Vídeo de la Conferencia sobre “Macrofilosofia del Estado moderno: Agente y Escenario hegemónico de la Política” de G. Mayos como Abertura e conferência inaugural del I Congresso Internacional de Ciências do Estado.
Como sintetiza Hegel (del que celebramos els 250 aniversario de su
nacimiento), se confirma desde la Paz de Westphalia, la independencia
del Estado moderno con respecto a instancias supranacionales como la Iglesia, el
Emperador o el Papa. Pasa a detentar el monopolio de todas los ámbitos de
soberanía, incluyendo la violencia legítima, según Max Weber.
Superando sus inicios, el Estado se convierte en el “Agente” y “Escenario” por
antonomasia de la política nacional, si bien -como destaca también Hegel- ello no
sucede en absoluto en el plano internacional. Pues como también lamentaba Kant,
allí se enfrentan como individuos en una guerra de todos contra todos
hobbesiana. Podemos decir pues: que en el plano internacional todo Estado es
un lobo para cualquier otro Estado.
Tristemente ello continúa siendo hoy básicamente así a pesar del avance de
fenómenos-inter tan importantes como la Unión Europea, la Organización
de los Estados Americanos, el llamado ‘Consenso de Washington’ que
preside las principales organizaciones de gobernanza mundial como las Naciones
Unidas, Unesco, Banco Mundial, Fondo Monetario, las Organizaciones
Mundiales del Comercio o de la Salud, etc. Valga la pena comentar
que, en el caso de la OMS, hoy todos lamentamos que no haya tenido un
mayor y más eficaz liderazgo pues hubiera sido muy útil en la actual pandemia Covid-19.
Ahora bien, históricamente y dentro del territorio nacional, las
instituciones estatales encarnaron, coordinaron, representaron y realizaron
efectivamente el principio de la soberanía popular. En ese proyecto clave
en el llamado “sistema de los 500 años” se lleva a cabo dos dialécticas que,
en parte se retroalimentan mútuamente y en parte chocan frontalmente.
La primera dialéctica es de arriba-abajo y busca empoderar la
organización estatal para que devenga hegemónica sin discusión y se
estructure “racionalmente” para poder liderar intensivamente todos los ámbitos
de la vida nacional. Ello se hizo desarrollando las ‘ciencias camerales’
que luego fueron llamadas ‘ciencias del Estado’. Allí se formaban el funcionariado
‘racional” e incluso los ‘estadistas’ capaces de cumplir con las
mencionadas tareas.
Sin embargo, quedó abierta la dualidad -a veces dominación- del “Estado”
-entendido como el microcosmos de sus instituciones, elites y funcionarios- con
respecto la macrocósmica “sociedad civil”. Recordamos la muy aguda ironía
de George Orwell en Rebelión en la granja: todos los
animales (todos los habitantes) son iguales, pero algunos (los más próximos al
Estado y detentadores de sus poderes) son más ‘iguales’ que los otros. En su famoso libro del 2012 Sobre la pobreza de las
naciones, Aron Acemoglu y James Robinson acuñaron el
término de “elites extractivas” y mostraron la vigencia todavía hoy de
esa visión ineficaz y antidemocrática del Estado.
La segunda dialéctica es de abajo-arriba y tiende a la democratización,
inclusión y empoderamiento de la población. Esta pasa de meros súbditos a
ciudadanos con agencia política y con reconocimiento de sus derechos
fundamentales y humanos. Aquí analizamos las distintas revoluciones sociales
en relación con las diferentes generaciones de derechos, partiendo por
la lucha de los civiles limitativos de la dominación señorial y
monárquica. Y luego también a la politización y conquista de los derechos de
participación política. Apuntamos los ejemplos que van desde Cromwell
o la ‘Revolución Gloriosa’ británica (p.e. Bill of Rights
de 1689) hasta la Revolución Francesa. También analizamos brevemente los
procesos de independencia de las 13 colonias norteamericanas y luego
las españolas y portuguesas.
También analizamos la generación de los derechos
sociales-redistributivos (que incluyen también las revoluciones Bolchevique,
China o Cubana). Se les añade posteriormente la politización y efectivación
de la generación de derechos colectivos, materiales y de reconocimiento de
la diferencia sobre todo a partir del Mayo1968 y la eclosión de los
nuevos movimientos de masas (p.e. feminismo, ecologismo, indigenismo…).
Apuntamos también la poca efectivación hoy en día de una nueva oleada de
derechos que afectan a las generaciones humanas futuras, al medioambiente, a
las especies animales no humanas, etc. Aquí no se ha conseguido
prácticamente ningún consenso efectivo, a pesar de que incluye algunos de los
problemas más amenazantes y universales de la humanidad actual: por ejemplo, el
cambio climático.
A partir de aquí analizamos los retos que en la actualidad se plantean a
esas dos dinámicas analizadas. Algunos de ellos se manifiestan rotundamente en
los populismos -tanto de derechas como de izquierdas- con sus exigencias constituyentes-destituyentes,
así como en las desorientadoras ‘políticas del desconcierto’ resultante
del fracaso en la gestión de las crisis económicas enlazadas con posterioridad
al 2007.
Para analizar adecuadamente estas cuestiones profundizamos en la distinción
entre ‘lo político’ (Carl Schmitt) o la ‘política radical’ (Ernesto
Laclau y Chantal Mouffe) frente al sentido tradicional de ‘policía’
(que analiza Jacques Ranciére y que Jovellanos utilizó en el
XVIII) o política constituida y meramente administrativa. Mostramos los
límites, paradojas y peligros que a nuestro juicio subyacen a estos debates y
los desafíos de los populismos y de las políticas del desconcierto.
Y concluimos avisando que según las decisiones que la
generación actual tome respecto a todo ello, se configurará el nuevo concierto
político-social que será hegemónico en las próximas décadas. El nuestro, es
pues un tiempo crítico en el doble sentido de amenazante y cambiante, pero
también de ser una oportunidad para tomar decisiones que abran un futuro mejor.
Este es nuestro escenario político y, en él, todos debemos ser agentes
comprometidamente inteligentes.
Fue el día 19/10/2020 de las 10:00 a las 12:00 horas, bajo presidencia de la sesión del Prof. Dr. Hermes Vilchez Guerrero, Diretor da Faculdade de Direito da UFMG, presentación del coordenador do Conselho Científico Prof. Dr. José Luiz Borges Horta, el represante Universidade de São Paulo Prof. Dr. Nuno Coelho y el coordenador da Comissão Organizadora João Pedro Braga de Carvalho.
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