Gonçal Mayos PUBLICATIONS

Gonçal Mayos PUBLICATIONS

ht tp://orcid.org/0000-0001-9017-6816 : BOOKS , BOOK CHAPTERS , JOURNAL PUBLICATIONS, PRESS, Editor, Other translations, Philosophy Dicti...

Jul 14, 2021

'ESCUELA DE ATENAS', JULIO II Y RAFAEL ¿LOS FILÓSOFOS SON NIHILISTAS?

 

¿La Escuela de Atenas de Rafael presenta como nihilistas a los filósofos? ¿Los asimila incluso al cínico Diógenes de Sinope? ¿Es este tan solo un caso extremo de una tendencia general en los filósofos? ¿La opone al mural paralelo de La disputa del Sacramento que más bien parece El Concilio del Sacramento? ¿Con qué objetivo?

¿Tienen sentido estas preguntas o las menospreciamos porque estamos tan seguros de lo que 'sabemos' que no conseguimos conceptualizar la radicalidad de unas actitudes e imágenes superfamosas?

Vivimos en una sociedad de ignorancia provocada, paradojalmente, por lo mucho que todos creemos saber y por tanto ya no nos escandalizamos filosóficamente por nada, ocupados como estamos por 'protestar' sumisamente por todo. Pues todo el mundo cree saberlo y haberlo visto todo, porque en algún momento oyó medio distraído alguna referencia en la televisión. A ello se superpone la amnesia forzada que provoca la enorme inflación de noticias y también la falsa sensación de ser testigo inmediato que dan los audiovisuales.
 
Yo mismo lo experimenté personalmente, la primera vez que contemple en directo la famosa obra La escuela de Atenas del pintor renacentista Rafael. Entonces creía -como la práctica totalidad de la gente- que era un cuadro de tela colgado en algún museo. Por eso me sorprendió mucho, identificarlo visitando las estancias 
en el Vaticano del papa militar y mecenas artístico Julio II (que se encuentran cerca de las salas Borja). Está encima de una puerta y llena uno de los cuatro arcos que estructuran la parte alta de las paredes de la llamada Stanza della Segnatura. Como vemos en las imágenes adjuntas esa culminación en forma de arco es claramente visible en los frescos que analizamos.

Admirado me demoré contemplándola un buen rato y me escandalizó comprobar que el resto de visitantes ¡éramos muchos! pasaban apresurados, no le prestaban la menor atención, no parecían identificarla ni captaban su significación e importancia. Seguro que conocían la imagen pero -como yo- debían creer que era un cuadro de tela y -con las prisas- ¡no eran capaces de asociar la obra maestra con un fresco de tamaño medio, situado en la pared encima de una puerta y en medio de otras pinturas de tema más claramente religioso!

Por aquel entonces ese fresco no estaba allí especialmente anunciado (creo recordar que no había ningún anuncio ni foco que lo destacara y sacralizara oportunamente). Por eso, nadie lo identificaba, todo el mundo pasaba a gran velocidad sin verlo y sospecho que -si alguien lo observó con mínima atención- confundió a Platón y Aristóteles con -seguramente- San Pedro y San Pablo hablando de sus cosas divinas.

Además, recuerdo que todos ya llevábamos bastante tiempo recorriendo el Vaticano en espera de llegar a la Capilla Sixtina de Miguel Ángel que, sin duda, era la meta principal que todo el mundo llevaba en la cabeza y que las guías destacaban. Nos movíamos como teledirigidos (casi zombis) porque todos creíamos estar tan bien informados y tan llenos de sabiduría que siempre 'sabíamos' lo que hay que ver y corríamos hacia ello obviando todo lo demás. Por eso ninguno de nosotros esperaba ver la relativamente pagana representación de la escuela filosófica sin duda más importante, duradera, milenaria y llena de talento de la historia.




También por eso, nadie captaba aquella especie de 'homeless' acostado provocativamente ¡pero leyendo! en las escaleras que es Diógenes de Sinope en el fresco de Rafael. Indiferente a la situación, está en medio del camino de Platón y Aristóteles, dibujado claramente por dos hileras de filósofos. 

Ello lo convierte en una figura extraña que fácilmente deviene invisible, incomprensible e incluso ofensiva para el público no avisado. Diógenes aparece incongruentemente como alguien que no tiene derecho de estar allí. Es justamente lo que parecen proclamar las dos figuras en el mismo escalón justo al lado, indignadas porque bloqueará el paso de los ya cercanos Platón, Aritóteles y su amplio séquito. Todo eso seguramente ayudaba a no identificar el fresco de Rafael.

