Me gusta la gente que, precisamente por tener una
enorme humanidad, se sienten escindidos e incluso viven errantes entre los
muchos intereses humanos que les impulsan. Gente del Renacimiento que necesita
vivir muchas vidas para satisfacer su enorme humanidad. Es un placer celebrar
la rica mezcla de derecho y vida, con filosofía, política, poemas, prosas críticas,
reflexiones personales, acuarelas, óleos… presente en la polifacética obra de Paulo.
Es un
honor terrible y maravilloso que te pidan hablar sobre él. Y sin duda es
apabullantemente desvergonzado hacer aceptado, aunque solo sea para rememorar
el origen del lenguaje. Aquel acto humanizante que imagino surgiendo de un
grito de aviso aún indiviso y muy poco preciso que tan solo farfullaba algo así
como: ¡Eh mirad qué interesante o cuan peligroso es!
Ex/posición
Como
aquel imaginado acto fundante de humanidad, me limitaré pues al gesto de susurrar
algo así: ¡Eh mirad qué interesante o cuan peligroso es Paulo! Pretender algo
más, es totalmente vano. Incluso peligrosamente puede caer bajo el embrujo del
escriba que –como bien dice Paulo Cunha- tiende a proclamar: “’Está escrito’
[que] é quase como dizer ‘dura lex sed lex’”.
Pues
por una parte, el querer exponer aunque sea en una mínima parte a alguien –pensándolo,
iluminándolo, mostrándolo, describiéndolo, resaltándolo…-, tiene el peligro de
exponer mucho más al mensajero intérprete. Y creo que aquí me corresponde hacer
mutis discretamente por el foro. Por las paradojas del lenguaje, el mensajero si
quiere verdaderamente exponer algo de Paulo debe evitar ex/ponerse o “ponerse fuera” al formular públicamente su
interpretación.
Tan
sólo debe convocar e, inmediatamente, callar. Pues, cuando pretendemos decir,
captar, ligar, anudar, aprisionar, apoderarnos, dominar… con palabras algo que
apreciamos; hay que evitar poner el foco sobre nosotros mismos. Por eso es
mejor –en lo posible- decir a través de las propias palabras de Paulo; para no ligarlo,
anudarlo, aprisionarlo a nuestras palabras. Quizás como los grandes poetas,
conseguir que la mezcla de las palabras propias y las ajenas inicien su propio
y ya autónomo diálogo entre ellas. Entonces aparece el más maravilloso debate
convivencial, en conversación y palabra cooperativa; que tal vez exorciza el
monólogo, la falta de escucha, la ausencia de recepción…
“Desde el otoño hacia la
primavera, desde el arte al derecho”
Recuerdo
un interesante texto de Paulo que reflexionaba sobre como el otoño de la vida
le hacía volver la mirada a la primavera y –con ello- añadir el arte, la poesía
y la reflexión parafilosófica al derecho, enriqueciéndolo y sin menoscabarlo en
absoluto. Así
lo jurídico es analizado y completado desde “uma planura contemplativa” que
“remete para um outro mundo, o de uma vida privada, embora ao ar livre (não
enclausurada nem ensimesmada).” Entonces Paulo Cunha asume una mentalidad y estado de ánimo aparentemente
más “distanciados”, como canta un poema suyo:
“Cada
vez mais
O
meu Mundo
Não
é desse reino.
Chegam-me
deste somente
Vagos
rumores, ruídos,”
Postdisciplinar
En un
mundo donde todos tenemos que abrirnos a estudios trans, poli e
interdisciplinares, Paulo hace tiempo que ha asumido una perspectiva
desacomplejadamente postdisciplinar. Pues “a divisão rígida entre artes plásticas, artes
literárias e ciências jurídico-políticas (e artes jurídico-políticas) deixa de
ter sentido.” Por
eso, sus libros hace mucho tiempo que dejaron de estar sometidos a las
fronteras y los límites disciplinares al uso. Lo que para otros es más bien una
frontera, un límite defensivo, un “non plus ultra” como la “Muralha da China”
pasa a ser pintado como un auténtico “Ponte da China”. Se
convierte en una especie de carretera que cruza y comunica las montañas, y que más bien era una
incitación a cruzarlas en todas direcciones.
