Gonçal Mayos PUBLICATIONS

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Dec 5, 2020

INSPIRACIÓN Y TRANSPIRACIÓN (PARA EL DOCTORADO Y PARA LA VIDA)


Thomas Edison afirmó que el genio consiste en un 99% de transpiración (eso es: trabajo esforzado) y un 1% de inspiración (eso es: la lucidez o inspiración que suele producirse después de mucho trabajo esforzado).

En los doctorados son necesarias tanto la inspiración creativa, innovadora y genial como la transpiración fruto del trabajo esforzado, disciplinado y decidido. 

Seguidamente apuntamos algunas estrategias para facilitar el ‘milagro’, la ‘magia’ o el 'momento maravilloso’ en que aparece el imprescindible 1% de inspiración. Consideramos que está muy implicado con la construcción tanto de la Tesis de la tesis como -posteriormente- de la Estructuración argumentativa previa a la redacción definitiva del doctorado.

DIALÈCTICA ENTRE INSPIRACIÓN Y TRANSPIRACIÓN

1f. La inspiración sólo aparece si hay mucha transpiración. Busca la inspiración como resultado del trabajo, nunca al revés. Teme tanto la falsa inspiración como el trabajo mal hecho, pues tanto una como el otro te martirizarán tarde o temprano. La rapidez al hacer las cosas dificulta que queden bien y -aún más- corregirlas después.

1g.  Como el proceso de respiración, un doctorado tiene dos fases fundamentales y complementarias: inspiración y expiración.

    1g1. Primero hay que "inspirarse" y "aspirar" ampliamente de forma "macro" alrededor de la temática escogida. Hay que abrir la mirada "macroscópicamente" y atreverse a internarse -incluso perdiéndose un poco- en campos científicos cercanos. Se tiene que comprobar que lo investigado no lo ha establecido alguien antes, pues sería frustrante y muy peligroso que fuera el tribunal quien lo descubriese. También hay que asegurarse de que no existe ninguna "temática" cercana que no sea mucho más interesante y productiva. Se sabe que ha concluido la fase de inspiración, cuando se ha conseguido formular detalladamente una buena y clara "tesis de la tesis".

     1g2. A partir de entonces es necesario concentrarse microscópicamente en demostrar y argumentar esa "tesis de la tesis". Es el momento de la "expiración" o "de la verdad" para el doctorando e incluye el momento de la defensa oral y pública de la tesis. 

     1g3. Podemos añadir una tercera fase de valor muy menor a estas dos: "aguantar la respiración" sin ahogarse mientras el tribunal delibera la calificación que se recibirá. 


Los momentos de inspiración tienen que ir acompañados necesariamente por largos y esforzados momentos de ‘transpiración’ que aquí damos por supuestos. En estos posts podríamos haber puesto el énfasis en la selección y el acopio de bibliografía, y sobre todo en su lectura atenta. Pero, damos por supuesto ese largo proceso de “transpiración”, pues suele ser bien conocido por todos. En cambio, hemos intentado ayudar a facilitar que aparezca la siempre muy esquiva inspiración.  

Como los procesos de construcción de la Tesis de la tesis y de la Estructuración argumentativa son procesos muy complejos, consideramos que en medio de esos dos imprescindibles momentos de ‘inspiración’ hay que intercalar un lapso de tiempo difícil de precisar. Pues es un período que juega diversos e importantes papeles y, por eso, su duración depende del carácter, circunstancias y capacidades del doctorando. Este debería calibrarlos profundamente con director.

Se trata de un tiempo indeterminado y abierto que calificamos de ‘libre’ o incluso de ‘ocio’ en el sentido en usado Platón, Aristóteles, Cicerón, Séneca y los grandes filósofos clásicos. Está vinculado con la búsqueda de la inspiración filosófica y con la preparación de la esforzada -pero no esclavizada- ‘transpiración’ de un pensador, de una ‘profesional libre’ y de aquellos que trabajan en un proyecto personal no esclavizado por alguien otro, sino por su libre y personal interés.