De hecho y muy significativamente, parece que Julio II hizo pintar ese fresco (con una posición tan central y al tiempo provocativa de Diógenes) en oposición al fresco mucho más cristiano que hay justo en frente en la misma sala. Se trata de La disputa del Sacramento donde -en clara contraposición- están representados los más famosos teólogos de la Iglesia bajo los auspicios de las jerarquías celestiales.

También es significativo que la composición de los personajes de este segundo fresco es mucho más ordenada que La Escuela de Atenas. No tiene ninguna figura centralmente provocadora como Diógenes y -sobre todo- se nota a faltar la falta 
'la presencia misma de Dios Padre, Hijo...' del fresco opuesto que es substituída por el vacío de los arcos inmensos, bellos, pero artificiales y 'desangelados'. Si se hubiera querido hacer algo equivalente a La disputa del Sacramento, ese juego de bóvedas de La Escuela de Atenas debería ser 'ocupado' por el rico panteón politeista griego representado como 'real'. ¿Por qué no se hizo así? 

¡Qué diferente sería el impacto en los espectadores de La Escuela de Atenas si -de forma equivalente al fresco de La disputa del Sacramento- estuviera culminada con el abigarrado, 'real y vivo' grupo de dioses olímpicos: Zeus con sus rayos, Afrodita con su belleza, Ares con su vigor, etc. Pero, en cambio, el centro de todo el espacio superior lo ocupan arcos vacíos con solo dos estatuas laterales de Apolo y Atenea cuyo mismo color marrón las confunde con el fondo arquitectónico. 

Por eso, como argumentaré, no puedo dejar de pensar que aquellos arcos inmensos y vacíos han sido concebidos buscando un cierto mensaje 'nihilista' que se quiso oponer a la presencia colorida y 'real' de Dios Padre, Jesús, María, los Santos, etc. en el fresco adyacente. Significativamente hay tres retazos superpuestos de cielo terrestre donde en el fresco opuesto están las tres 'Personas' de la Santísima Trinidad, como indicando que no hay ni Dios Padre, ni Dios Hijo ni Espíritu Santo (como tampoco hay altar ni Caliz Eucarístico). 

De alguna manera se quisó comunicar al espectador, que comparara los dos frescos, que La disputa del Sacramento está presidida por la presencia misma de Dios, mientras que en la parte superior central de La Escuela de Atenas hay tan solo tres espacios azules y, en los laterales, dos estatuas marrones que se confunden con la fría arquitectura vacia. 

Evidentemente, Julio II no pudo prever que, para espíritus muy desacralizados de la actualidad, esos espacios elegantes, amplios y minimalistas pueden ser más seductores que el abigarrado Cielo cristiano. Supongo que el Papa no podía prever las fascinación que podría provocar el hoy en boga minimalismo arquitectónico, abierto y franco de los inmensos arcos con que -muy anacrónicamente- Rafael 'techó' su Escuela de Atenas

Bien pensado, esos arcos vacíos eran necesarios porqué -inevitablemente- las figuras que ocupasen la parte superior central del fresco quedarían automáticamente 'elevados' al nivel de la 'Santísima Trinidad' del fresco opuesto. ¡Ya era mucho poner Platón y Aristóteles a la altura y centralidad del altar con el cáliz! Pero no se podía ir más allá y el mensaje en favor del cristianismo debía quedar claro: y en definitiva, el vacío por encima de Platón y Aristóteles que resaltamos era del todo necesario a efectos teológicos.



La conjunción y oposición de los dos frescos, nos sugiere que en el mundo de los filósofos no hay nada por encima de Platón y Aristóteles. Sólo hay arcos vacíos, frías estatuas marrones y unos fragmentos azules de cielo 'terrestre'. Es pues un espacio sin Dios, sin Jesús, La Virgen, San Juan Bautista, las jerarquías celestes, los Apóstoles... Tampoco hay el símbolo de la 'comunión' con el 'cuerpo y la sangre de Cristo' que es la Eucaristía. Mientras que el Espíritu Santo
 -en forma de paloma- y los Evangelios ocupan un claro papel fronterizo y -sobre todo- mediador entre el Cielo y los humanos.

