Seducción performativa de la idea ‘derechos humanos’
La humanidad es una especie 'glocal' en el sentido que es a la vez global y local. Pues ha conquistado prácticamente todos los distintos y concretos entornos terrestres, pero, continúa siendo una misma especie, única y universal (Mayos, 2012). De manera similar, también los derechos humanos son una creación 'glocal', pues se conquistarán inicialmente en conflictos locales muy concretos, pero finalmente adquirirán valor universal y para todos.
Se respeten o, lamentablemente, queren reducidos a ‘papel mojado’, son derechos que acompañan el ser humano allí donde se encuentre y tienden a superar sus diferencias circunstanciales. De hecho la aspiración a establecer unos derechos humanos es de las más universales, ambiciosas, globales y tiene un claro efecto performativo (Hunt, 2010), pues excita tanto la imaginación de su realización como la ‘santa indignación’ que se suele producir en respuesta cuando son pisoteados.
Con la hiperconexión digital en la actual turboglobalización, han tenido un gran salto en su universalización, por un efecto emulativo que ya sintieron los ‘jacobinos negros’ de Haití (Buck-Morss, 2005; Bel, 2010; James, 2010) poco después de la Declaración de los Derechos del hombre y el ciudadano en la Revolución francesa.
A
pesar de las dificultades y los vacíos, que no desconocemos, es significativo
que se haya universalizado y democratizado tanto el anhelo de unos ‘derechos
humanos’ desde las primeras declaraciones en el último tercio del siglo XVIII.
Ello contrasta con otras emergencias políticas e ideológicas también muy
importantes que no parecen gozar del impulso universalizador y democratizador
de unos derechos aplicables por el simple hecho de ser humano.
Parece pues que hay algo muy significativo a favor de la bella e impresionante idea de que los miembros de la especie humana se reconocen mútua y recíprocamente ‘el derecho a tener derechos’ -en fórmula afortunada de Hannah Arendt (Arendt, 1974; Mate, 2010; Polo, 2014)-.
A pesar que durante la I
Guerra Mundial o entreguerras no fuera así, es algo profundamente esencial que la
humanidad vaya caminando hacia a reconocer casi unánimamente el poder de la
unión entre la idea ‘derecho a tener derechos’ con el hecho de compartir
humanidad. Eso último es algo biológico y, a la vez, ‘nomológico’ pues remite a
una ‘dignidad humana’ inanielable, para cualquier otro humano. Con lo cual,
quien no reconoce esa decisiva unión entre derechos y humanos, se coloca por su
mismo acto negador fuera de la humanidad, de la fraternidad humana.
Su realización es compleja, conflictiva y 'glocal'
Ahora
bien, una vez hemos reconocido el poder performativo de la idea ‘en sí misma’ de
los derechos humanos, debemos destacar también la importancia de analizar su
desarrollo históricamente concreto. Pues lamentablemente, se tiende a obviar la
complejidad, el agonismo y la concreción histórico-política que subyacen a los
conflictivos, circunstanciales y concretos avances efectivos en los derechos
humanos en distintos acontecimientos históricos por parte de distintas
poblaciones y en regiones muy diversas de la Tierra (Mayos, 2012 y 2013).
Pues, aunque pueda parecer paradojal y como indica el neologismo 'glocal', la universalidad de los derechos humanos avanza y se consolida efectivamente a través de muchos concretos eventos conflictivos en circunstancias históricas, políticas, sociales y geográficas perfectamente distinguibles para cualquier analista.
El sueño global y el anhelo compartido
de que los humanos deben tener derechos se ha ido realizando a través de luchas
locales, situadas y con circunstancias muy específicas (Dias y Mayos, 2018).
Como si se tratara de una muy larga, árdua e incluso peligrosa carrera de
relevos, al final gana la humanidad, pero cada uno de los relevos ha sido
corrido esforzadamente y luchado con grave riesgo por colectivos concretos,
localizados, marcados por las circunstancias y… mortales de la humanidad.
