Como los grandes pensadores, Nietzsche presenta una complejidad enorme. Por eso, se ha convertido en un lugar común destacar la contradictoriedad de su pensamiento, que renuncie a construir un sistema e incluso que alegremente cambie de posición a lo largo del tiempo.
Ciertamente, toda la vida de Nietzsche es una guerra de guerrillas filosóficas, tan rica y sugerente como aparentemente contradictoria. Ahora bien, ello sucede porque Nietzsche denuncia todas y cada una de las trampas en que ha ído cayendo la humanidad e incluso, muchas veces, ataca inclementemente algunas de sus propias posiciones que ha ído superando. Alli tenemos por ejemplo el prólogo que redactó para la segunda edición de El origen de la tragedia, donde se acusa a sí mismo de haber caído entonces en una 'metafísica de artista'.
Por lo intenso de su evolución, lo amplio de sus intereses y lo profundo de sus críticas, la biografía intelectual de Nietzsche es una rápida sucesión de períodos. En cada uno de ellos, va denunciando lo errores de sus muy distintos adversarios y de sí mismo; y precisamente a partir de tales (auto)criticas proyecta su pensamiento hacia nuevos estadios evolutivos. Podemos verlo com cierto detalle en Gonçal Mayos, “Nietzsche contra el seu temps, d’antimodern a antinihilista”, en
Històries de la Filosofia (Barcelona: La Busca, 2007), 123-146, y en Nietzsche, Friedrich y
Gonçal Mayos Solsona. Nihilismo: escritos póstumos (Barcelona: Península, 2006),
177-181.
Por tanto para comprender la compleja evolución nietzscheana tenemos que dividir sus 65 años de vida al menos en 6 períodos de distinta duración. El primero es con mucho el más largo, corresponde a su etapa de formación y va desde su nacimiento en 1844 hasta la publicación de El nacimiento de la Tragedia en 1872.
Durante ese período vemos emerger la personalidad filosófica de Nietzsche que va definiéndose como un “intempestivo”, es decir: alguien cuyos pensamientos y actitudes chocan con los hegemónicos en su tiempo y sociedad. Consciente de ello, muy pronto Nietzsche inicia la variopinta guerrilla crítica que le caracterizará hasta sus últimas etapas.
Así rompe con la religión a la que parecía haber sido destinado por su familia que quería dirigir su talento al sacerdocio luterano e incluso a la teología. Está muy interesado por la música y la filosofía, pero se decide por la filología clásica griega, que le acerca a la mentalidad presocrática que siente mucho más cercana a sus actitudes vitales.
En cambio, coincide con Schopenhauer -que le influirá decisivamente en sus primeras etapas- en descreer y atacar los ideales modernos, pues Nietzsche verá aún menos cosas defendibles en la modernidad e incluso en la tradición occidental hegemónica. Por eso, será más allá de los márgenes de ésta donde ambos buscarán las actitudes vitales y los pensamientos que realmente les mobilizan.
Pero, como siempre y con rapidez, Nietzsche (1 [194]) se desmarcará de Schopenhauer concluyendo que "El pesimismo moderno es una expresión de la inutilidad del mundo moderno, no [de la inutilidad] del mundo [entero] y de la existencia" en general.
Por eso, entonces Nietzsche se alia con Wagner en un proyecto que quiere regenerar la vitalidad de su época a través de hermanar el espíritu antinihilista de la Tragedia Ática con la “obra de arte total” a que aspira ser la ópera wagneriana. Piensa que el arte y espíritu de la nueva música puede jugar un papel parecido al antíguo 'coro dionisíaco' y abrir la vida del presente más allá del pesimismo. Sin ser en absoluto optimista en nada, Nietzsche identifica ahora el pesimismo de Schopenhauer como un error e incluso un gran adversario.
En un segundo período entre 1872 y 1879, Nietzsche ve brutalmente confirmado su ser intempestivo. La muy negativa recepción de su obra sobre el origen de la tragedia le coloca en franca ruptura con la academia, enfrentado al círculo de los filólogos clásicos (entonces liderado por su antiguo compañero de estudios Wilamowitz-Moellendorff) y en una situación difícil en su propia cátedra de la Universidad de Lausana. Ello, conjuntamente con la acentuación de sus recurrentes y dolorosas jaquecas, conduce a su muy temprana “jubilación” de la docencia universitaria.