En comparación con este segundo fresco de Rafael, también muy importante pero menos conocido, destaca el mensaje de que no hay nadie (sólo el vacío) por encima de Platón y Aristóteles ¡los cuales además definen una dualidad irreconciliable pues señalan en direcciones opuestas y portan libros de contenidos muy distintos. ¡Qué diferencia con el eje central siempre unitario del fresco cristiano adjunto! Incluso en el 'homenaje' a
 La Escuela de Atenas, la filosofía se presenta escindida en -al menos- dos perspectivas, autoridades y liderazgos.


Excepto la posición provocativa de Diógenes, todos los demás los filósofos ocupan un papel más secundario, pues incluso Sócrates está relativamente desplazado a nuestra izquierda. Pero es que además todos sin excepción se apiñan bastante desordenadamente en la parte baja del fresco dejando las alturas vacías, literalmente ‘desangeladas’, resaltando la oposición con la plenitud del Cielo en el fresco ‘hermano’ de La disputa del Sacramento.

El mensaje del conjunto de los dos murales es, pues, destacar el inquietante vacío y principio casinihilista en La Escuela de Atenas que -en cierto sentido- esconden o destacan (según se mire) unas construcciones magníficas pero humanas. En los laterales -lejos del centro-, hay la representación escultórica descoloridamente marrón, confundida con el resto de elementos arquitectónicos y 'sin vida real' de unos relieves que, como las estatuas
de Apolo y Atenea, contrastan con la 'presencia real', central, llena de poder y color de los propios Dios Padre, Jesús, la Vírgen, los santos... del fresco adyacente de La disputa del Sacramento.

Aún más, la superposición excesiva de arcos que poco tienen que ver con el Partenón de Atenas dejan entrever tres pequeños espacios azules (el color de la Tierra desde el espacio) con nubes blancas en el horizonte. De hecho las bóvedas y arcadas por encima de los atribulados filósofos están tan sobredimencionadas, son tan espectaculares e -incluso- tienen tan poco a ver con Atenas que obligan a preguntarnos ¿si quieren desviar la atención o más bien esconder algo? En cierto sentido parecen funcionar como un inmenso arco de triunfo pero en el fondo mucho menos 'triunfante' que el 'arco' celeste, divino y angélico del fresco opuesto.  

Debajo unas inmensas gradas o escaleras pululantes de distintos tipos de filósofos presididas por la disputa peripatética de Platón y Aristóteles que, desde el foco de la perspectiva y definiendo el horizonte parecen acercarse al espectador. Pero éstos tampoco terminan de ser recibidos en plena gloria y apoteosis, pues hay demasiados filósofos distraídos y mentalmente ausentes... Además, hay la figura provocadora y displicentemente yacente de Diógenes que distorsiona su 'autoridad' e interfiere su posible paso. 

Es cierto que el conjunto define una magnífica perspectiva infinita, el foco de la cual está situada entre los dos grandes filósofos. Su belleza seguramente nos distrae de unos hechos muy significativos: por ejemplo el menor tamaño ¡sólo en parte justificada por la perspectiva! de la dupla filosófica central, sobre todo si los comparamos con las figuras de proporciones magnificadas y vistas en un gran contrapicado (acentuada por el efecto de cúpula en la parte superior de los frescos) que empequeñece al observador frente a Dios Padre, Jesús, María, Juan Bautista y las otras jerarquías celestes del fresco paralelo. 


Además la escena filosófica tiene mucho mayor desorden que la teológica y, sobre todo, falta la jerarquía estructuradora del eje central formado por las Tres Personas de la Santísima Trinidad (en el Cielo) y el altar con la Eucaristía (en la Tierra). Notemos la jerarquía unitarista y monoteiísta: un Dios Padre, un Dios Hijo, un Espíritu Santo, un Cáliz, un Altar... una Iglesia. 

Ello destaca -aún más- el inmenso vacío nihilista sin Dios por encima de los enfrascados y desordenados filósofos que contrasta del todo con el fresco que se les opone en la misma sala. Éste es todo él orden, simetría y con una clara preponderancia del Cielo sobre la Tierra; pues aquí el gran vacío está abajo, frente el altar, cuyo camino hasta él queda expédito para los fieles ¿si deciden comulgar? 

Pero quizás también insinua que aquí el vacío no está arriba en el cielo físico, sino abajo, en el mundo carnal y para quienes no quieran comulgar ni sumarse a la Iglesia cristiana. Notemos que prácticamente ninguno de los disputantes sobre los sacramentos mira hacia el observador, pues la mayor parte miran al orador con el brazo levantado a la derecha del altar. ¿O más bien miran o quieren ser iluminados por el caliz eucarístico encima del altar... que es evidente signo de Dios y de la unidad de su Iglesia.