El doctorando inteligente hará bien en concederse ese momento inicial de gran libertad mental que recomendamos y que seguramente puede convertirse en uno de los placenteros del doctorado e incluso de la propia vida intelectual. Así lo experimentamos nosotros en su momento y, además, nos resultó de profundo provecho. Por eso lo recomendamos a todos los doctorandos. Ahora bien, tampoco deben dilapidarlo ese momento y el tiempo limitado al que le pueden dedicar de forma vaga y sin sentido. Al contrario, recomendamos que se dedique a los siguientes cinco objetivos que, a la vez, suelen ser muy placenteros y de gran utilidad para la maduración del doctorando:

Asimilar y consolidar la recién ganada Tesis de la tesis. 

- Curiosear e investigar alrededor de lo implicado en esa Tesis de la tesis para saber lo que hay de interesante y evitar sorpresas de última hora. Hay que evitar encontrarse con la muy frustrante experiencia de descubrir que había algo más interesante en la propia línea de investigación, pero que no se trabajó porque no se tuvo noticia de ello en su momento.

Preparar -también existencial y vitalmenteel proyecto doctoral que se quiere acometer.

- Hacer acopio de fuerzas de todo tipo: cognitivas, interpretativas, de praeparatio mentis, de salud, vitales, corporales, familiares, amicales, pasionales…

- Y disponer la situación material y el entorno mental idóneos para las tareas posteriores (que detallaremos más adelante).

PPueden parecer objetivos obvios o -quizás- poco relevantes, pero nuestra experiencia nos ha mostrado que suelen ser muy útiles y no demasiado complicados, si se realizan en el momento idóneo.  


Además, Hay muchos filósofos, literatos, científicos… que hablan de algo parecido a esos cinco objetivos en sus autobiografías intelectuales o en sus consejos académicos. Pero nosotros aquí solo mencionaremos dos muy famosos, concretos y que -a nuestro juicio- dicen mucho de lo que representa formativa y humanamente un proyecto doctoral. Esperamos que sirvan para que el doctorando valore en su justo valor los mencionados cinco objetivos.

1) La primera comparación remite al famoso ‘tour’ por la Europa cultural, emblemática y clásica que solían a llevar a cabo los jóvenes de familia bien en los siglos XVIII y XIX. Como en cierta medida también lo es un doctorado, era un auténtico rito social de paso que culminaba el propio proceso de educación con un viaje de formación libre, personal e integral, antes de asumir la ocupación madura, laboral o profesional, el matrimonio y tener hijos, etc.

En aquel momento, ese 'tour' era muy limitado a ciertos grupos sociales y -además- también era sorprendentemente limitado geográfica y temáticamente lo considerado oficialmente ‘importante’ de visitar, experimentar y conocer antes de encerrarse a ejercer la función que la sociedad esperaba de la gente. Solía consistir con unas estancias más o menos largas en París, alrededor del Rhin, Italia y -quizás- algunos afortunados llegaban hasta Atenas.

Se trataba de experimentar de primera mano las bases de la ‘civilización’ europea, aunque los ‘touristas’ -como los llamó Lord Byron, acuñando el término actual- también aprovechaban para llevar a cabo una formación sentimental más informal, personal y libre por su cuenta.

Pues bien, en el hiperacelerado y supercomplejo mundo contemporáneo, algo parecido debe hacer el doctorando precisamente para facilitar tanto la inspiración como la transpiración que necesitará en la árdua tarea que debe llevar a cabo. Su director creemos que no debe entrometerse demasiado ni personalmente en este momento limitado pero importante de preparación libre e individual del momento decisivo de la tesis doctoral. 

Por eso no hablaremos más de ello y pasamos a otra comparación más explícitamente filosófica. Pero antes, insistimos en la importancia del momento que haría bien el doctorando en no negligir y que ante la cual el director tiene que ser suficientemente inteligente y ‘amigo’ para darse cuenta de ello y quizás aconsejar.  


2) Hay otra muy interesante ejemplificación del complejo momento de maduración vital y rito de paso que media entre -por una parte- la determinación de la Tesis de la tesis y -por otra- la elaboración detallada de la estructuración argumentativa sobre la cual se redactará y defenderá finalmente el trabajo doctoral. Nos referimos a la enigmática pero muy importante “moral por provisión” que lleva a cabo René Descartes.

Recordemos que Descartes la sitúa cuando él mismo ya tiene un gran bagaje filosófico, matemático y que incluso ha establecido su ‘método’. Nosotros consideramos que ello sintetiza ese 99% de ‘transpiración’ i el casi el 1% de inspiración que han llevado hasta la Tesis de la tesis. Ahora bien, incluso en tal situación, Descartes considera que necesita darse esa “moral por provisión” antes de llevar a cabo su decisiva pero también peligrosa “duda” hiperbólica que iniciará -ni más ni menos- que la fundamentación radical de su completo sistema racionalista.

