Gonçal Mayos PUBLICATIONS

Gonçal Mayos PUBLICATIONS

ht tp://orcid.org/0000-0001-9017-6816 : BOOKS , BOOK CHAPTERS , JOURNAL PUBLICATIONS, PRESS, Editor, Other translations, Philosophy Dicti...

Jul 8, 2020

¿REVIVIMOS EL FASCISMO O EL PERONISMO?


Estamos, sin duda, tan preocupados e inmersos en “políticas del desconcierto” como la Europa de los años 1930. Pues también era una sociedad marcada por la crisis económica y enfrentamientos radicales entre regímenes fascistas y comunistas que, ayudados por la inoperancia de las democracias occidentales, imponían una agenda cada vez más totalitaria, menospreciadora de las instituciones liberales y que llevó a la Segunda Guerra Mundial.

Ahora bien, los intentos de analizar detalladamente en términos de fascismo y comunismo a las “políticas del desconcierto” posteriores a la serie de crisis económicas 2007-2009, no consiguen captar las complejidades de la segunda década del siglo XXI

Incluso analistas matizados como el liberal José María Lassalle (2017: 26) exageran cuando describen el populismo como una especie de totalitarismo como en los 1930 pero de baja intensidad, debido a las características de la sociedad postmoderna.

Tanto los fascismos como los comunismos de los años 1930 tendían a identificar democracia e instituciones liberales. De tal manera que proponían revoluciones –ciertamente de signo contrario- que deberían superar totalmente a ambas. En cambio las “políticas del desconcierto” de la segunda década del siglo XXI, desafían ciertamente la gobernanza liberal, pero al menos nominalmente se respeta el ideal democrático y las elecciones libres y multipartidistas.

Sorprendentemente y a pesar de algunos exabruptos muy inquietantes, los nuevos movimientos políticos desafiadores y populistas se mantienen básicamente dentro de los marcos electorales heredados. Además así como veremos muchos de sus votantes, que aplauden o al menos aceptan sus derivas iliberales, no manifiestan una crítica semejante al ideal democrático. Eso no solía pasar en los años 1930 ni por parte de los fascismos ni por parte del comunismo y nos parece una diferencia a tener muy en cuenta, pues hace que la evolución actual de las políticas “del desconcierto” pueda ser muy diferente que en el pasado.

Ciertamente gran parte de la angustiada población transacciona hoy valores de libertad y algunos derechos civiles a cambio de valores de seguridad, de liderazgos fuertes y de promesas de excluir sectores que ven como competidores (como los inmigrantes). 

Pero los derechos humanos y las libertades civiles son –con la democracia- de los pocos ideales que mantienen hoy un consenso muy mayoritario. Repetimos que eso no pasaba en los años 1930.

Al respecto nos parece significativo que los ataques directos de la ultraderecha a conquistas feministas, de libertad y igualdad de género, eutanasia, aborto y divorcio no han conseguido el apoyo ampliamente mayoritario de la ciudadanía que esperaban.

Acciones como Me Too, “el violador eres tú” y en contra de la violencia de género se mantienen muy potentes, mayoritarias y han obligado a redefinir estrategias muy agresivas de la extrema derecha. Ya Vallespín & Martínez-Bascuñán (2017: 14) apuntaron una cierta inflexión en el crecimiento de los populismos de derecha por reacción de parte de sus votantes ante su agresivo crecimiento. Pudo percibirse ya el 2017 en las elecciones holandesas y presidenciales francesas donde Macron era a la vez renovador, pero “representante de la política sistémica”.

Lamentablemente los esfuerzos humanitarios en favor y en contra de los refugiados e inmigrantes no tienen un soporte tan mayoritario y por todas partes se levantan muros separadores. A pesar de la crisis fronteriza en Grecia provocada por el presidente turco Recep Erdogan a inicios del 2020, se mantienen a un alto nivel los valores de acogida en gran parte de la ciudadanía. Recordemos por ejemplo que Matteo Salvini tuvo que dimitir y está imputado judicialmente, mientras que la agresividad de Vox ha tenido que suavizarse recientemente de forma similar a como lo han ido haciendo Ciudadanos y el Partido Popular en España.

Hemos apuntado solo unos ejemplos muy debatidos que marcan una gran diferencia entre las décadas de 1930 y de 2010. Quizás puede haber una agenda oculta parecida entre grupos radicales, pero la táctica pública, reivindicativa y electoral es mucho más suave si bien tampoco libre de riesgos. El retorno al fascismo y totalitarismo de los años 1930 no se está confirmando por el momento.

En cambio, como apuntaba claramente Laclau (2005), reclaman Vallespín y Martínez-Bascuñán (2017) y sintetizan Rivero, Zarzalejos y Palacio (2017) es importante superar el eurocentrismo y analizar los populismos latinoamericanos y del resto del mundo. Pues muchas veces introdujeron novedades que se han perpetuado en los actuales. 

Es el caso –por ejemplo- del modelo populista del general Juan Domingo Perón y su mediática y movilizadora esposa Eva Duarte “Evita” en su presidencia de 1946-55, que tendría una significativa reiteración en la nueva victoria presidencial de 1973 que –por la muerte de Perón- llevaría al poder entre 1974-1976 a su segunda esposa María Estela Martínez “Isabelita”. 

También sería interesante profundizar en el populismo presente en el Brasil de Getulio Vargas, período cuya historia ha analizado muy bien el profesor Alexandre Walmott en su segunda tesis doctoral todavía en prensa.

En las políticas del desconcierto actuales, los ideales democráticos, el voto popular y los derechos humanos y civiles mantienen en general una gran vigencia como “campo de juego” político básico y con mucho soporte ciudadano

No son desafiados al mismo nivel que en los años 1930 y como los “checks and balances” liberales. Pues éstos son acusados de perpetuar la inoperancia de las instituciones tradicionales frente a la muy acuciante y dolorosa crisis económica, social y política.

Actitudes autoritarias y autocráticas –que se perciben en muchos de los líderes y movimientos populistas- son consentidos e incluso celebrados por partes considerables de la población como una “necesidad” e intento “sincero” de no demorar las reformas y decisiones

Ello es sin duda clave para entender la popularidad persistente de por ejemplo Donald Trump, que está superando notables reveses nacionales –impeachment, dimisiones de miembros importantes de su equipo- e internacionales –fracasos militares y retrasos en desmilitarizaciones prometidas-.

Del artículo “Crisis Neoliberal, Políticas Del Desconcierto y Autoritarismos Populistas” de Gonçal Mayos en la revista Clivatge. Estudis i testimonis sobre el conflicte i el canvi socials, núm. 8, 2020.8.5, pp. 194-237. ISSN en línea: 2014-6590, DOI: 10.1344

Veánse los posts:

No comments: