translations, Philosophy Dicti...

Feb 11, 2017

VULNERABILIDAD SOCIAL: TESIS MACROFILOSÓFICAS


Tesis macrofilosóficas (Mayos 2013a y 2012b) que muestran la indisociable implicación del poder, el derecho y la vulnerabilidad:   

1. Hay que distinguir los términos y conceptos: “vulnerabilidad” y “vulneración”.
2. Sintetizando, hablamos de “vulneración” cuando se pueden establecer con rigor (incluso jurídico) los agentes culpables, su intencionalidad y responsabilidad. Es el caso por ejemplo cuando alguien “vulnera” la integridad física, la dignidad humana o la libertad de expresión de alguien. Normalmente, en tales casos se puede actuar penalmente en contra de quien ha “vulnerado” esos derechos fundamentales.


3. En cambio, se suele hablar en abstracto de “vulnerabilidad” cuando se olvidan o no se ven claros los agentes directos que generan esa “vulnerabilidad”, su intencionalidad o responsabilidad. Muchas veces sucede que la vulneración es tan indirecta y compleja que resultan prácticamente imposibles las imputaciones jurídicas y penales.
4. Este suele ser el caso en los grandes cambios sociales que centran nuestro artículo y que ahora solo podemos apuntar brevemente. En tales casos, hay -en principio- vulnerabilidades sin previa vulneración. Es el caso por ejemplo, de cuando los llamados “progreso”, “modernización” o “desarrollo” cambian radicalmente el medio ambiente y las sociedades provocando que poblaciones, hasta entonces adecuadamente “adaptadas” y “empoderadas” de su modo de vida y entorno físico y cultural, sufran una vulneración o un tipo de vulnerabilidad que hasta entonces no conocían. Sintetizando, esas personas sufren radicales procesos de desempoderamiento, desposesión, exclusión, precarización, fragilización, damnificación y vulnerabilidad que amenazan radicalmente su vida –incluso físicamente-.
5. Ese es nuestro principal problema aquí y, por ello, analizamos un claro ejemplo de procesos que sin duda afectan Brasil (Gustin, 2014, Ribeiro 2007) y muchos otros países, y que generan una enorme vulnerabilidad en las personas pero que –en principio y para muchos analistas- no remiten a ninguna “vulneración” claramente imputable. En concreto analizamos la destrucción de las comunidades, entornos naturales y formas de vida rurales anteriores al capitalismo. 

Esas personas son forzadas a pasar a enorme velocidad hacia formas de vida capitalistas, industriales, fordistas y tayloristas que son radicalmente diversas en todos sus aspectos. Aún peor, muchas veces deben pasar –directamente- a formas de vida precarias enormemente contradictorias con su forma original de vida, como es el caso de las actuales sociedades postfordistas y de capitalismo cognitivo (Mayos, 2013a), que también pueden ser una “sociedad de la ignorancia” (Mayos y Brey 2011).
6. Valorando la crudeza y relevancia de la vulnerabilidad resultante, en este artículo detallaremos damnificaciones, desposesiones, desempoderamientos, precarizaciones y exclusiones que normalmente han sido obviadas y menospreciadas. Argumentamos hasta qué punto comportan vulnerabilidades dolorosísimas y muy difíciles de superar por las poblaciones afectadas.
7. Pues sin duda tales procesos de desempoderamiento, desposesión, exclusión y damnificación generan víctimas tan vulnerables como desempoderadas de su propia vida. Por ejemplo, las poblaciones afectadas deben enfrentar -a gran velocidad y generalmente dejadas a sus solas fuerzas- emigraciones a sociedades y entornos físicos, tecnológicos y culturales para los cuales no están en absoluto formadas, preparadas ni empoderadas. 

Incluso cuando permanecen en sus territorios tradicionales, muchas veces éstos han sido transformados tan radicalmente en aspectos medioambientales, tecnológicos, de formas de vida y de cosmovisión que -en cierta manera- su situación es equivalente a haber sido desplazados territorialmente. Podemos decir que se les ha convertido en una especie de migrantes “cosmovisionales, tecnológicos e incluso históricos” a la vez que geográficos.


