Gonçal Mayos PUBLICATIONS

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May 28, 2014

IDEALISMO NO UTÓPICO, POÉTICO O INGENUO

¿El idealismo filosófico tiene algo que ver con proponerse y persiguir incesantemente una utopía, incluso cuando la sabemos irrealizable? ¿Acaso es más bien poetizar o embellecer la realidad? ¿Ser idealista en filosofía comporta creer que todo el mundo es altruista? ¿Significa acaso confundir el inconformismo con la ingenuidad del "alma bella"? ¿El idealismo de Hegel tiene ese sentido?

En el caso de Hegel todas las preguntas precedentes se contestan con un rotundo NO. Lo veremos y argumentaremos por qué Hegel adopta tal posición. Hegel es idealista en filosofía y en su ontología, pero no és ningún utopista, ningún pensador conscientemente utópico e incluso se mofa de los utopistas. Al contrario, quiere comprender qué pasa realmente y no romperse la cabeza infructuosamente por el que debería pasar. Si la historia o la realidad le demuestran que algo deseable fracasa y es imposible, Hegel tomará buena nota de tal fracaso e intentará comprender porqué es inevitable.

Así reaccionó cuando vio degradarse y fracasar su ideal juvenil revolucionario pues, con dolor, Hegel vivió la radicalización totalitaria de la Revolución Francesa, la entronización y posterior caída de Napoleón y el retorno de los borbones al trono francés. La evolución postrevolucionaria a Francia y a Europa no le gustó en absoluto a Hegel, pero no la negó sino que intento dar una explicación y un sentido a tal imprevista evolución. Además su interpretación evitó en todo momento la distinción típicamente platónica, kantiana o hölderliniana entre la pureza del ideal y la bastardía de su realización

Hegel siempre se niega a justificaciones del tipo: en sí mismo el ideal revolucionario es justo, valido y maravilloso, pero deja de serlo cuando se lleva a la práctica, ya que inevitablemente se ensucia, se torna injusto y bárbaro. Para Hegel un ideal es inseparable e indistinguible de su realización, pues no se puede desear una cosa sin la otra. Por lo tanto se los tiene que defender o negar como un todo, sin introducir distinciones totalmente ridículas –piensa-.

May 25, 2014

¿QUIJOTE, FANÁTICO, INCONCRETO? HEGEL

¿Es Hegel un filósofo quijotesco? ¿Su idealismo es fanático y fantasioso? ¿Le lleva necesariamente a lo inconcreto, lo vago, lo abstracto y borroso? Creemos que no.

Ciertamente muchas veces, el “idealista” convencido suele ser definido peyorativamente como “un quijote” o, aún peor, como un “fanático”. Sería aquel tipo de persona que afirma tercamente un ideal sin modificarlo en absoluto cuando éste choca con la realidad.

Pero Hegel no encaja con este sentido de “idealista”, sino que al contrario mil veces se ríe de ese tipo de gente y, muy al contrario, adopta una postura realista, que en todo caso a veces parece más bien caer en el otro extremo calificable de "conformismo o pragmatismo cruel". Pues Hegel transmite siempre el mensaje último que, si la realidad no es cómo uno quisiera que fuera, la mente verdaderamente filosófica es aquella que se esfuerza por pensarla –y aceptarla- tal y como es.
 
Siempre exige al filósofo que, a diferencia de la perspectiva vulgar que sólo atiende a su interés más inmediato, haga el esfuerzo de comprender la cruda realidad y encontrar su profunda racionalidad. Recordemos su fórmula tan criticada “todo lo real es racional”, si bien insiste también que “todo lo racional [verdaderamente racional y no simplemente pensable], es o deviene –llega a matizar- real”.

Lo único que hay de idealismo aquí es esta convicción a toda prueba que en un último término tras la historia, por triste, negativa, desgraciada, brutal e ignominiosa que sea, se puede encontrar una razón, una explicación y un sentido racional. Comprender la realidad es una de las más constantes y queridas divisas de Hegel y ello implica –piensa- comprender racionalmente, reconociendo los hechos pero también sin quedar prisionero de las más superficiales evidencias, y buscando aquella explicación profunda que los liga con el todo, con un sentido universal y que permanece válido más allá de la circunstancia inmediata.

May 18, 2014

UN DÉU ECÒLEG?



Quina imatge de Déu em fascina? Fora de les imatges divines de les grans mitologies i teologies, quin altre tipus de divinitat puc imaginar-me? Puc pensar un tipus de Déu que no sigui el rebut del cristianisme, la Grècia clàssica, les mitologies hindús, egípcia o ameríndies


És un experiment mental i recreatiu per a l’autoconeixement. Convençut que encara no em conec prou a mi mateix, en el no-lloc o “limbo” aeroportuari m’arriscaré a donar la meva actual i provisional imaginació.


Ara mateix em fascina un déu ecòleg i jardiner. Seria un déu certament preocupat per les seves criatures, de la naturalesa i el seu equilibri conjunt, però també del seu jardí o de la seva part predilecta de la natura. Li preocupa el conjunt més que s'obsessiona per alguna part concreta de la seva creació i -per tant inevitablement- desentendre'ns una mica de les altres. No està disposat a generar caos, desgràcies o erms enormes per afavorir i privilegiar algunes espècies rares o els afavorits per les seves dèries momentànies.