Nietzsche ya no estará nunca más en o cerca de la 'academia'. Por eso, consciente de hasta que punto su pensamiento choca con su tiempo, redacta cuatro ensayos que denomina significativamente “intempestivas” y –además- deja inédito quizás el más radical “Sobre verdad y mentira en sentido extramoral”.
En su acelerada evolución personal, confirma la intempestividad de Nietzsche su ruptura con Richard Wagner y, consecuentemente, con gran parte de los wagnerianos que por entonces eran sus principales aliados. Más solo pero también más libre, Nietzsche abandona el primer 'Bayreuth Festival' y deja atrás Wagner, rompiendo con toda fascinación por los tradicionales ideales “superiores” que éste está asumiendo en una deriva autoglorificadora.
El propio Wagner no se engañará cuando recibe el nuevo y radicalmente crítico libro de Nietzsche: Humano, demasiado humano. Como siempre, Nietzsche ataca allí muchas cosas, pero claramente Wagner está ya incluído entre esas cosas 'a superar'.
El nihilismo como transvaloración básica
Con su tercer período de 1880 a 1883, Nietzsche inicia una acelerada evolución en tres creativas etapas de 3 años cada una. Ahora se considera vinculado con los también intempestivos “espíritus libres” ilustrados como Voltaire o La Rochefoucauld. Parecen ser la única “sombra” que puede acompañarlo en su solitaria reflexión personal mientras escribe su obra más deprimida El viajero y su sombra.
Afortunadamente, un año después su siguiente libro Aurora marca una notable recuperación que continuará en 1882 con la publicación de los Idilios de Messina y su muy importante obra La gaya ciencia. Esta quiere ser y hacer posible un saber que -en contra toda adversidad- se proclame alegre, vitalista, atrevido y -por supuesto- subversivo.
Además, en ese período descubre el neologismo ‘Nihilisten’ que se refiere a unos jóvenes y radicales intelectuales rusos y franceses con los cuales Nietzsche parece muy emparentado. Algo más de un año más tarde ya usa el término abstracto “Nihilism” y -como veremos- a partir de ese momento la cuestión del nihilismo será central en su pensamiento. Incluso le permitirá reinterpretar su anterior evolución intelectual y vital.
Pero si por un instante Nietzsche se ha identificado a si mismo como también nihilista, pronto se desmarcará de los autoproclamados nihilistas. Nietzsche continuará valorando aspectos significativos de las obras de Dostoievski, Turgéniev o Baudelaire, pero pronto concluirá que él siempre ha sido un intempestivo, precisamente por ser un antinihilista. Siempre ha sido intempestivo porque el 'tiempo', la tradición y el mundo occidental en el fondo han sido nihilistas desde hace más dos mil años. Más adelante veremos con detalle la relación nietzscheana con el nihilismo.
En el cuarto período de su evolución entre 1883 y 1886, Nietzsche experimenta con gran éxito el estilo que le ha hecho más famoso, pero que en el fondo no es el mayoritario en su obra. Por eso las cuatro partes de Así habló Zaratustra (1883-1885) contrastan con el estilo más analítico y crítico de Más allá del bien y del mal (1886), a pesar que la escritura de ambos libros se superpone. ¡Se redactan prácticamente al mismo tiempo!
En el Zaratustra, culmina Nietzsche su siempre muy brillante uso de las metáforas, para subvertir los libros inspirados de las religiones monoteístas. Además, en ese momento, quiere romper su tendencia habitual a centrarse en la crítica y el 'discurso que dice no'. Ahora quiere construir un “discurso que diga sí”, que afirme más allá de la crítica, que ofrezca algún tipo de guia, que indique alguna senda o camino... aunque sean muy abiertos y libérrimos.
Pues Nietzsche sabe que solo así, sin ningún ápice de dogmatismo o ingenuidad autoritaria, puede situarse como faro, como explorador, como pionero, como Zaratustra el 'ateo' o 'anticristo' y pretender desbrozar un camino que otros puedan seguir. Notemos que, a pesar de que Nietzsche siente sin duda la validez vital y conceptual de su manera de ver las cosas, se diferencia incluso cuando 'quiere decir sí' de la mayoría de los filósofos. Pues él siempre reprime cualquier tendencia a decir que la que plasma en sus escritos es la vereda que otros 'deberían' también transitar.