8. Ciertamente muchos pensadores, juristas y leyes presuponen que esos complejos procesos de cambio social y sus causas son totalmente inimputables e –incluso- que no tienen ningún responsable concreto. Además, la mayor parte de las veces, los mitos e ideologías que sacralizan “El Progreso”, “La Modernización”, “El Desarrollo”, etc. impiden o minimizan la percepción de la vulnerabilidad padecida e –incluso- del sufrimiento a que son sometidas esas poblaciones (que además suelen carecer de toda agencia efectiva para oponerse a ellas).
No olvidemos que –para mucha gente- el pretendido progreso tecnológico lo justifica casi todo, la modernización social aún más y el desarrollo económico absolutamente todo. Además, se presupone la bondad y necesidad del proceso de cambio social, al menos en prácticamente todos los aspectos. Se viene a presuponer que “El Progreso”, “La Modernización” o “El Desarrollo” no pueden ser malos ni negativos en sí mismos ni para nadie.
9. Finalmente, incluso se culpabiliza a los victimizados, es decir a las poblaciones damnificadas o que sufren esa vulneración que se les impone. Especialmente cruel es el darwinismo social (pero no solo él), pues presupone en las víctimas “del Desarrollo” algún tipo de debilidad o de culpabilidad, precisamente por no estar adaptadas a esas nuevas condiciones que ellas no han creado ni han experimentado antes. Incluso muchas veces se olvida lo bien adaptadas que estaban tales poblaciones a sus condiciones originales y de partida, de las que han sido desplazadas contra su voluntad y –normalmente- sin ninguna compensación.
10. Por otra parte, todos conocemos a pensadores y juristas que analizando esos  procesos, consideran que hay en ellos claras responsabilidades sociopolíticas colectivas e incluso individuales. Ahora bien, es muy difícil concretar y demostrar tales responsabilidades pues –ciertamente- los procesos de vulneración o vulnerabilidad que nos ocupan son muy complejos, remiten a una larga serie de causas-consecuencias concomitantes y en ellos participan múltiples agentes. Además, esos agentes son muy diferentes entre sí: unos intervienen más directamente, otros más indirectamente; unos son más activos y otros más pasivos; unos procedieron de forma inconsciente y otros de forma seguramente muy consciente pero –también- muy difícil de determinar o demostrar jurídicamente.
11. También minimizan la determinación de responsabilidades, las mitologías y alienaciones existentes tanto en víctimas, como en victimizadores. Tales fetichizaciones suelen acompañar y dificultar la comprensión de los procesos de vulneración que tratamos. Además, la complejidad y dificultad de establecer relaciones causales bien determinadas dispersa las responsabilidades o las convierte en prácticamente inimputables jurídicamente
12. Por ello, resulta tremendamente difícil conseguir las correspondientes indemnizaciones, aplicar medidas paliativas o impulsar políticas indirectas de resarcimiento. Habitualmente, incluso suele ser muy difícil conseguir -al menos- las oportunas disculpas y el reconocimiento de responsabilidades de tipo moral (qué muchas veces es lo que finalmente importa más a las victimas).