Por tanto,
después de haber resaltado el aspecto unificador de una misma carrera glocal de
relevos en favor de los derechos humanos, vamos a pasar a analizar algunos de
esos relevos históricamente más significativos. Buscamos precisar su sentido
específico dentro de la carrera conjunta aplicando esa máxima tan actual de:
‘piensa globalmente, actúa localmente’ y es que -a diferencia de Dios- la
humanidad no ha descubierto todavía la forma de actuar directamente en lo
global y universal, como sí en cambio va aprendiendo a pensar de esa forma.
Es por
ello que, para evitar el peligro de que, sintiendo la imposibilidad de actuar
ubicuamente, se dejará de intervenir directa y localmente, se enfatiza la idea
de que es posible pensar y actuar de forma 'glocal': pensar globalmente, pero sabiendo y aceptando que toda
actuación tiene que ser local ¡Y que merece la pena esa actuación! Veremos que
uno de los mejores ejemplos de ello es precisamente la historia de las luchas
en favor de los derechos humanos.
Recordemos que ya el anciano Immanuel Kant se admiraba de que muchos fenómenos se desarrollan ‘como si’ (‘als ob’ en alemán) y de que los juicios teleológicos naturales sugieren la superación de la distinción entre juicios constatativos y performativos, entre naturaleza y libertad, e intentan comprender resultados llevados a cabo por agentes históricos concretos al cual sabemos que estos no podían aspirar conscientemente.
Pensando también en esa dirección, Hegel usa el término ‘portadores de
la razón’ -por ejemplo Napoleón Bonaparte- para referirse a aquellos que, aún
actuando por y para sí mismos dentro de una concreción material completamente
particular, terminan realizando la tarea fijada por ‘la razón en la historia’ y
el espíritu universal o Weltgeist (Mayos, 2014).
Por estas
razones, vamos destacar en la carrera infinita en favor de los derechos humanos
algunos relevos concretos que merecen ser considerados en su singularidad
particular pero, también, en su significación histórica general. Así, mostraremos
que el pretendido monopolio europeo y occidental de los derechos humanos (con
su correspondiente etnicismo) es bastante menor de lo que dice el tópico más
extendido. Indicaremos muy concisamente algunos de los momentos históricos
clave y el muy diverso contexto socio-político que los hizo posibles.
Así mostraremos la complejidad social, ideológica, geográfica, histórica, política e disciplinar que hay tras los derechos humanos (pues implica el derecho, la macrofilosofía, la religión, las ciencias, etc), para así poder entenderlos y revitalizarlos como proyecto colectivo de la humanidad.
¿Quién sabe si -con el tiempo- se podrá aspirar a algo así como un
Estado universal de la humanidad, un verdadero nomos para toda la Tierra e
incluso de un judiciario para la humanidad con sus correspondientes Tribunal
Supremo Internacional o Tribunal Constitucional Internacional.
A partir del artículo sobre ‘Evolución y efectuación de los derechos humanos. El poder de una idea’ de Gonçal Mayos (pp. 19 a 32) en Pesquisa científica em Direito e Democracia: o papel dos Direitos Humanos como arma de construção ou de destruição, organizado por Arthur Ramos do Nascimento e Mateus Ferrari Luz, São Paulo, SP : Liber Ars, 2024, 237 p. ISBN: 978-65-162-2 Véanse los posts: - SEDUCCIÓN, PODER Y REVOLUCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS - DERECHOS: DE GRECIA Y ROMA A LA REVOLUCIÓN INGLESA - LOS DERECHOS EN LA INDEPENDENCIA AMERICANA - CONTRADICCIONES EN DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO - SOCIALISMO REAL, DERECHOS SOCIALES Y DECLARACIÓN DE 1948 - METADERECHOS O HIPER-BIENES DE LOS DERECHOS HUMANOS - CONCLUSIÓN: PERFORMATIVA CARRERA DE RELEVOS
No comments:
Post a Comment