La redacción casi conjunta y con dos estilos tan diferentes de Así habló Zaratustra y de Más allá del bien y del mal, inicia el gran sobreesfuerzo que llevará a Nietzsche en apenas 6 años (1883-1889) al colapso psicológico en Turín. Antes de caer, en acelerado y muy autocrítico proceso, Nietzsche conseguirá reinterpretar todo su pensamiento anterior y escribir aceleradamente el resto de sus grandes obras.
Ello es posible porque Nietzsche tiene para si mismo un nuevo, ambicioso y global proyecto que girará desde la centralidad de la cuestión del nihilismo. Dice Nietzsche (7 [8]): “quiero reunir los signos por los que creo que es el carácter fundamental, el auténtico problema trágico de nuestro mundo moderno y, en cuanto secreta penuria, la causa o interpretación de todas las penurias”.
Por eso reconsidera la práctica totalidad de su obra desde la perspectiva de la lucha en contra de los distintos nihilismos que ha detectado, analizado, denunciado y pretendido superar en un radical antihinilismo personal. Así Nietzsche vuelve a publicar sus libros con nuevos prólogos muy autocríticos: desde El origen de la tragedia a la Gaya ciencia (a la que además añade un quinto libro en 1886), pasando por Humano, demasiado humano o Aurora.
El quinto período de la evolución nietzscheana entre 1886 y 1889 continuará ese proyecto magno entorno del nihilismo, en contra de éste y proponiendo desesperadamente un inédito antinihilismo. Intenta culminarlo incluso en una perspectiva más sistemática poco habitual en él, pero que se entrevé en su obra inacabada La voluntad de potencia: Ensayo de una transvaloración de todos los valores.
Continúa publicando aceleradamente: Para una genealogía de la moral (1887, también uno de sus libros más sistemático y lineal), El Caso Wagner (1888), El crepúsculo de los dioses (1888) y deja prácticamente preparados para su publicación (que por su colapso psicológico deberá ser póstuma) cuatro libros más: Ditirambos a Dionisos, El anticristo, su autobiografía Ecce homo y Nietzsche contra Wagner.
Enfermado en 1889 y en adelante paralizado casi completamente, hay que desconfiar de los presuntos 'escritos' que se dice fradulentamente que Nietzsche redactó en esta última etapa. Además, hasta su muerte el 1900 e incluso llegando al período nazi, el legado filosófico del intempestivo y antihilista Nietzsche pasa a ser tutelado por su madre y luego por su hermana Elisabeth, de muy constatadas simpatias pronazis.
Ello provoca una muy influyente y lamentable tergiversación del pensamiento nietzscheano bajo el nazismo, también la animaversión de muchos ideólogos de izquierda y el bloqueo de sus obras completas bajo el posterior control soviético. Todo ello dificultó durante décadas el estudio plenamente riguroso de Nietzsche y, al mismo tiempo, fortaleció su imagen de escritor y pensador “maldito”.
El guerrillero intempestivo y contradictorio se descubre coherentemente antinilista
Hemos podido constatar que la práctica crítico-guerrillera de Nietzsche va unida a profundas autocríticas y a su reiterada transformación intelectual. Por eso Nietzsche es el Proteo de los pensadores, una tortura para los estudiosos concienzudos que quieren sintetizar un pensamiento coherente y –a la vez- pábulo de las simplificaciones de los que han sido seducidos por algún aspecto de su obra, pero no penetran en todos sus recovecos.
En nuestro artículo intentaremos contrarrestar el tópico de su total contradictoriedad. Pues, si bien encaja con los primeros períodos, en la última etapa de su vida lúcida, Nietzsche estaba sintetizando su complejísima guerrilla crítica bajo el paraguas conceptual del gran adversario subyacente: el nihilismo. La práctica totalidad de sus denuncias manifiestan así su relación con una persistente “gran guerra”: desenmascarar las múltiples formas del nihilismo e impulsar una existencia fuera de él pero –siempre- habiéndolo analizado y esperimentado hasta el final.