Això sí, com que no és un déu distant, al que li importen més els seus designis o lleis, que no les seves criatures concretes, s'implica amb la totalitat de la seva obra i se l'estima. Té una relació molt "humana" i emotiva amb la "seva" creació. Per això, segurament, se n’estima algunes criatures més altres, però no al preu d'oblidar o sacrificar el conjunt. 

La seva preocupació i obra és tot el jardí, no només una part o algun espècimen molt especial; per això no faria certes intervencions bàrbares i excessives que van caracteritzar alguns déus mitològics grecs. Tampoc no és especialment gelós ni venjatiu, al contrari entén que les criatures sovint tinguin pretensions, egoismes, vanitats i -inclús- que siguin poc respectuosos amb ell -el seu creador-. 

Sens dubte pot estimar uns biomes i unes contrades més que altres. Pot tenir predilecció per unes flors especialment belles, unes plantes rares o exòtiques, potser inclús alguna espècie molt delicada i difícil de cultivar. S'hi sent implicat emocional i personalment. Té molt de Déu-jardiner, però sense voler convertir tota la naturalesa en un ordenat, avorrit, mecànic i predeterminat jardí. 

Sobretot és un déu ecòleg que s’estima especialment la naturalesa completa, amb tota la seva diversitat i complex equilibri. I en tot cas sempre posa per davant el conjunt i la totalitat del jardí a cap individu, especímen o espècie en particular. La salut, riquesa, varietat, esplendor, equilibri... bellesa, fel.licitat... del conjunt sempre és més importat que la de la part aïllada.


No és un déu-jardiner especialment obsessiu, detallista ni perfeccionista. Es preocupa per les seves criatures i estima les seves plantes, però no els imposa uns criteris o canons massa rígids. Se les estima de la manera tolerant i força libèrrima de qui li agrada veure’s sorprès (especialment si és gratament) pels esdeveniments, per l’autonomia, creativitat, força i exuberància de les seves criatures.

May 14, 2014

HIPOCRESIA MEDIÀTICA

Cal censurar Internet? Cal controlar especialment les xarxes socials? Alguns diuen que sí.
 
Darrerament alguns s'estan escandalitzant molt sobre alguns deplorables comentaris a Facebook, a Twitter... Són més escandalosos aquests deplorables comentaris en les xarxes que els que es fan habitualment a les tertúl.lies televisives o en certs articles periodístics de consum i de batalla "política". Cal perseguir-los més contundentment?
 
Per alguns sembla que sí... Cal perseguir-los molt més contundentment. Ara bé, preguntem-nos: per què? Quina és la diferència?

May 13, 2014

¿HEGEL ANTIIDEALISTA?

¿Es Hegel tan idealista como dice el tópico? ¿Encaja el complejo idealismo filosófico, epistemológico y ontológico de Hegel con las concepciones vulgares de idealismo? Si buscamos los conceptos de “idealista” o “idealismo” en un diccionario ¿se corresponden con la filosofía hegeliana? ¿Cómo tenía que ser el idealismo hegeliano para haber fascinado pensadores tan materialistas como Marx? ¿Es incompatible el idealismo hegeliano con el realismo político o con valorar la decisiva importancia en las acciones humanos de lo pasional y carnal?
 
Estas cuestiones son clave para entender un pensador tan complejo como Hegel. Incluso son cuestiones clave para que Hegel pudiera totalizar y comprender quizás el más complejo momento de la historia: el paso de una modernidad todavía ligada a lo clásico a una sociedad contemporánea (quizás ya postmoderna) para la cual lo clásico es ya sólo un sueño. No olvidemos que Hegel culmina la filosofía moderna y clásica, al mismo tiempo que inaugura una contemporaneidad completamente amenazada de alienación, sospecha y ruptura entre individuo y colectividad.
 
El peculiar y complejo idealismo dialéctico de Hegel le es esencial para superar y sintetizar tradición e innovación, clasicidad y ruptura, racionalismo e irracionalismo, Ilustración y Romanticismo, quizás modernidad y postmodernidad… Inevitablemente el último gran sistema totalizador de la historia –que es el hegeliano- tan sólo podía surgir de una muy compleja dialéctica entre idealismo y realismo, espiritualismo y materialismo, racionalismo e irracionalismo.

May 2, 2014

(DES)EMPODERAMIENTOS TURBOGLOBALIZADOS


¿Por qué hablar de turboglobalización? ¿Se superponen empoderamientos positivos a lamentables desempoderamientos de la ciudadanía? ¿La turboglobalización actual empodera o más bien desempodera a las clases populares? ¿Qué hacer frente a la actual debilidad y desempoderamiento de la política frente a los mercados y la economía? ¿Qué hacer ante tales conflictos y retos?
La característica más decisiva de la actual globalización es una aceleración tremenda de los flujos financieros, económicos y tecnológicos. Ahora bien hay que reconocer que es una turboglobalización fragmentaria y parcial, pues los flujos que afectan al saber, la cultura, las persones o los derechos, quizás son más rápidos que nunca antes, pero están muy lejos de velocidad de los flujos financieros y productivos.
 
Precisamente por esa globalización no uniformemente acelerada, se producen a la vez procesos ciudadanos de empoderamiento y desempoderamiento. Las actuales tendencias al desmontaje del Estado del bienestar e incluso a la laminación del Estado social de derecho son claros ejemplos de desempoderamiento popular. Pues el conjunto de la ciudadanía y especialmente las clases más desfavorecidas ven limitadas aceleradamente cada vez más sus capacidades, potencialidades y agencias, a pesar que las habían ido conquistando muy dificultosa y lentamente a lo largo de décadas.