Negándose
al falso dilema de escoger entre derecho y literatura, pintura, filosofía o
política; Paulo proclama que “O Direito é literatura, mas também é medicina da
cultura”. Otoñalmente
se contrapone a toda una rica trayectoria de “primavera” profesional donde,
siempre humanista y reflexionante, tuvo que luchar con la especialización e
incluso -por el signo de los tiempos- con la hiperespecialización que dominaba
por entonces las universidades.
Ciertamente
apostó desde el principio por el “Direito pensado”, inseparable del conjunto de
la cultura y como saber que puede curar y dar sentido concreto al ser cultural
que es el hombre. Pero hicieron falta muchos libros “primaverales”,
académicamente especializados, destinados a construir el derecho, a apoderarse
del mundo, a dominar e incluso cambiar el nomos.
Significativamente
las primeras publicaciones de Paulo se inscribieron entonces bajo topos tan
paradigmáticos como “O Procedimento Administrativo” y “Quadros Institucionais –
do social ao jurídico”. Naturalmente pensando desde los fundamentos:
“Introdução à Teoria do Direito”, “Noções Gerais de Direito”, “Problemas
Fundamentais de Direito” y culminando en el macroproyecto “O Essencial sobre
Filosofia Política...” donde analiza las distintas épocas y movimientos. Con toda naturalidad, Paulo
Cunha enlaza el derecho con la política convencido –como Lacordaire- que muchas veces: «entre le fort et le faible, entre le riche et
le pauvre, entre le maître et le serviteur, c’est la liberté qui opprime, et la
loi qui affranchit.»
Siempre “pensando” el derecho y queriendo entender la “juricidad” se aparta de sofismas castrantes que predican que “le juriste est un géomètre" o un "burocrata da coação". Niega que "Letras são tretas" y cultiva su erudición lúcidamente humanista con planteamientos que me encantan como “Amor Iuris”, “Peccata Iuris” o “Mysteria Ivris”. El culturalismo de Paulo Cunha se manifiesta con plenitud en “Le Droit et les Sens”, “O Ponto de Arquimedes. Natureza Humana, Direito Natural, Direitos Humanos”, “O Século de Antígona”, “O Tímpano das Virtudes” y en “Direito Natural, Religiões e Culturas”.
Siempre “pensando” el derecho y queriendo entender la “juricidad” se aparta de sofismas castrantes que predican que “le juriste est un géomètre" o un "burocrata da coação". Niega que "Letras são tretas" y cultiva su erudición lúcidamente humanista con planteamientos que me encantan como “Amor Iuris”, “Peccata Iuris” o “Mysteria Ivris”. El culturalismo de Paulo Cunha se manifiesta con plenitud en “Le Droit et les Sens”, “O Ponto de Arquimedes. Natureza Humana, Direito Natural, Direitos Humanos”, “O Século de Antígona”, “O Tímpano das Virtudes” y en “Direito Natural, Religiões e Culturas”.
Se
estaba aproximando a la necesidad otoñal de cruzar todas las fronteras y
explorar todos los territorios limítrofes y de allende. Paulo Ferreira da Cunha
estaba desarrollando su profundo “complexo
de Bandeirante”: abre, descubre, explora y coloniza, a la vez provocando a la “tribu de los
juristas” y sirviéndola con gran fidelidad. Pues, abriendo “janelas” y espacios de libertad,
les entrega amplios territorios a su dominio. Transita de lo meramente
interdisciplinar a lo conscientemente postdisciplinar, confesando:
“Demorei
a perceber
e
mais ainda a aceitar
que
há muitas perguntas
que
não têm resposta.
E
não só as filosóficas:
Sobretudo
as não filosóficas...”
Poco a
poco, Paulo da Cunha consigue que la academia le conceda cada vez más libertad
o se la toma, mientras camina hacia un horizonte postdisciplinar. Escribe obras
como “Direito & Literatura” o “Tributo a César. Arte, Literatura &
Direito” que enlazan con su producción en ficción y poesía desde el “Tratado
das Coisas não Fungíveis” a ”Estado das Cidades”.
