También el posfordismo y la sociedad del conocimiento tienen sus virtudes y habilidades características. El mencionado
autocontrol disciplinado y las demás "virtudes" que presidían la
industrialización fordista han cambiado profundamente en la postindustrial
sociedad del conocimiento (Mayos 2013b).
Por ello, transforman radicalmente el
obrero industrial que -como hemos apuntado- fue pensado como un amorfo
proletario muy parecido al "hombre sin atributos" o "sin
cualidades" del novelista austríaco Robert Musil (que significativamente
vivió en la época de oro del fordismo taylorista: entre 1880 y 1942). También
cambian profundamente el ideal y la realidad cotidiana de la "mano de
obra" industrial tradicional, que venía a ser una pieza amorfa y
fácilmente sustituible en la cadena de montaje fordista.