Por tanto, aunque Platón y Aristóteles están claramente destacados y sacralizados por su centralidad en el foco de perspectiva y, por tanto como si estuvieran a la altura de los ojos del observador, no son figuras divinas, sino humanas, magníficas pero tan solo humanas... 

Y aún lo es más manifiestamente Diógenes que yace provocador en medio de su paso. Destaquemos que incluso justo a su lado, hay dos figuras que se interpelan: una señalando la llegada de los dos filósofos y su séquito, y la otra mostrando con las dos manos a Diógenes que les bloquea el paso. Se escandalizan del yacente que se atreve a cortar el paso a los dos mayores filósofos.

A medida que se baja la escalera, grupos caóticos de filósofos y científicos discuten entre ellos, distraídos de los dos grandes filósofos, su disputa, su séquito... Y también del solitario Diógenes que -insistimos- está allí, prácticamente en el centro, acostado, medio desnudo, ostentosamente provocador, leyendo displicentemente un folio, con total indiferencia del entorno y yaciendo casi obscenamente.

Por otra parte, en los filósofos prácticamente solo los distinguen los libros que portan o están escribiendo o algún elemento que estudían, mientras tienen que resguardarse en un impresionante espacio arquitectónico artificial y muy poco ateniense. En cambio en el fresco opuesto percibimos claramente algunos hábitos de órdenes sacerdotales y mantos y mitras episcopales o papales y la congregación se realiza al aire libre (a la izquierda hay plantas y árboles, y a la derecha una lejana construcción) pero 'protegidos' por el Cielo divino. Aquí los arcos protectores són las mismas jerarquías divinas, santas y angélicas... ¡y su poder!

Todo ello ¿quiere reiterar el tradicional mensaje (tan querido por cierta escolástica) de la superioridad de la fe, la religión, la teología y la Iglesia por encima de la razón, la filosofía, la Escuela de Atenas, sus disputas y sus preocupaciones? A pesar de que el Renacimiento recuperaba el conocimiento más detallado de los clásicos grecolatinos y la valoración suprema de lo humano, éstos y la filosofía solo reciben un reconocimiento subordinado a la teología cristiana. En el fondo y resultado de la comparación con el fresco de La disputa de los Sacramentos, Rafael bajo las órdenes de Julio II muestra la inferioridad de la filosofía pagana, que tiene en Diógenes de Sinope su centro más radical y que, en lugar del Cielo con sus jerarquías divinas, no tiene otro techo que los fríos arcos sin dios y desangelados.

Pensamos que hay ya un cierto nihilismo en Diógenes de Sinope -a pesar que entonces no existía ese término- pues toda su filosofía y vida se basaba en una negación ‘nihil’ consciente y que 'ladraba' su no (en versión perruna -el símbolo de los cínicos- de la metáfora del ‘león’ en Nietzsche). Además, seguramente los cínicos consideraban que quienes les denigraban eran como ‘nihilistas inconscientes’ pues -sin darse cuenta- valoraban y adoraban cosas falsas, que 'no eran', que eran ‘nihil’. A su manera, los cínicos pensaban que los adoradores de falsedades eran los verdaderos 'negadores' de la verdad, la vida y lo humano. 


Incluso hay una acusación cruzada de 'nihilismo' en el programa iconográfico diseñado por Julio II y Rafael para los dos frescos principales de la Stanza della Segnatura del Vaticano. Pues se intenta mostrar no solo a Diógenes sino a todos los filósofos de La Escuela de Atenas como potenciales negadores (nihil) del Dios trinitario, de las jerarquías celestes y de los dogmas cristianos.

Por eso en La disputa del Sacramento, el Cielo -en mayúsculas- que ocupa la mitad alta del fresco 'bulle' de vida y potestades divinas. Muy al contrario en La Escuela de Atenas, el cielo -ahora en minúsculas y que también ocupa la mitad alta del fresco- es yermo, solitario y vacío. Sus enormes e imponentes arcos son fríos e inhóspitos pues -comparados con el Cielo cristiano- están deshabitados, sin Dios ni vida. Es un cielo físico y vacío que niega ‘nihil’ al Cielo lleno de jerarquías y símbolos divinos del catolicismo.

Aunque lamentablemente no lo vean los turistas colapsados de hoy y, por tanto, no se escandalizan por ello, el programa iconográfico que opone conscientemente los dos frescos, quiere sugerir claramente a quien los contempla con detenimiento que: el 'Creyente' no tiene el vacío nihilista sobre sí, sino el Cielo protector, ordenado, con un claro eje central jerarquizado, lleno de paz, consenso y divinidades de La disputa del Sacramento.