Evidentemente
no olvida el derecho y su querido nomos, no los deja por “otra cosa”, sino que
profundiza en ellos incorporando además territorios no suficientemente
explorados. Incluso no de mera ampliación o yustaposición, sino de
profundización, maduración y enriquecimiento. Muchas veces lo macrofilosófico y lo postdisciplinar son
el camino más directo para conseguir una “metodologia da estilizaçâo” y “da
reduçâo da complexidade”.
Pues
lo trans, inter, macro y polidisciplinar comporta enriquecimiento lúcido y
humilde, y tan solo renuncia al esencialismo metafísico o a una imposible
concreción absoluta. Ese avance se produce –como ha visto muy bien Paulo-
cuando uno se ha hecho consciente de que “Falta visão ao longe / e visão ao
perto.” Y por tanto comienza reclamar y a desarrollar por simple necesidad
vital (como ha sucedido con todos los seres que se han adaptado y
evolucionado): “Pronto: óculos bifocais, / ou progressivos.”
Pues,
al aumento de complejidad mental, vital y humanista se añade –además- la sabia
perseverancia que nace de la aceptación, la astuta paciencia y la ilusión
modesta. Por eso canta:
“ficam
os barcos na praia
não
se lançam para o mar
morrem
os sonhos na praia
repousam,
sem descansar.”
Paulo
persiste en la lucha jurídica y política con la lucidez del que sabe “Quem
quiser lutar pela Justiça tem de saber que muitos são os perigos, muitas as
tentações, muitos os desfalecimentos, muitas as derrotas, e não há vitória
garantida.” Reclama que verdades duras, pero iluminadoras, inspiradoras y
mobilizadoras, formen parte de la necesaria “formação de juristas-sacerdotes
que lhes permitissem uma vigilância mais veladora. Mais cautelosa, com mais
respeito. Sem ser menos eficaz e pronta contra atropelos, agressões, crimes...”
Significativamente,
en plena preocupación postdisciplinar y cada vez más explícitamente
culturalista, Paulo encara proyectos tan ambiciosos y necesarios como dar
respuesta a la turboglobalización actual con un nuevo constitucionalismo para
toda la humanidad e institucionalizado en un Tribunal Constitucional Internacional.
También
elabora un “Direito Fraterno Humanista”
que emerge del pluralismo y del neoiusnaturalismo crítico y postdisciplinar. Lo
interpreto como la construcción de un
derecho y un nomos basados en la philia, más que en la autoridad, la coacción y
la dura lex. Pues quieren curar
la discordia social que suele nacer de la desigualdad, el maltrato y la falta
de reconocimiento social.
Necesitamos
un derecho y un judiciario que pacifiquen y curen nuestra sociedad. Pues, desde
la cima del poder humano y con enormes potencialidades tecnológicas, también
presentimos la catástrofe, vagamos sin guía en un laberinto infinito y nos
sentimos “homo obsoletus”. Por eso esperamos tanto de Paulo Ferreira da Cunha y
de su creativa mirada humanista, culturalista y postdisciplinar, que canta:
“o
oásis da existência
a
tarde calma
os
longes oceânicos
a
ausência
de
cuidados e pânicos
recupera
tua
perdida alma.”
Segunda parde del artículo "Derecho filosofante, curativo, nomoético, humanizante..." de Gonçal Mayos en Pensar, Ensinar e Fazer Justiça – Estudos em homenagem a Paulo Ferreira da Cunha; Santo André: Kapenke, 2020. ISBN 978-85-93894-23-5
Véase los posts:
- DERECHO FILOSOFANTE, CURATIVO, NOMOÉTICO Y HUMANIZANTE
- POSTDISCIPLINARIEDAD JURÍDICA: PAULO CUNHA
Segunda parde del artículo "Derecho filosofante, curativo, nomoético, humanizante..." de Gonçal Mayos en Pensar, Ensinar e Fazer Justiça – Estudos em homenagem a Paulo Ferreira da Cunha; Santo André: Kapenke, 2020. ISBN 978-85-93894-23-5
Véase los posts:
- DERECHO FILOSOFANTE, CURATIVO, NOMOÉTICO Y HUMANIZANTE
- POSTDISCIPLINARIEDAD JURÍDICA: PAULO CUNHA
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