También el posfordismo y la sociedad del conocimiento tienen sus virtudes y habilidades características. El mencionado
autocontrol disciplinado y las demás "virtudes" que presidían la
industrialización fordista han cambiado profundamente en la postindustrial
sociedad del conocimiento (Mayos 2013b).
Por ello, transforman radicalmente el
obrero industrial que -como hemos apuntado- fue pensado como un amorfo
proletario muy parecido al "hombre sin atributos" o "sin
cualidades" del novelista austríaco Robert Musil (que significativamente
vivió en la época de oro del fordismo taylorista: entre 1880 y 1942). También
cambian profundamente el ideal y la realidad cotidiana de la "mano de
obra" industrial tradicional, que venía a ser una pieza amorfa y
fácilmente sustituible en la cadena de montaje fordista.
En cambio, hoy al trabajador se le pide mucho más que la
obediencia y el autocontrol adecuados para poder "encarnar" las
"mejoras" en su "actuación" laboral que le ordena su
capataz taylorista. En el fordismo, el trabajador obedientemente ocupaba el
lugar y función en la cadena de montaje que se le otorgaban “des de arriba”
(recordemos la superposición de dos ciudades-sociedades completamente
contrapuestas en el film de 1927 Metrópolis
de Fritz Lang). Obedientemente, debía asumir las órdenes y modificaciones que
de vez en cuando se le hacían cuando se "descubría" como podía rendir
más, si hacía esto en lugar de aquello. Se esperaba por supuesto que el obrero
sin rechistar hiciera exactamente lo que se le pedía, ya que de lo contrario
era despedido. Notemos pues que en la sociedad industrial, el modelo de
trabajador y de trabajo correcto venía impuesto y definido a la persona desde
fuera (literalmente “desde arriba”).
Charles Chaplin visualizó genialmente en su película Tiempos modernos la relación habitual
entre el dirigente taylorista, los capataces y los trabajadores en una fábrica
fordista: el dirigente taylorista calculaba los parámetros maximizadores de la
producción y los comunicaba a los capataces que -a pie de la cadena de montaje-
los transmitían a los trabajadores y vigilaban que estos obedientemente los
ejecutaran con total precisión. Karl Marx analizó perfectamente el tipo de
alienación y fetichización que ese tipo de trabajo fragmentado, repetitivo y
nada creativo provocaba en los trabajadores.
Aunque no siempre es para mejor, eso ha cambiado
profundamente en la sociedad postindustrial del conocimiento y de las nuevas
tecnologías informáticas. El capitalismo postfordista y cognitivo está siempre
en permanente competencia turboglobalizada entre todas las empresas, bancos, sectores...
Eso es nuevo por la amplitud, pero ya Marx lo había relacionado con la
“modernidad” donde aceleradamente “todo se disuelve en el aire”. Sin embargo,
hoy también (¡ello todavía nos sorprende!) se establece una especie de
competencia agotadora (Han 2012), interminable y universal entre todos los
trabajadores o profesionales de la Tierra entera. Pues hoy el equilibrio
homeostático de éxito y fracaso, de riqueza o pobreza, de efectiva inclusión o
exclusión, etc., se juega a nivel mundial y a una enorme velocidad (Mayos
2012a).
Por ello y a diferencia de la cadena de montaje
tradicional, la actual sociedad postfordista del conocimiento exige una
formación y actitudes muy diferentes a las que hemos comentado. Hoy se exige
sobre todo (Mayos 2013b):
- Proactividad;
- Capacidad para la innovación;
- Alta formación y efectiva alfabetización que incluye
las nuevas tecnologías;
- Trabajo intelectual incluso en tareas “menores”;
- Deseo de destacar y diferenciarse del resto de
trabajadores;
- Autonomía y capacidad de autogestión del tiempo, del
esfuerzo y de las propias tareas;
- Constante concurrencia con otros y consigo mismo;
- Capacidad de prever y anticipar las tareas relevantes
sin esperar la orden;
- Impaciencia y ambición social;
- Carácter adecuado para compatibilizar la iniciativa
propia y ajena en trabajos grupalmente desarrollados;
- Capacidad de gestionar uno mismo y a largo plazo: los
objetivos, la formación y el desarrollo personales, etc.
Del
artículo “Vulnerabilidad, precarización y cambio social. Del capitalismo
nofordista al postfordista” de G. Mayos (pp. 90-122) en Law and vulnerability |
Derecho y vulnerabilidad | Direitoe vulnerabilidade, Fabrício Bertini Pasquot Polido e
Maria Fernanda Salcedo Repolês (Eds.), con Adriana Campos Silva, Antonio
Giménez Merino, Carolina Pereira, Fabrício Bertini Pasquot Polido, Gonçal
Mayos, Guilherme Santos, Isabella Bettoni, Julia Rocha Barcelos, Leandro
Martins Zanitelli, Marcelo Andrade Cattoni de Oliveira, Marcelo Maciel Ramos,
Maria Fernanda Salcedo Repolês, Polianna Pereira dos Santos, Stanley Souza
Marques, Belo Horizonte (Brasil) Programa de Pós-Graduação em Direito -
Universidade Federal de Minas Gerais – UFMG, 2016, 174 pp.
ISBN-978-85-69537-03-8 Digital.
Está recogido en los posts:
- IMPUTABILIDAD, PODER, DERECHO Y VULNERABILIDAD
- VULNERABILIDAD SOCIAL: TESIS MACROFILOSÓFICAS
- CONTEXTUALIZACIÓN DE LAS TESIS
- ¿REPITIENDO ERRORES COLONIALES Y EUROPEOS?
- ¿SALTO DIRECTO AL POSTFORDISMO?
- HABILIDADES DEL FORDISMO
- HABILIDADES DEL POSTFORDISMO Y SOCIEDAD DE LA IGNORANCIA
- ANGUSTIA ANTE PROACTIVIDAD Y FORMACIÓN INFINITA
- ¿MÁS LIBERTAD O MÁS ANGUSTIA Y EXIGENCIA?
- NO MINIMIZAR EL SUFRIMIENTO Y EMPODERAR PARA HACERLE FRENTE
Está recogido en los posts:
- IMPUTABILIDAD, PODER, DERECHO Y VULNERABILIDAD
- VULNERABILIDAD SOCIAL: TESIS MACROFILOSÓFICAS
- CONTEXTUALIZACIÓN DE LAS TESIS
- ¿REPITIENDO ERRORES COLONIALES Y EUROPEOS?
- ¿SALTO DIRECTO AL POSTFORDISMO?
- HABILIDADES DEL FORDISMO
- HABILIDADES DEL POSTFORDISMO Y SOCIEDAD DE LA IGNORANCIA
- ANGUSTIA ANTE PROACTIVIDAD Y FORMACIÓN INFINITA
- ¿MÁS LIBERTAD O MÁS ANGUSTIA Y EXIGENCIA?
- NO MINIMIZAR EL SUFRIMIENTO Y EMPODERAR PARA HACERLE FRENTE
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