Muy al contrario, los dos frescos opuestos en la Stanza della Segnatura del Vaticano sugieren que: los filósofos inevitablemente no cristianos de La Escuela de Atenas están solos consigo mismos y sus disputas. Pues además -quieran o no y aunque se llamen Platón o Aristóteles- acabarán encontrándose en su camino al cínico Diógenes, porque en el fondo no están demasiado lejanos ni son radicalmente diferentes de él. ¡Por mucho que lo nieguen o lo disimulen!

¿Diógenes yaciendo provocativamente en medio de las escaleras viene a confirmar el vacío nihilista, des-angelado y des-divinizado de los magníficos arcos? ¿Confirma que la mera filosofía -sin Dios, fe ni teología que la guíen- es inevitablemente pábulo del cinismo y del nihilismo?

¿La comparación de los dos frescos de l’Stanza della Segnatura del Vaticano remite a un programa iconográfico diseñado por Julio II y Rafael que sugiere que Diógenes es tan solo el extremo más radical y provocador de una tendencia que estaría implícita en todos los filósofos pero no en los 'buenos' teólogos? 


¿Una vez más y como el milenio cristiano premoderno, la filosofía es tratada con un cierto respeto pero a la vez con desconfianza y se sugiere que debería aproximar-se y continuar siendo 'esclava' de otros saberes mejores, superiores y más angélicos? ¿Una vez más se instrumentaliza a Diógenes para ejemplificar el peligro de una filosofía independiente de la teología y del dogma? 

¿Hemos confundido demasiado La escuela de Atenas de Rafael (por encargo de Julio II) como un elogio, cuando es también un advertimiento? ¿Su comparación con el fresco 'hermano' de La disputa del Sacramento nos avisa de que el cielo físico, arquitectónico y vacío de dios sobre  los filósofos en el fondo responde a la visión del mundo de Diógenes? 

¿Es éste pues el destino de la famosa disputa entre un Platón que apunta con el dedo al mundo de las ideas llevando el libro del Timeo y un Aristóteles que extiende la mano al mundo de las cosas humanas y lleva su Ética? Recordemos que esos dos grandes filósofos están de acuerdo con que el mundo y la materia son ingénitos y no tienen ni necesitan creador. En el Timeo tan solo se habla de que un demiurgo pagano ordena del mundo, pero no crea a la materia y la luz mismas,... ni lo hace desde la nada.

¿Están pues los filósofos, siguiendo a sus dos más grandes líderes, por un mundo sin verdadero Dios? ¿su camino lleva por tanto al cinismo y el nihilismo? ¿Son pues el cinismo y Diógenes las piedras en el camino donde pueden tropezar esos y todos los filósofos? 

Muy al contrario, La disputa del Sacramento define un espacio ordenado, con el camino expedito y sin posibles tropiezos que lleva al eje formado por la Eucaristía - el Espíritu Santo - Jesús - Dios Padre. En cambio, La escuela de Atenas carece de ese eje, su cielo arquitectónico está desangelado, los filósofos están caóticamente distraídos a 'lo suyo', mientras yace obscenamente Diógenes bloqueando el camino hacia la dupla central definida por Platón y Aristóteles ¡¿que están en disputa eterna?! 

Visto así, si las distracciones sociales nos dejan atender a ello y superamos los prejuicios que no nos dejan ver realmente, nos escandalizaremos de que Julio II y Rafael ¡¿quizás?! dispusieron en los dos frescos 'hermanos' de la Stanza della Segnatura del Vaticano un aviso astuto, contundente y nihilista en el camino de los filósofos: Diógenes el cínico y un cielo meramente terrestre y sin Dios.

Post de G. Mayos a partir del artículo homónimo en la revista Las Nubes. Filosofía, Arte. Literatura, 12-7-2021 , http://www.ub.edu/las_nubes/elnubarron/


8 comments:

Rafael Granero Chulbi said...

¿Qué es nihilismo?