Muy lúcidamente, Descartes insiste en la complejidad y exigencia de la tarea que va a iniciar. Sin ser irreverentes ni tampoco apabullar al doctorando, queremos resaltar que la realización de un doctorado es un reto de calado significativo, con decisivas consecuencias académicas, pero también personales y existenciales.

Por eso el doctorando hará bien en darse (y el director en ayudarle a conseguirlo) una “moral por provisión” (que puede requerir un ‘tour’ como el mencionado) antes de “sentar cabeza” y concentrarse intensivamente en realizar el doctorado una vez que incluso se dispone de una innovadora Tesis de la tesis.


TODA INVESTIGACIÓN SE LLEVA A CABO DOS VECES

Hay un famoso e inteligente chiste que viene a sugerir que: el científico busca la llave perdida donde hay luz y, por tanto, posibilidades de detectarla con rigor aunque crea que se le ha caído lejos de allí. En cambio, el filósofo la busca donde cree que se le ha caído aunque esté muy oscuro y sea muy difícil descobrirla. 

Por supuesto estoy dispuesto a defender al filósofo como una opción necesaria y no prescindible, tanto como lo es la opción del científico. Ahora bien, como director de un programa oficial de doctorado tengo que recomendar que -en una tesis doctoral y en toda investigación- siempre hay que empezar como un filósofo, pero hay un momento en que se tiene que pasar a trabajar como un científico. ¡Incluso en una tesis de filosofía!

Pues hay pocas cosas más prácticas que una buena teoría y una buena "tesis de la tesis" debe ser una buena teoría (o hipótesis si se quiere). Por tanto se acerca más a un humilde modelo claro y distinto, aunque evidencie algunos problemas no plenamente resueltos. Y se aleja de una profundísima “intuición” que es tan oscura y viscosa, que nadie puede entenderla o atraparla. 

Una tesis doctoral debe ser una 'llave' rescatable de la obscuridad y que abra alguna puerta, no puede ser tan solo una intuición perdida en el lodo e inconcretable. Quizás puede ser tan solo una 'llave' que una puerta humilde, pero esa puerta debe ser real, concreta, existente y demostrable.

Debemos ahora llevar a cabo una importante reflexión que puede parecer una broma o un chiste, pero no lo es: Las tesis -como toda investigación- son tan díficiles de llevar a cabo porque es necesario realizarlas dos veces o de dos maneras distintas y sucesivas. ¡Además esas dos veces son muy diferentes entre sí y exigen habilidades bastante distintas!

Primero hay que construir -sumando inspiración y transpiración- la investigación propiamente dicha. Es decir hay que llevar a cabo un descubrimiento o una aportación original en algún campo del saber. Hay que demostrar e innovar en algún aspecto. Y eso es, por supuesto, muy difícil y trabajoso. Pero, además, hay que ser capaz de comunicar ese descubrimiento de manera rápida y eficaz. Pues -en caso contrario- alguien puede comunicarlo antes, mejor, sin plagio, y por sus propios méritos. 

Hoy es reconocido generalizadamente que Newton y Leibniz elaboraron por primera vez el cálculo infinitesimal de manera paralela, sin tener conocimiento el uno del otro y prácticamente al mismo tiempo. Ahora bien, en la posterior y agria polémica sobre la prioridad en ese descubrimiento, las distintas estrategias comunicativas fueron decisivas hasta el punto que, al principio, tomó ventaja Newton por su fuerte estrategia de comunicación usando la Royal Society británica. Y eso a pesar que no habían datos claros de quien fue efectivamente el primero e, incluso, de que en algunos aspectos su 'cálculo' era menos elegante que el de Leibniz.  

Como cosas parecidas han sucedido muchas veces, insistimos en destacar que toda investigación innovadora se tiene que realizar dos veces: una para conseguir culminar efectivamente el descubrimiento y otra para conseguir comunicarlo eficazmente y que -así- la comunidad de expertos reconozca la autoría, sobre todo en casos donde se solapan investigaciones muy semejantes. 

