El escenario
interno frente a lo externo internacional
También Hegel señala un primer y decisivo límite que se sitúa en el plano internacional y todavía no se ha superado. Ciertamente, considera que, en el marco interno nacional, el Estado detenta y ejerce tanto la soberanía como el monopolio legítimo de la violencia, en exclusión de cualquier otro agente, llámese la Iglesia, el Papa o el Emperador. También insiste en que el Estado es la “realización de la libertad” dentro de sus fronteras, pues allí supera e integra cualquier visión particular, representa la legitimidad jurídica irrebasable y la racionalización de la política.
Pero
inmediatamente destaca Hegel que ello ya no sucede así en plano internacional.
Globalmente, los Estados-nación continúan siendo los principales agentes y escenarios
de la Política, pero -como también lamentaba Kant- se enfrentan como individuos
en una guerra hobbesiana de todos contra todos. Podemos decir pues: que en el
plano internacional todo Estado es un lobo para cualquier otro Estado o, en
términos de Lord
Palmerston primer ministro victoriano, los Estados no tienen aliados ni
enemigos eternos sino tan solo intereses eternos. La ambición de poder y el
crecimiento territorial ha sido durante siglos la base de la llamada ‘razón de
estado’ (Meinecke, 2014).
Además,
ninguno de los Estados nación enfrentados representa internacionalmente la
libertad, la legitimidad ni la racionalidad, aunque algunos lo pretendan. En
este aspecto Hegel se muestra muy realista: no hay derecho internacional ni
tratado que valga más allá de la aquiescencia del Estado, el cual los
reconocerán solamente mientras sirvan a sus intereses en colisión con otros
Estados-nación. Noten pues que Hegel confirma las agudas reflexiones de Carl von
Clausewitz (1999) de que la guerra es la continuación lógica e inseparable de
la diplomacia, así como el matiz que hace Michel Foucault: la diplomacia y los
pactos entre Estados son la continuidad, la otra cara e incluso la preparación
de la guerra por otros canales.
Ese
contrastado papel del Estado en el escenario nacional frente al internacional
es uno de los hechos clave del llamado “sistema de los quinientos años” básicamente
vigente desde la Paz de Westphalia de 1648, cuando se consagra de forma
indiscutible la soberanía nacional del Estado moderno. A partir de ese momento,
hasta el más pequeño Estado devino una entidad política independiente de
cualquier poder superior o exterior como por ejemplo el Imperio, la
Cristiandad, las religiones, la Iglesia, el Emperador o el Papa.
Hasta
hoy, ese modelo experimenta tensiones pero su cambio por otro modelo no termina
de consolidarse, con lo que se generan sorprendentes ‘monstruos’, como
lamentaba Antonio Gramsci. Los Estados-nación continúan siendo los principales agentes
y escenarios políticos en constante disputa. Ahora mismo estamos constatando
que los Estados Unidos y la China están entrando en una nueva “guerra fría” por
la hegemonía mundial, a la que intenta añadirse por ejemplo Rusia intentando
disciplinar, mediante la guerra contra Ucrania, lo que considera su área de
influencia.
Lamentablemente
el marco internacional continúa siendo básicamente el definido por Hegel y que
ya Kant llamó a pacificar. Y eso a pesar del avance de fenómenos-inter (Mayos,
2016 y 2018) tan importantes como la Unión Europea, la Organización de los
Estados Americanos, el llamado Consenso de Washington que preside las
principales organizaciones de gobernanza mundial como las Naciones Unidas,
Unesco, Banco Mundial, Fondo Monetario, las Organizaciones Mundiales del
Comercio o de la Salud, etc.
Valga
la pena comentar que, en el caso de la OMS, hoy todos lamentamos que no haya
tenido un mayor y más eficaz liderazgo pues hubiera sido muy útil en la actual
pandemia Covid-19 (Mayos, 2023).
A partir del artículo “Macrofilosofía del Estado. El Agente y Escenario hegemónico de la Política” de Gonçal Mayos (pp. 35-60) en Democracia e Desenvolvimento. A vida em risco e o Estado em reação?, José Luiz Borges Horta, Jamile Bergamaschine Mata Diz e João Pedro Braga de Carvalho (Organizadores). Belo Horizonte: Arraes Editores, 2024, 263 p. ISBN: 978-65-5929-355-1, ISBN: 978-65-5929-363-6 (E-book). Ver los posts: - DESAFÍOS POPULISTAS Y POLÍTICAS DEL DESCONCIERTO - ¿POLÍTICA CONSTITUYENTE O POLICÍA CONSTITUIDA? - DEMOCRATIZACIÓN, EMPODERAMIENTO SOCIAL Y DERECHOS HUMANOS - EL ESTADO AL PODER Y A LA RACIONALIDAD - ESTADO: ESCENARIO INTERNO Y EXTERNO - ESTADO POPULAR, DEMOCRATIZACIÓN Y RECONOCIMIENTO -ESTATALIZACIÓN: TOP-DOWN VERSUS BOTTOM-UP
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