Porque si bien Latour podría venir en nuestro auxilio en un “al revés te lo digo para que me entiendas” y con -contra- Latour podemos decir que sí, que Ramsés murió por culpa del bacilo de Koch, aunque este último, Koch, naciera unos 3.000 años más tarde, y por ello el hecho de que el concepto de “nihilismo” no entrara en la filosofía hasta el s XIX de mano de William Hamilton (gracias, maestro Ferratér) no niega que algún cerebro (el de Rafael o el incluso el de Diógenes) ya estuviera infestado por dicha idea, la verdad es que es necesario saber de qué nihilismo (pues hay muchos) hablamos. Y es necesario acotar con un mínimo de consenso el universo semántico de “nihilismo” (lo que, curiosamente, hoy en informática se llama la “ontología del dominio”, conjunto de propiedades que definen una entidad, singularizan su dominio y la apartan de otras entidades conceptualmente afines) para poder ver, no ya si la Escuela de Atenas es proto-nihilista, o directamente nihilista, sino de qué manera lo pueda ser.

Por ejemplo, si el nihilismo niega todo principio religioso, político y social, así como que exista un fundamento objetivo en el conocimiento y en la moral (RAE), el cinismo no es nihilista, puesto que predica algo, y es algo moral. Y por muy disolvente que sea ese algo, y máxime cuando el supuesto poder de su capacidad no se basaba en la propia acción sino en la emulación de terceros, estamos en el terreno de la razón práctica, es decir, de la moral: el cinismo es una moral y Diógenes practicaba una moral, la del perro: que lame la mano que lo cuida, ladra al que le molesta y muerde al malo (según dicen que dijo Diógenes).

Pero ya digo, lo interesante es acotar, para poder negar con conocimiento de causa a Latour, de qué hablamos cuando hablamos de nihilismo ¿Del nihilismo del sofista Gorgias o del escéptico de Pirrón (según apunta Ferrater como fuente muy lejana del nihilismo de Hamilton), del epistemológico de Hamilton, del aniquilacionista y fáustico de Goethe, del pesimista aunque voluntarioso de Schopenhauer, del amenazante y destructor de Nietzsche, del trágico de Cioran o del ansioso de Sartre? (mis más sinceras gracias al maestro Ferrater por su entrada “Nihilismo” en el tomo 2 de su Diccionario de Filosofía.) ¿O tal vez es otro nihilismo? En es caso ¿Cuál es su dominio semántico, su ontología?

Gonçal Mayos Solsona said...

Bones preguntes Rafael! Crec que pròpiament remeten a dos paquets així que passo a distingir-los i contestar-los en dos comentaris diversos:

Paquet de qüestions 1:

El nihilisme de Diògenes de Sinope ja era una negació ‘nihil’ conscient i que s’atrevia a ‘rugir el seu no’ (com el ‘lleó’ de Nietzsche).

Crec a més que Diògenes intuïa que els que ell criticava eren ‘nihilistes inconscients’ perquè -sense adonar-se’n- valoraven i adoraven coses falses, que no eren, ‘nihil’.

Sobre això he escrit i publicat bastant i és en pdfs en el meu web i blog.

Gonçal Mayos Solsona said...

Ara passo al Paquet de qüestions 2:

Una altra cosa és el possible nihilisme present en el programa iconogràfic dissenyat per Juli II i Rafael per als dos frescs principals de l’Stanza della Segnatura del Vaticà. Allí -com explico- ‘L’Escola d’Atenes’ dialoga amb el seu ‘germà’ i adversari ‘La disputa del Sagrament’.

Així com el Bacil de Koch no va tenir ni té el ‘gust’ de conèixer el seu posterior ‘descobridor’, tampoc Diògenes no va conèixer la religió catòlica ni a Juli II. Ni aquests ni Rafael no coneixien el terme ‘nihilisme’ quan van acordar el programa iconogràfic ‘L’Escola d’Atenes’ versus ‘La disputa del Sagrament’.

De totes maneres crec que hi ha prou arguments per a sostenir que s’hi intenta mostrar no només a Diògenes sinó a tots els filòsofs de ‘L’Escola d’Atenes’ com a nihilistes. Ho fan considerant que neguen (nihil) el Déu trinitari, les jerarquies celestes i el dogmes cristians.

Per això a ‘La disputa del Sagrament’, el Cel -amb majúscules i que correspon a la meitat alta del fresc- és ple de vida divina.

Molt al contrari a ‘L’Escola d’Atenes’, el cel -ara amb minúscules, però que també correspon a la meitat alta del fresc- és buit, amb unes arcades enormes i brillants però fredes, deshabitades, sense déu ni vida, podem dir que ‘nihilistes’. I si es veu una mica de cel i núvols no és el Cel diví del cristianisme sinó el banal cel físic.