13. Como vemos hay barreras y dificultades de todo tipo: ideológicas, sociales, políticas, culturales, jurídicas… que además se ven reforzadas por los conocidos efectos del indudable beneficio económico y de todo tipo que suele acompañar tales cambios sociales. Así los afortunados por los procesos de “Desarrollo y Modernización” -que además no suelen sufrir gravemente las vulnerabilidades asociadas- disponen de sobrados medios económicos, políticos, de prestigio, etc. para evitar compartir los beneficios que han obtenido con aquellos otros que tan sólo han recibido damnificaciones. Actualmente ello favorece enormemente unas emergentes élites extractivas globales en detrimento del resto de la población mundial e incluso de las políticas de los Estados nacionales (Mayos conferencia 22-10-2015, en prensa).
14. En nuestro trabajo analizamos otras barreras normalmente menos valoradas pero que también minimizan la imputación de responsabilidades, la redistribución social compensatoria e incluso la adecuada percepción de las vulnerabilidades, desempoderamientos y sufrimientos padecidos. En este artículo analizaremos concisamente como los cambios laborales postfordistas están convirtiendo en vulnerables o –como se dice ahora- precarios a los trabajadores.
Por eso, la vieja terminología marxista “proletariado” actualmente está siendo sustituida por la de “cognitariado” y –por supuesto- “precariado” (Mayos 2013b). En otros escritos, analizamos también como condiciones poco pensadas de generar “vulnerabilidad” (o legitimarla), por ejemplo, a las barreras disciplinares, a las vinculadas a la hiperespecialización y a las generadas por la ultrafragmentarización de los problemas y cuestiones que hoy predominan en las universidades y en las políticas sociales (Mayos 2015 y 2014).
15. La actual, hiperespecializada y totalmente escindida estructura académica de los saberes dificulta enormemente el correcto análisis, la determinación de las responsabilidades e incluso la comprensión de las vulnerabilidades sufridas por las víctimas de los procesos de cambio social de gran complejidad y radicalidad. Es el caso –que estudiamos- del acelerado paso de comunidades rurales preindustriales a sociedades industriales fordistas tayloristas e, incluso, a otras postindustriales y de capitalismo cognitivo.
16. Es aquí donde análisis macrofilosóficos, metodologías trans, multi, poli e interdisciplinares, y enfoques –tendencialmente- postdisciplinares nos parecen del todo necesarios para comprender adecuadamente esos complejos procesos de cambio social (Mayos 2014).
17. Sin superar la actual ultraespecialización autista, resulta prácticamente imposible, no sólo determinar rigorosamente responsabilidades y las correspondientes indemnizaciones y políticas paliativas, sino –sobre todo- ayudar a las poblaciones implicadas a empoderarse de su terrible y nueva situación para que así hagan frente por sí mismas a las vulnerabilidades o vulneraciones que padecen. Por el momento tan solo estamos iniciando este tipo de análisis, que es de gran importancia. Debemos trabajar en estas líneas.  

Del artículo “Vulnerabilidad, precarización y cambio social. Del capitalismo nofordista al postfordista” de G. Mayos (pp. 90-122) en Law and vulnerability | Derecho y vulnerabilidad | Direitoe vulnerabilidade, Fabrício Bertini Pasquot Polido e Maria Fernanda Salcedo Repolês (Eds.), con Adriana Campos Silva, Antonio Giménez Merino, Carolina Pereira, Fabrício Bertini Pasquot Polido, Gonçal Mayos, Guilherme Santos, Isabella Bettoni, Julia Rocha Barcelos, Leandro Martins Zanitelli, Marcelo Andrade Cattoni de Oliveira, Marcelo Maciel Ramos, Maria Fernanda Salcedo Repolês, Polianna Pereira dos Santos, Stanley Souza Marques, Belo Horizonte (Brasil) Programa de Pós-Graduação em Direito - Universidade Federal de Minas Gerais – UFMG, 2016, 174 pp. ISBN-978-85-69537-03-8 Digital. https://www.academia.edu/31352407/Law_and_Vulnerability_Derecho_y_Vulnerabilidad_Direito_e_Vulnerabilidade?email_work_card=abstract-read-more

 Está recogido en los posts:

- IMPUTABILIDAD, PODER, DERECHO Y VULNERABILIDAD









 
 



2 comments:

ramoncr said...

«... el pretendido progreso tecnológico lo justifica casi todo, la modernización social aún más y el desarrollo económico absolutamente todo.»

Resurge el tema de la ciencia, la tecnología y las humanidades. Las humanidades deberían influir en la ética de la “modernización social” y del “desarrollo económico”... ¿Lo hacen? ¿Tienen en cuenta los ingenieros a las personas afectadas por sus obras? ¿Son los ingenieros esbirros privilegiados del capital? … ¿Se concienciaran algún día que científicos e ingenieros forman parte de esa nueva clase que llamas cognotariado?

Gonçal Mayos Solsona said...

Creo que la mayor parte son conscientes que su único "capital" es su cognición y que -por tanto- son "cognitariado". Pero además me comentan, RAmon, que hay un creciente número de científicos (becarios mal pagados...) e incluso de ingenieros (sometidos a contratos de obra y servicio...) que están crecientemente precarizados y proletarizados.