Gonçal Mayos PUBLICATIONS

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Jan 28, 2025

'PUERTA DEL CIELO' DE CIMINO: LUCHA ENTRE 'FRONTERA' Y ESTADO

 

La película Heaven’s Gate dirigida y escrita por Michael Cimino, en 1980, es una obra coral de enorme valor pero también uno de los más grandes fracasos de taquilla de la historia. Seguramente fue porqué Hollywood no quiso aceptar la critica a un conflicto real que se produjo cuando el territorio de frontera Wyoming se institucionalizó en 1890 como el último miembro continental de los Estados Unidos de América.

Consideramos que el Wyoming anterior a 1890 responde a los cánones de la Frontera más que al Far west hollywodiano. En primer lugar porqué Cimino rompe con uno de los mitos del legendario Oeste donde el héroe impone su ley de forma individual y ‘sólo ante el peligro’. 


En Heaven’s Gate ese héroe armado es Jim Averill (Kris Kristofferson) que además está instituido por elección como Sheriff y, al principio, está preocupado por llevar una elegantísima calesa con su correspondiente pura sangre como regalo, no para su esposa (que continua en Boston) sino para su amante Ella, la joven y vital líder de la empresa de prostitución más importante del condado.

Entonces, Jim descubre que la rica Unión de Ganaderos local ha contratado 50 sicarios para ejecutar sumariamente y fuera de todo juicio a 125 personas acusados de ser ‘cuatreros o anarquistas’. Es un auténtico progrom y lucha de clases que afecta algunos de los vecinos y amigos más próximos a Jim, como Ella, y algunos emigrantes que chocan con el modelo de institucionalización que los ganaderos quieren instaurar de acuerdo con el ejército y el presidente del gobierno federal.

Aunque Jim Averill no está de acuerdo con esos planes, un tanto cobardemente sugiere emigrar a su amante pero -como esta no acepta dejar sus negocios- se emborracha y quiere mantener una imposible ‘neutralidad’. De hecho la parte central de la película explica como Jim y los que no están en la lista de chivos expiatorios llegan a la conclusión de que no pueden situarse al margen de los acontecimientos, lo cual los convertiría en complices y que, si todos se oponen, la Unión de Ganaderos no puede vencer. 

A diferencia de la mayor parte del mito del Farwest que suele privilegiar al heroe solitario y que está por encima de la comunidad, Heaven’s Gate es totalmente coral y vemos siempre la multiplicidad social (muchas veces contradictoria de un país formado por distintas oleadas de inmigrantes). Porque ese espacio vago que llamamos ‘La Frontera’ remite a una situación mixta quizás cercana pero nunca idéntica con otras famosas fórmulas jurídico-políticas:

Pues ‘la frontera’ no és ni estado de naturaleza ni estado civil y no lo es en ninguda de las versiones de Hobbes, Locke, Rousseau o Kant. Ya es un orden político-social si bien todavía no plenamente institucionalizado; pero tampoco es un estado totalmente natural de guerra de todos contra todos. Si bien se caracteriza por el hecho de que todavía cualquiera puede intentar (bajo su propio riesgo) defender su visión del mundo.

Por eso la frontera se opone claramente a un Leviathan (Hobbes) como el que quiere construir la Unión de Ganaderos. Aunque es consciente que no puede durar por siempre, Michael Cimino defiende el carácter informal y sorprendentemente inclusivo, de la frontera, donde no existe la diferencia entre representantes y representados ya que todo el mundo solo se representa a sí mismo.

La Frontera es -también- una mezcla muy inestable de los tres niveles del espíritu en Hegel: el subjetivo (psicológico y antropológico), el objetivo (ya institucionalizado en familias, sociedad civil, moralidad y Estado) y el espíritu absoluto (el arte, la religión y la filosofía como expresión de la mentalidad compartida de la gente).

Significativamente Jim, Nate y Ella suman inestablemente esos tres complejísimos niveles: el espíritu subjetivo (los vínculos afectivo psicológicos que los unen y se complican porque la jefa del prostíbulo también quiere institucionalizarse y proclama que se casará o bien con Jim (que es un líder electo) o bien con Nate (que tiene un contrato civil), los cuales -además- conjuntamente ejercen un cierto monopolio efectivo del poder coercitivo.

Como vemos el espíritu de la frontera ya se tambaleaba antes de la intervención de la Unión de Ganaderos. Ahora bien, Heaven’s Gate levanta acta de su fin definitivo cuando el ejercito USA salva a los asesinos de la Unión de Ganaderos de la justa venganza en defensa propia de la población que -jugándose la vida- los ha acorralado a tiros.

Ahora bien, incluso en ese momento ya limítrofe de un espíritu agonizante de Frontera tampoco estamos todavía (aunque está en ciernes) ante un Estado que -en términos marxistas- sea el legitimador y servidor de la clase hegemónica durante un modo de producción y estadio histórico de lucha de classes. 

Vemos pues que La Frontera civilizacional es ya una compleja bios humana si bien no ha roto sus lazos con la zoe animal y biológica. Es cierto que en la Frontera los individuos viven muy cerca de la nuda vida (es decir sin muchas de los derechos fundamentales o humanos de los que nosotros gozamos habitualmente). P.e. vemos como algunos presuntos ‘ladrones de ganado’ son muertos en acto sin juicio legal por Nate que actua a la vez como policia, juez y verdugo y sin posibilidad de apelación.

Sobre todo, la Frontera es un estadio donde el poder constituyente persiste y es ejercido en la vida cotidiana. La Frontera se está constituyendo y reconstituyendo contínuamente sin fosilizarse en ningún poder constituido, plenamente definido y que -en adelante- muy difícilmente se podrá transformar en profundidad si no media alguna revolución.

Nos parece muy significativo que, en Heaven’s Gate, el momento decisivo que consigue mobilizar a la práctica totalidad de los ciudadanos del condado es: cuando los que no están en la lista de los 125 a asesinar, después de haber tenido sus dudas divisivas, deciden oponerse al progrom ilegal promovido por la Unión de Ganaderos. Es en una compleja y brillante asamblea donde al final se impone la siguiente convicción: se esté en la lista o no, ningún ciudadano puede permitir que una pequeña pero poderosa oligarquía imponga violentamente su poder constituyente particular, impidiendo el poder constituyente del conjunto.

Pues, si eso se acepta una sola vez, se ha establecido un poder constituido que entroniza de facto a una minoría en tanto que soberano o leviathan hobbesiano y, a partir de ese momento, los que eran humanos libres ahora devienen inevitablemente súbditos por siempre más (en la medida que han renunciado a su propio poder soberano y democrático).


A pesar de que son muy distintos los proyectos de institucionalización jurídico-política, los muchos personajes del friso multicultural y de clase de Heaven’s Gate finalmente evitan perderse en el variopinto libertinaje particular de la Frontera, para asumir que -si  ha llegado el momento de dar a Wyoming una mayor institucionalidad- esta tiene que constituirse con el máximo consenso y sin asumir ‘hechos consolidados’ tan drásticos como la caza de ‘chivos expiatorios’ generada por la Unión de Ganaderos y sus sicarios. 

Por tanto, el último gran acto del espíritu de la frontera que recoje Heaven’s Gate es la defensa a vida o muerte del poder constituyente de la población.

A partir de la ponencia 'La institucionalización: ¿puerta al cielo o al infierno?' de G. Mayos pronunciada 25-1-2025 en el congreso FICDER 9, Universidad de Buenos Aires (Argentina). 


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