Crec, doncs, que el programa iconogràfic que oposa conscientment els dos frescs volia suggerir clarament a qui contemplés els dos frescs:

El creient no té el buit nihilista sobre el seu cap sinó la vida divina com es veu a ‘La disputa del Sagrament’.

En canvi els filòsofs no cristians de ‘L’Escola d’Atenes’ són sols i -vulguin o no, encara que es diguin Plató i/o Aristòtil- s’acabaran trobant en el seu camí al cínic Diògenes de Sinope, perquè en el fons no en són gaire llunyans ni diferents (per molt que ho neguin).
Per tant Diògenes es plantificat provocativament (inclús en el posat) al mig de les escales i de tots, significant alguna cosa semblant a: tots us el trobareu al mig del vostre pas, camí i pensament. Tots sou potencialment cínics, nihilistes, sense déu...

Esteve Trias said...

Bon dia des de Caldes de Malavella, la meva llar actual.
Acabo d’arribar-hi després de les meves primeres vacances en els darrers 15 anys. 2 nits fora a la Vall de Bohí, gastos pagats. Un luju. ;=)
El cas és que llegeixo amb interès sobre el nihilisme, i en aquest post sí que hi vull posar cullerada. Penso que si volem trobar nihilisme a l,Escola d,Atenes, li hi trobarem. El quadre dona per tantes interpretacions, i més amb la contraposició del seu paral.lel teològic, que per això és un referent insalvable (excepte pels turistes més il.lustrats, com vos dieu...).
El que em crida l,atenció sobre manera és que jo projecto només una cosa, mentalment. No puc sortir de la gàbia mental que m,he fabricat, i tot ho projecto de manera mecànica en la meva perspectiva. El meu punt de fuga l,anomeno feminitat, i aquesta genera i alhora la sustenta la perspectiva matriarcal. En aquestes èpoques ens la venen en forma de perspectiva de gènere, perquè el matriarcat s’actualitza constantment, i això es pot observar (si ets un malalt del tema com jo) també en la història de l’art. Posem llum a la caverna, i mirem qui no surt normalment a passejar i s,amaga hàbilment a les ombres:

Esteve Trias said...

Vinc, com deia, de Taüll. He trigat 25 anys a visitar quelcom que em vaig autoprometre visitar des que vaig estudiar Història de l’art. A l,iconografia, l,estudi dels símbols ocults en les representacions artístiques, és una disciplina interessant. La meva presssumpció personal em fa pensar que jo veig símbols, tant a Taüll com a Roma, que ni tant sols els filòsofs o teòlegs poden veure, ni ser-ne del tot conscients: som homes, i donem per tant, vés.
Gonçal, on vostè hi veu nihilisme jo hi veig feminitat o, més ben dit, matriarcat. De fet, quan es pintava això ja feia milers d,anys que el matriarcat s,havia instal.lat en el magí (inconsciència o moral, pels tècnics) dels homes. Com a Taüll, al cim de tots, i per sobre de tots, hi ha el cercle. El blau, el mantell eteri que embolcalla a tots els homes. Els platònics l,hi apunten contínuament. Recordi allò que jo en deia “pensament màgic”, el pensament que hàbilment s,enlaira en constructes discursius que defugen la realitat, que no vol ser vista, o si més no pels “no escollits”, els no entrenats en el discurs que toqui. En fi: Els arcs, les voltes, les cúpules, etc, en tota representació religiosa (ergo, en tot allò humà, perquè la religió la inventen elles), a dalt hi ha la dona, i a sota l,home, als seu servei. O us penseu que hi ha hagut un sol mur o temple aixecat per una sola dona? Vull dir en tota la història de la humanitat, en qualsevol societat històrica, i no històrica. Això sí que és un bany de materialisme històric, oi? Sempre des de la prescrita, obligada i sacrosanta perspectiva de gènere....la diabòlica, clar. No seria la divina.

Esteve Trias said...