Por eso, es importante que el director le muestre al doctorando que no basta con pensar y ejecutar de forma plenamente desarrollada la investigación. Muchos creen que es lo único relevante pues es algo muy difícil y creativo, ya que -hasta culminar ese momento- se ha partido de un problema, una hipótesis o una estrategia para -finalmente- construir un conocimiento del que -un momento antes- nadie disponía plenamente

Pero insistimos luego hay que realizar otra tarea que suele ser menos valorada y reconocida, pero que también es muy importante como ejemplifica la pugna entre dos monstruos como Leibniz y Newton sobre el descubrimiento del cálculo infinitesimal. Una vez llevado a cabo el descubrimiento en cuestión, es necesario plantearse y llevar a cabo otra vez la investigación, para explicarla, demostrarla y comunicarla de la mejor manera posible. Pues no es nada fácil convencer de que algo realmente nuevo es posible, a grandes expertos que todavía están en la perspectiva de lo viejo y, aún menos, si hay disputas con otros posibles descubridores.

Por eso, tanto los investigadores individuales -como suelen ser los doctorandos que solo cuentan con la ayuda y guía de su director- deben realizar sucesivamente dos tareas en su tesis doctoral: el  descubrimiento propiamente dicho y la comunicación adequada pera que sea reconocido por la comunidad de expertos. En el caso de las tesis individuales, la misma persona debe pensar y conseguir que funcione la demostración del descubrimiento y -luego- redactar adecuadamente la tesis para que nadie tenga dudas de ello y además de su autoría o prioridad. 

Ciertamente, en los estudios llevados a cabo por equipos con muchos investigadores, ya suele haber una división de tareas que hace que unos se centran más en la primera tarea y otros en la segunda. Ahora bien, en las tesis individuales y especialmente de filosofía esas dos complejas tareas -que suelen requerir cualidades bastante distintas- las tiene que hacer el mismo doctorando, quizás sólo con los consejos de su director. 

Comprendemos que nuestra reflexión puede provocar nuevas angustias a los doctorandos, las cuales seguramente no se habían planteado nunca antes. Pero no podíamos obviar las dificultades mencionadas en estas breves tesis nacidas de nuestra propia experiencia y conocimiento dentro de los programas de doctorados y universidades. Pues es mejor sin duda que el valiente, esforzado e inteligente doctorando las tenga en cuenta para ayudarle a triumfar en su importante embite




15 comments:

Toni Prat said...

Thomas Edison afirmó que el genio consiste en un 99% de transpiración (eso es: trabajo esforzado) y un 1% de inspiración (eso es: la lucidez o inspiración que suele producirse después de mucho trabajo esforzado).

Balla guillipojada... (quando no se pueden... son berdes...)

Gonçal Mayos Solsona said...

Pues dígnese vuesa merced a explicar a los mortales ¿por qué hace tamaña afirmación?

Toni Prat said...

Ludwig van Beethoven - Wikipedia, la enciclopedia libre
es.wikipedia.org › wiki › Ludwig_van_Beethoven
Ludwig van Beethoven​ (Bonn, Arzobispado de Colonia; 16 de diciembre de 1770​-Viena, ... El 26 de marzo de 1778, cuando tenía siete años, Beethoven realizó su primera actuación en público en Colonia. ... el archiduque Rudolf, fue nombrado cardenal, motivo por el cual Beethoven comenzó a componer la Misa en re, ...

Toni Prat said...

Em pregunto si aquest article és una actitud "nagacionista" envers l'acceptació de l'existència dels genis com a tals...

jo no puc demostrar que si... però crec que ha de costar molt demostrar que no...

Gonçal Mayos Solsona said...

És més fàcil i alhora més complex: si algú té moments genials, què no els desaprofiti!!!

Ara bé, no sempre apareixen ni menys quan els necessites: per exemple en fer una tesi doctoral.

Llavors cal confiar en el treball i en impulsar la inspiració que és la base de la genialitat.

Suggereixo estratègies per a facilitar la inspiració i per a guiar la "transpiració".

Però si algú va sobrat perquè és absolutament genial, fel.licitats!



toni prat said...

no crec que perquè ens llevem "ben d'hora... ben d'hora i treballem molt i molt" ens puguem convertir fàcilment amb un Einstein...

ara... si ets un paleta que està fent un edifici... la quantitat de treball és essencial...