Así veremos la profunda coherencia que subyace a muy conocidos análisis nietzscheanos si destacamos su actitud vital antinihilista. Además mostraremos que el pensamiento de Nietzsche no era tan intempestivo como a él mismo le gustaba imaginar. Así es indudable que -para cualquier estudioso de la filosofía- su brillante análisis de la muerte de Dios y sus denuncias del cristianismo tienen muchos y muy buenos antecedentes que no hay que menospreciar.
Pero tampoco está Nietzsche solo en su impresionante crítica a la metafísica platónica. Todo el mundo reconoce que denuncia como nadie la moral ascética, capaz de controlar la propia vida hasta desvitalizarla, pero también aquí Nietzsche forma parte de un movimiento que va mucho más allá de él.
También tiene muy brillantes acompañantes Nietzsche en su redescubrimiento de la raíz dionisíaca ocultada sistemáticamente a lo largo de la historia o en su revalorización e interpretación de la Tragedia Ática, de la ideología heroica homérica, del amor fati y del eterno retorno de lo mismo. Podríamos seguir con muchos ejemplos más, pero nos centraremos en estas cuestiones y –sobre todo- en como Nietzsche las remite al fondo común del nihilismo.
Este post está basado en el artículo “¿Cómo Nietzsche supera el nihilismo y deviene antinihilista?” de G. Mayos del libro Nietzsche actual. Reflexiones ineludibles sobre un clásico intempestivo, Pablo Lazo y Paula Arizmendi (coords.), Ciudad de México: Universidad Iberoamericana, 2021, 284 pp. ISBN:
978-607-417-822-7. Una brevísima reseña.
Índice: Prefacio. Un Nietzsche para el siglo XXI, Germán Cano; Prólogo. Nietzsche actual. Reflexiones ineludibles sobre un clásico intempestivo, Pablo Lazo y Paula Arizmendi.
PRIMERA SECCIÓN. NIETZSCHE HOY. APUNTES SOBRE UNA FILOSOFÍA Y UN ESTILO INTEMPESTIVO. Nietzsche’s Kitchen. Prolegómenos para una filosofia de la alimentación, Ángel O. Álvarez Solís; Breve nota sobre el estilo aforístico de F. Nietzsche, Carlos Mendiola Mejía; Verdad, estilo y delirio en la escritura de Nietzsche. Reflexiones a partir de Sobre verdad y mentira en sentido extramoral; La pasión del conocimiento, Crescenciano Grave; ¿Cómo Nietzsche supera el nihilismo y deviene antinihilista?, Gonçal Mayos.
SEGUNDA SECCIÓN. NIETZSCHE Y LOS INTERLOCUTORES DEL (¿AYER?) MAÑANA. Deleuze, lector de Nietzsche, José Ezcurdia; Preplatónicos y la verdad de los milesios: Nietzsche und die Nullzeit der Philosophie, Panagiotis Deligianakis; Así habló Maquiavelo: Potencia agónica y política, desviada en tiempos de pasiones tristes, Dante A. Aragón Moreno; Nuevos sentidos políticos a partir de Nietzsche, Silvia L. Gil; Entre el velo y la pasión del conocimiento. Nietzsche como pensador de transición, Germán Cano; Bibliografía; Autores.
Véanse los posts:
- PENSAR EL NIHILISMO: NIETZSCHE AUTOCRÍTICO, INTEMPESTIVO
Y CONTRADICTORIO
- COSMOVISIÓN TRÁGICA GRIEGA: ANTES DEL NIHILISMO
- EVOLUCIÓN DEL NIHILISMO: TIEMPO-EJE, RELIGIÓN, MORAL,
METAFÍSICA Y TECNOCIENCIA
- EXPERIENCIA TRAUMÁTICA AL RECONOCER EL NIHILISMO
- TRANSVALORACIÓN Y TRAMPA NIHILISTAS
- SOLO EL CRISTIANISMO ATRAVIESA EL NIHILISMO
- HUNDIMIENTO DE LOS FUNDAMENTOS Y NIHILISMO CONSCIENTE
- GUERRA AL NIHILISMO. HACIA MÁS ALLÁ
2 comments:
Moltes gràcies per tant extenses dissertacions, mestre.
Salut.
Gràcies a tu, Esteve. És una sort tenir lectors com tu.
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