A Taüll el gran tot poderós està circumscrit (engabiat) dins de la màndorla (l,ametlla, veieu per on va la cosa?). A més, apunta a la llum, cap al cel, com Plató, a allò encara més iteri i incomprensible. Ui, quins misteris....De la màndorla surts, i hi tornes (el dolmen, la minimuntanya per on tornes a l,inframon, al qual pertanys i li deus tot (la vida). Això justifica la guerra, l,esclavitud, les piràmides i el que calgui. Jo ho anomeno capitalisme: l,agregació d,esclaus al teu servei, acumulada de forma transhistòrica. Al seu servei. Però tornem al tema artístic.
La quadratura del cercle no es troba fàcilment. En aquest sentit, es veu molt més clarament la iconografia oculta -repeteixo, fins i tot crec que pels teòlegs, filòsofs i pensadors varis, inclosos els artistes pintors de frescos vaticans-; en el fresc dels teòlegs: per sobre de tot, i sempre en l,eix central, els arcs i les voltes. Al terra, els quadrats, els homes, el populus, els villanus, elss drac, els diables, els esclaus, els derrotats: la masculinitat.
Els homes cerquen allò perfecte i tot el que és bo. Ho sap tothom què cerquen els homes, oi? I no és res quadrat, ans al contrari. Però sempre hi ha un preu a pagar. Cal erigir, construir, cimentar, civilitzar, per a gaudi i major glòria de la deïtat, que “casualment” sol ser capritxosa i amb desitjos incompressibles pels limitats homes. La deïtat està més enllà, sempre implícita en la font, la carn, la terra, la moral, la felicitat, la virtut, etc, etc, etc...tot allò que l,home vol, i que és bo, moral i sagrat. I “casualment” sempre és femení, perquè el relat, la llengua i la neollengua, la construeixen elles, a conveniència. De debò creiem que el vincle mare-fill ha estat una constant de milions d’,anys (o com diria Vigotsky, vincle mediatitzat dins de grups humans), i això no ha tingut unes conseqüències determinades? O millor dit, predeterminades. Jo aquesta constant l’anomeno matriarcat, l’estructura subjacent (a l,ombra de la caverna i dels frescos) que genera i alhora subjuga l,estructura patriarcal, al seu servei.
Aquesta perspectiva la podem etiquetar d,amoral, com molt bé ens han ensenyat les nostres mares a l’Església, la mastaba, la sinagoga, el temple hindú, les cabanes de la tundra o les escoles laiques. És a dir, en tota societat, on la família (nucli matriarcal) ja es coordina en institucions més abstractes, i més efectives, al mateix servei de la causa. Matria, en volen dir ara? Gramsci i l’hegemonia. L,empoderament femení, quan sempre l’han tingut elles (el poder), és un acudit de mal gust, que ens faran empassar com la cicuta a aquells que no combreguen amb el quorum social, que sempre és matriarcal.
God save the Queen!!!

Gonçal Mayos Solsona said...

No sé si t'entenc del tot, Esteve. En tot cas no crec tant en el solipsisme ni tampoc en les confabulacions mundials. Tot i que pot ser 'de haberlas ailas".

Constato que és possible pensar d'altra manera i sortir d'una caverna. Que llavors n'entrem en una altra, potser sí, però ja és UNA ALTRA.

M'ha passat moltes vegades de canviar d'opinió, sovint jo solet, donant-hi voltes.

De fet el que dic de "L'Escola d'Atenes" al principi no ho veia així. I potser passat demà ho veig molt diversarment.

Es pot canviar d'opinió, aprendre a veure les coses sense tans prejudicis i. sobretot, donar-ne arguments.

Així potser altri s'acaba sumant a la nostra causa. O nosaltres a la d'ell. ÉS divertit i saludable, en el fons és... APRENDRE.

Esteve Trias said...

Bon dia, Gonçal.
Efectivament, el meu ordinador fa el boig i a més el meu text l'he hagut de retallar per qüestió d,espai: no s,entén del tot. De fet, no es pot entendre un fenomen tant complex en tant poques ratlles, a menys que prèviament ja li hagi caigut una mica el vel al lector, és clar. No mireu a la llum. Les meves tesis estan publicades on line, en un text de més 300 pàgines, que també és millorable però sobretot ampliable. De fet, cada vegada que obro els ulls, per exemple per llegir un post sobre nihilisme, constato que el meu treball és ampliable. Tant com la història de la humanitat, que és femenina. Com les nacions, la màfia i la màquia, la cosa nostra. La causa. I nosaltres som l'efecte. El matriarcat és estructura, nosaltres, els picapedrers, som l'efecte.
Bé. No cal allargar-se gaire més. Només afegir que jo no crec que hi hagi una conspiració mundial, sinó una sistema mecànic, sistèmic, que respon a les bases biològiques de l'espècie humana. Richard Dawkins, al gen egoista, dona eines per entendre el mecanicisme determinista de la vida, i amplia la complexitat d'aquest fenomen amb la cultura: la memètica. No m'extranya ni el títol del llibre ni que sigui tant ateu, l'home.
En fi, que tinguem un bon dia. :=)