(però crec que són consideracions demagògiques que marxen d'estudi... -tipus Carolina_Pérez Ledesma...)_

Gonçal Mayos Solsona said...

Dos coses:

1) potser no hi ha tanta, tanta... tanta diferència entre un Einstein o un filòsof i un paleta.

2) Potser tampoc no cal un món fet només d'Einsteins. I sí que cal que, si et proposes fer una tesi doctoral, dedicar-te dignament a la filosofia i guanyar-t'hi la vida, sàpiguis què fer, si no ets un geni absolut.

toni prat said...

ho sento... però em perdo...
(però crec que són necieses demagògiques que marxen d'estudi... -tipus Carolina_Pérez Ledesma...)

Bones Festes... !!!

toni prat said...

"1) potser no hi ha tanta, tanta... tanta diferència entre un Einstein o un filòsof i un paleta."

resposta:


El quocient intel·lectual (en anglès, IQ) és un valor que resulta de la realització d'un examen estandarditzat per a mesurar les habilitats cognitives i la capacitat intel·lectual d'una persona (la intel·ligència) en relació amb el seu grup d'edat. S'expressa de forma que el QI mitjà d'un grup d'edat sigui 100 (una persona de QI = 110 està per sobre de la mitjana del seu grup d'edat; una persona de QI = 90 està per sota de la mitjana del seu grup d'edat). El més normal és que la desviació estàndard (σ) dels resultats sigui de 15 o 16, i els tests es dissenyen de manera que la distribució dels resultats sigui una distribució gaussiana, és a dir, que segueixi la corba normal.

Les puntuacions en un test donat i en una població determinada han evolucionat a l'alça al llarg de la història dels tests de QI (el conegut efecte Flynn), de manera que aquests tests requereixen una adequació contínua si es desitja que els anteriors estàndards es mantinguin.

Els superdotats són aquelles persones que es troben per sobre del 98% de la població.

toni prat said...

"2) Potser tampoc no cal un món fet només d'Einsteins. I sí que cal que, si et proposes fer una tesi doctoral, dedicar-te dignament a la filosofia i guanyar-t'hi la vida, sàpiguis què fer, si no ets un geni absolut."

resposta:

fer una tesi doctoral no és cap indicatiu de posseir un coeficient d'intel·ligència alt...

toni prat said...

penso que pel 98 % de les persones els és fàcil confondre treball amb intel·ligència (això dins el camp de l'art plàstic sol passar molt...)

Gonçal Mayos Solsona said...

Doncs quan hom es perd, recomano equilibrar la inspiració amb una bona dosi de transpiració. Gairebé mai falla!!!!!!

Gonçal Mayos Solsona said...

Només menysprea el que significa culminar una tesi doctoral aquell que, no només mai no l'ha realitzat, sino que potser si ho intentès seria incapaç de culminar-la.

Recordo un acudit molt antic i no gaire genial -és cert- que deia més o menys:

A una tomba d'un cementiri llunyà hi havia una gran làpida que amb lletres daurades i lluents deia "Aquí llace aquel que nunca tembló" i, quan un jove estudiant la va veure, hi va afegir: "¡Seguro que fué porque nunca se examinó!".

toni prat said...

això és com parlar d'enamorament... que ja vàrem concluir que el que no s'ha enamorat mai com un boig... no en pot opinar... -per molta tesi doctoral que en vulgui fer- (jo en conec uns quants amb la tesi doctoral a sota el braç i són uns "palanganes"...) (la t.d. no és cap carnet d'intel·ligència, ni de creativitat, ni de genialitat...)

Gonçal Mayos Solsona said...

També puc assegurar que conec molts que NO han fet la tesi doctoral que són uns "palanganes" (com dius).

Evidentment una tesi te la poden haver regalat. En tenim exemples prou coneguts.

Evidentment un doctorat no diu res de virtuts en altres ambits socials o vitals. Conec gent molt docta que té problemes per a desenvolupar-se socialment.

És pot ser un geni i ser un autista, un fracàs com pare, una mala persona...

Cada cosa serveix pel que serveix.

I si no te l'han regalada, una tesi és un ritus de pas que et fa suar molt i, per tant, val pel que val. Per això les tesis solen portar "títols" i, si diuen alguna cosa valuosa, ho diuen de l'especialitat a què corresponen.

I sovint només cal mirar el títol per a saber on han centrat el seus esforços.